Editorial Alaire

Ramón Carballal escribió:Un poema que mezcla surrealismo y humor. Interesante propuesta. Un abrazo.

xaime oroza carballo escribió:Me he visto, no sé por qué, en la piel del perro. Pero he viajado con bastante tranquilidad por tus palabras, como en un "deja vu".
Un abrazo

Pilar Morte escribió:Era difícil de interpretar pues un viaje fin de curso siempre es motivo de alegría; después he comprendido con la respuesta tuya.
Un gusto pasar por tus originales imágenes
Besos
Pilar

Mitsy Grey escribió:Hay cierta abulia en la inactividad pasmosa del gusano.
Se cernían en medio de la oscuridad
Mientras se movía el ascensor de la tierra
Por su nivel de adyacencia perpendicular..

Confundida la visión
reclamaba a su conciencia un poco de luz maltrecha.
Alguien parecía desde arriba
estar pateando latitas que caían
sediciosas
sobre la corona del reino
de todo lo conocido.
Sospeché
que algo raro me estaba sucediendo
cuando el ascensor se detuvo de improviso
como si hubiese hecho tope
en el vientre mismo del infierno
y la atmósfera reseca y densa
taponó mis oídos a la yugular
mientras la boca del estómago
sellaba sus jugos gástricos con una sonrisa
¡Pútrida y gangosa!

Solo un intervalo entre dos fechas
lucia la palidez marmórea
De aquel fin de curso
en ese bendito lugar. Y la algarabía, tal
Que todo, menos el perro....
¡Lloraba!


Mitsy Grey
Derechos reservados
Noviembre 2015

Guillermo Cuesta escribió:Un recuerdo metafórico y quejicosamente aderezado ambienta el recordar de tu poema intravenoso.

un brazo

Antonio Justel escribió:

Mitsy Grey escribió:Hay cierta abulia en la inactividad pasmosa del gusano.
Se cernían en medio de la oscuridad
Mientras se movía el ascensor de la tierra
Por su nivel de adyacencia perpendicular..

Confundida la visión
reclamaba a su conciencia un poco de luz maltrecha.
Alguien parecía desde arriba
estar pateando latitas que caían
sediciosas
sobre la corona del reino
de todo lo conocido.
Sospeché
que algo raro me estaba sucediendo
cuando el ascensor se detuvo de improviso
como si hubiese hecho tope
en el vientre mismo del infierno
y la atmósfera reseca y densa
taponó mis oídos a la yugular
mientras la boca del estómago
sellaba sus jugos gástricos con una sonrisa
¡Pútrida y gangosa!

Solo un intervalo entre dos fechas
lucia la palidez marmórea
De aquel fin de curso
en ese bendito lugar. Y la algarabía, tal
Que todo, menos el perro....
¡Lloraba!


Mitsy Grey
Derechos reservados
Noviembre 2015

... creo que, en algún momento, seremos capaces de evocar las metáforas más intrépidas que jamás hayamos podido imaginar; de ahí, Mitsy, esta tuya, enorme, casi increíble con que nos deleitas hoy ante el propio entierro, estimada poeta; y es que, realmente, ¿ qué seríamos sin imaginación ?; y es obvio que tú, estimada, la tienes y sabes emplear; saludos cordiales; Orión

Mitsy Grey escribió:Hay cierta abulia en la inactividad pasmosa del gusano.
Se cernían en medio de la oscuridad
Mientras se movía el ascensor de la tierra
Por su nivel de adyacencia perpendicular..

Confundida la visión
reclamaba a su conciencia un poco de luz maltrecha.
Alguien parecía desde arriba
estar pateando latitas que caían
sediciosas
sobre la corona del reino
de todo lo conocido.
Sospeché
que algo raro me estaba sucediendo
cuando el ascensor se detuvo de improviso
como si hubiese hecho tope
en el vientre mismo del infierno
y la atmósfera reseca y densa
taponó mis oídos a la yugular
mientras la boca del estómago
sellaba sus jugos gástricos con una sonrisa
¡Pútrida y gangosa!

Solo un intervalo entre dos fechas
lucia la palidez marmórea
De aquel fin de curso
en ese bendito lugar. Y la algarabía, tal
Que todo, menos el perro....
¡Lloraba!


Mitsy Grey
Derechos reservados
Noviembre 2015

Mitsy Grey escribió:Hay cierta abulia en la inactividad pasmosa del gusano.
Se cernían en medio de la oscuridad
Mientras se movía el ascensor de la tierra
Por su nivel de adyacencia perpendicular..

Confundida la visión
reclamaba a su conciencia un poco de luz maltrecha.
Alguien parecía desde arriba
estar pateando latitas que caían
sediciosas
sobre la corona del reino
de todo lo conocido.
Sospeché
que algo raro me estaba sucediendo
cuando el ascensor se detuvo de improviso
como si hubiese hecho tope
en el vientre mismo del infierno
y la atmósfera reseca y densa
taponó mis oídos a la yugular
mientras la boca del estómago
sellaba sus jugos gástricos con una sonrisa
¡Pútrida y gangosa!

Solo un intervalo entre dos fechas
lucia la palidez marmórea
De aquel fin de curso
en ese bendito lugar. Y la algarabía, tal
Que todo, menos el perro....
¡Lloraba!


Mitsy Grey
Derechos reservados
Noviembre 2015