Editorial Alaire

Un pozo y un péndulo de Edgar Allan


¡Oh! ¡ Grito latente en la madrugada de Edgar Allan!
Los fuegos de las costas se atormentan esta noche,
el silencio con muertos, con muertos, con muertos…

la espada hiere la carne adormecida por fantasmas..

esta tarde he reconocido el bramido de esas olas,
esas efímeras diademas del horror,
adentro con gusanos que matan, que mueren.

¡ Oh soledad! ¡ Maldita madrugada de sentencias dolidas!
Rostro, de esa alba, de ese cristo crucificado
Tras las ausentes risas que encienden calaveras.

El pozo y el péndulo de Edgar Allan, se muere en lo profundo,
Historias que escribe el fantasma que gime maldición…

El azul y este demonio, el crujido de las ramas,
La gota de sangre cae en Edgar, los malsanos.

Es el destino de un pozo, de un ladrido, de un péndulo,
del gris sediento en el día elegido de las olas.

Las visiones están en ese pequeño niño que mira con maldad
ese sueño dentro de otro sueño, ese gemir, ese vampiro poeta…

¡Oh! ¡ cual es el firmamento que señala al pobre niño maldito!

La arena se imagina, en ese rostro podrido de los atardeceres en la mar…

Siempre recordándonos a buenos maestros Javier. Aprovecho para enviarte un cordial saludo.

Armilo

Armilo gracias por tu comentario

Tu estilo es único. Tu poesía no nos deja indiferentes. Es admirable las imágenes que van "cazando" en tus zambullidas dentro de tu mar interior. Te espero por mis versos.

Un abrazo, amigo.
Óscar

Oscar gracias por todo javier

Un interesante poema recordando a un maestro, Javier.

Vas puliendo tu estilo y cada vez es más depurado.

Felicitaciones
Un fuerte abrazo
Ana

javierdicenzo80 escribió:Un pozo y un péndulo de Edgar Allan


¡Oh! ¡ Grito latente en la madrugada de Edgar Allan!
Los fuegos de las costas se atormentan esta noche,
el silencio con muertos, con muertos, con muertos…

la espada hiere la carne adormecida por fantasmas..

esta tarde he reconocido el bramido de esas olas,
esas efímeras diademas del horror,
adentro con gusanos que matan, que mueren.

¡ Oh soledad! ¡ Maldita madrugada de sentencias dolidas!
Rostro, de esa alba, de ese cristo crucificado
Tras las ausentes risas que encienden calaveras.

El pozo y el péndulo de Edgar Allan, se muere en lo profundo,
Historias que escribe el fantasma que gime maldición…

El azul y este demonio, el crujido de las ramas,
La gota de sangre cae en Edgar, los malsanos.

Es el destino de un pozo, de un ladrido, de un péndulo,
del gris sediento en el día elegido de las olas.

Las visiones están en ese pequeño niño que mira con maldad
ese sueño dentro de otro sueño, ese gemir, ese vampiro poeta…

¡Oh! ¡ cual es el firmamento que señala al pobre niño maldito!

La arena se imagina, en ese rostro podrido de los atardeceres en la mar…

que maldito poema! Me gusta tu celebración a este genero de horror y suspenso que abre siempre un outlet para cosas que hay expresar. Un placer, leerte Dicenzo. ERA

ligia gracias por pasar por mi obra mortal

Me gusta la fuerza expresiva y las imágenes, Javier.

Un placer leerte.

Un abrazo, amigo.

Se mueve el poema en un mundo onírico y lleno de fantasmas, Gracias por compartir.
Un abrazo.
Pepa

ana gracias por tu lectura a mi obra

Aristi gracias por tu lectura