VICEVERSA
Publicado: Mar, 27 Oct 2015 14:55
VICEVERSA =2005=
Yo como mujer, sé lo que en realidad es el desamor,
la terrible espera, de un hombre que comprenda mi forma de ser,
mi condición, frágil madera ante la adversidad,
mi débil naturaleza, comparada sólo con la rosa de mi jardín;
nunca en verdad, seré un espejo de su caminar,
ni la botella de su elixir, fuego al fin, de su pertenencia,
sino parte de él, deseo sí, que sea su ideal,
libro abierto, letra, punto y coma de su porvenir;
sueño: desde mi cintura hasta el brillo de mi frente,
en un castillo, novia en un sol de fiesta,
princesa deseada, en un maravilloso volcán,
pétalos de fuego que cubrirán mi transparente soledad;
reina, madre, que de mi cuerpo suave brotará
la blanca vestidura que pronto florecerá
la vida, el pasto dulce, verde de su semilla,
el cielo rompiendo el vacío de la rutina;
no quiero para mí, tanta sombra rodeando
mis apagadas sábanas en cenizas y agua,
camas difuntas con frezadas negras
en el invierno vestida con la esperanza;
no quiero continuar, en azules fantasías,
embriagándome con la copa del abandono,
rogando abdicar el inaplazable cáliz
aciago de mis fuertes tormentos;
sólo quiero, alzar mi cabeza al frente,
tomar mis dedos entre la fría nieve,
frotar mi cara con la sangre blanca,
y despertar del sonido de mis dolores.
Nota.. Entrando en el mundo del pensamiento del ser más maravilloso que existe, la mujer
Yo como mujer, sé lo que en realidad es el desamor,
la terrible espera, de un hombre que comprenda mi forma de ser,
mi condición, frágil madera ante la adversidad,
mi débil naturaleza, comparada sólo con la rosa de mi jardín;
nunca en verdad, seré un espejo de su caminar,
ni la botella de su elixir, fuego al fin, de su pertenencia,
sino parte de él, deseo sí, que sea su ideal,
libro abierto, letra, punto y coma de su porvenir;
sueño: desde mi cintura hasta el brillo de mi frente,
en un castillo, novia en un sol de fiesta,
princesa deseada, en un maravilloso volcán,
pétalos de fuego que cubrirán mi transparente soledad;
reina, madre, que de mi cuerpo suave brotará
la blanca vestidura que pronto florecerá
la vida, el pasto dulce, verde de su semilla,
el cielo rompiendo el vacío de la rutina;
no quiero para mí, tanta sombra rodeando
mis apagadas sábanas en cenizas y agua,
camas difuntas con frezadas negras
en el invierno vestida con la esperanza;
no quiero continuar, en azules fantasías,
embriagándome con la copa del abandono,
rogando abdicar el inaplazable cáliz
aciago de mis fuertes tormentos;
sólo quiero, alzar mi cabeza al frente,
tomar mis dedos entre la fría nieve,
frotar mi cara con la sangre blanca,
y despertar del sonido de mis dolores.
Nota.. Entrando en el mundo del pensamiento del ser más maravilloso que existe, la mujer