Editorial Alaire

Hay gente que desea ver arder el mundo,
sentarse en su sillón de terciopelo
y asfixiarse lentamente con el humo.

Yo prefiero jugar con las llamas,
adormecerme con el crepitar
de las cortezas de los árboles.

-Decía-

que hay gente que ansía ver arder el mundo,
que su llama interior se propague
derritiendo edificios.

Suspiran mientras hierve el asfalto
y burbujeantes ríos de negra sangre
lamen con fuerza las aceras.

Liman sus garras desde un trono de hielo,
comprando y vendiendo almas
en un mercado de invidentes morales.

Esa gente ordena el caos,
somete la esperanza,
esa gente ordeña las rosas,
marchitan primaveras y desecan otoños,
cuecen poemas en aceite de penas
y ríen, felices,
cuando el mar devora a los poetas.

Una fuerza inmensa domina estos magníficos versos. El poema crece a medida que los ojos se adueñan de ellos.
Uff, qué final, amigo, qué final.

De pie para los aplausos.

Abrazos.

Increíble. No tiene otro nombre.

Israel Liñán escribió:Hay gente que desea ver arder el mundo,
sentarse en su sillón de terciopelo
y asfixiarse lentamente con el humo.

Yo prefiero jugar con las llamas,
adormecerme con el crepitar
de las cortezas de los árboles.

-Decía-

que hay gente que ansía ver arder el mundo,
que su llama interior se propague
derritiendo edificios.

Suspiran mientras hierve el asfalto
y burbujeantes ríos de negra sangre
lamen con fuerza las aceras.

Liman sus garras desde un trono de hielo,
comprando y vendiendo almas
en un mercado de invidentes morales.

Esa gente ordena el caos,
somete la esperanza,
esa gente ordeña las rosas,
marchitan primaveras y desecan otoños,
cuecen poemas en aceite de penas
y ríen, felices,
cuando el mar devora a los poetas.

Wow! Esto esta que arde de intensidad y poder! Te felicito Israel! ERA

Magnífica intensidad en este poema, Israel. Los gerifaltes del mundo parece que son psicópatas porque disfrutan destruyendo el mundo a la humanidad.

Has logrado en pocos versos una denuncia precisa y certera.

Un fuerte abrazo
Ana

Me parece un excelente poema. Nítido el hilo argumental, nítido y polisémico. Siento una enorme empatía por las verdades que declara y por la poesía que derrama. Me ha gustado mucho el ingenioso cierre. Este trabajo vuela alto, sin duda.

Un abrazo grande, amigo.
Óscar

Me ha gustado mucho todo. Creo que está lleno de fuerza argumental, y eso me parece indispensable en un buen poema.
Ha sido un placer su lectura.

Un fuerte abrazo.

Bienhallado, Israel,

me ha gustado el poema, amigo.

Un abrazo.

Siempre habrá quien ponga boca arriba a quien respira boca abajo y boca abajoa quien respira boca arriba. Disconformidad con todo
Grata la lectura por la idea y el lenguaje.

un abrAZO

La madurez y la fuerza de tus versos, amigo, un placer y un abrazo.

Israel Liñán escribió:Hay gente que desea ver arder el mundo,
sentarse en su sillón de terciopelo
y asfixiarse lentamente con el humo.

Yo prefiero jugar con las llamas,
adormecerme con el crepitar
de las cortezas de los árboles.

-Decía-

que hay gente que ansía ver arder el mundo,
que su llama interior se propague
derritiendo edificios.

Suspiran mientras hierve el asfalto
y burbujeantes ríos de negra sangre
lamen con fuerza las aceras.

Liman sus garras desde un trono de hielo,
comprando y vendiendo almas
en un mercado de invidentes morales.

Esa gente ordena el caos,
somete la esperanza,
esa gente ordeña las rosas,
marchitan primaveras y desecan otoños,
cuecen poemas en aceite de penas
y ríen, felices,
cuando el mar devora a los poetas.

Magnífico poema. Mi felicitación, sincera.
Un abrazo.
BEGOÑA.

Un poema soberbio, amigo. Emociona y encandila en su buen hacer. Enhorabuena (y que final...)
Abrazos

Gente hay así, aunque no interese, y manejan; y como dijiste muy bien y poéticamente, "ordena el caos,
somete la esperanza,
esa gente ordeña las rosas,
marchitan primaveras y desecan otoños".
Encantado de leerte compañero.

Magnífico poema, Israel, te felicito. Brillante la última estrofa.

Un abrazo.

Un poema muy bien diseñado. Fuerza, sentido y belleza en contenido y continente. Me ha gustado mucho.

Un abrazo,

Judit