Editorial Alaire

Me estoy volviendo lerdo,
tan lerdo que las madrugadas se van
se ocultan en una rama
y yo ni me entero ni me alumbro.

Soy el escombro en un parque,
con inexacta dimensión,
con la desfachatez colgando en los cabellos
y la pereza rondándome las manos.

¡Ah qué días los de las promesas,
aquellos donde mi casa era cercana a la luz
y yo el mosquito!
¡Qué instantes más diáfanos y ahogados
cuando mi voz apenas despertaba!

A veces reniego de haber visto
este camino de verso y de centeno.
¿Por qué mejor no fui mafioso
o banquero o músico o astronauta?
Es precario vivir de las espigas
y más si los cuervos se comen la simiente.

Por eso me siento lerdo,
porque ya no destello sino en el día,
cuando ya no hace falta,
cuando es imperceptible
ese canto de luz que a veces brota.

¿Y qué le voy a hacer?
¡Que estalle en confeti mi lentitud desgraciada!
Así le seguiré cantando
y quizá me gane unas monedas blancas,
de esas que el pesimismo le regala al hombre,
cuando ya no mosquea ni en defensa.

Alberto Madariaga
(2015)

Arriba con este hermoso poema escrito con realismo y sinceridad. Un gusto leerte
Besos
Pilar

Hermoso e interesante poema de Alberto.

Aquí un encuentro verdadero y desnudo con uno mismo. Para mí tiene un gran valor este poema.

Mi enhorabuena, Alberto.

Un abrazo, amigo.

Un poema directo, sincero y bien escrito. Un gusto grande leerte.
Un abrazo