Editorial Alaire

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Manuel Sánchez escribió:

Convengamos
                 en que la línea recta 
nunca fue la distancia más corta entre tú y yo.
Convengamos también
                  que son esos suburbios de material orgánico
por donde caminamos, mendigos de otro tiempo,
los que sostienen hoy nuestro sistema
                  para mostrarnos luego
un circulo de sombras dibujado en la sangre.
               Que todo se mantuvo viviendo de palabras
parecidas al rastro que dejan los jilgueros
                 contagiados de nieve. Y que yo
sigo siendo un verano doméstico
                       en el que se permiten claridades nocturnas
visibles desde el mar.     

¿ No crees que parpadean los lugares del mundo
que nos vieron crecer, que quedaron amándonos?

Bien desarrollado el racconto. Se respira un aire de nostalgia melancólica, como una brisa suave, residuo de huracanados vientos sentimentales. El cierre tiene mucha fuerza semántica. Esa interrogación es como la onda de una campana del recuerdo.

Un abrazo, amigo.
Óscar

Vuelves a obsequiarnos con un poema de una calidad reseñable, Manuel. En ti suele ser frecuente lo que en la mayoría es muy difícil mantener. Sin abandonar tu estilo y tus formas, nos presentas un cuadro intimista en las relaciones amorosas con el que es muy fácil identificarse, lo llevas a tu mundo, a tu lenguaje pero al leerlo se percibe que puede pertenecer a los de cada cual. Importante, Manuel, muy importante es que compartas este espacio y ofrezcas joyas como ésta.

Un abrazo.

Desde el primer verso hay calidad en el poema, y el cierre, como es habitual en tí, nos ofre una vez más su atractivo . Me gustó mucho
Besos
Pilar

Hermoso poema, Manuel, un planteamiento singular de la palabra. Un esbozo del sentimiento que, a través del amor, arde universalmente en nosotros y anida indeleble en nuestros recuerdos.

Un afectuoso saludo.
Felipe.

Manuel Sánchez escribió:

Convengamos
                 en que la línea recta 
nunca fue la distancia más corta entre tú y yo.
Convengamos también
                  que son esos suburbios de material orgánico
por donde caminamos, mendigos de otro tiempo,
los que sostienen hoy nuestro sistema
                  para mostrarnos luego
un circulo de sombras dibujado en la sangre.
               Que todo se mantuvo viviendo de palabras
parecidas al rastro que dejan los jilgueros
                 contagiados de nieve. Y que yo
sigo siendo un verano doméstico
                       en el que se permiten claridades nocturnas
visibles desde el mar.     

¿ No crees que parpadean los lugares del mundo
que nos vieron crecer, que quedaron amándonos?

Me encanta Manuel, me identifico totalmente en este poema en el que he empezado a resaltar y lo he resaltado casi todo... me gusta muchísimo este final, en fin... tod, todo.
Un abrazo grande.

Óscar Distéfano escribió:

Manuel Sánchez escribió:

Convengamos
                 en que la línea recta 
nunca fue la distancia más corta entre tú y yo.
Convengamos también
                  que son esos suburbios de material orgánico
por donde caminamos, mendigos de otro tiempo,
los que sostienen hoy nuestro sistema
                  para mostrarnos luego
un circulo de sombras dibujado en la sangre.
               Que todo se mantuvo viviendo de palabras
parecidas al rastro que dejan los jilgueros
                 contagiados de nieve. Y que yo
sigo siendo un verano doméstico
                       en el que se permiten claridades nocturnas
visibles desde el mar.     

¿ No crees que parpadean los lugares del mundo
que nos vieron crecer, que quedaron amándonos?

Bien desarrollado el racconto. Se respira un aire de nostalgia melancólica, como una brisa suave, residuo de huracanados vientos sentimentales. El cierre tiene mucha fuerza semántica. Esa interrogación es como la onda de una campana del recuerdo.

Un abrazo, amigo.
Óscar

Bueno, Óscar, pues he tenido que ir a enterarme de lo que era un racconto, ya ves como andamos de cultura general.
Me alegra tu comentario, amigo. Te doy las gracias y te dejo un fuerte abrazo.

Bello y sugerente poema Manuel. Es como pasearse un treinta de Febrero por el malecón del puerto Montremais en Lima: Es tan rico que uno nunca sabe, a ciencia cierta, si ha comido Veicon de Momparnase o la concha de San Sebastian en ceviche.

Un agradable lujo.

F. Enrique escribió:Vuelves a obsequiarnos con un poema de una calidad reseñable, Manuel. En ti suele ser frecuente lo que en la mayoría es muy difícil mantener. Sin abandonar tu estilo y tus formas, nos presentas un cuadro intimista en las relaciones amorosas con el que es muy fácil identificarse, lo llevas a tu mundo, a tu lenguaje pero al leerlo se percibe que puede pertenecer a los de cada cual. Importante, Manuel, muy importante es que compartas este espacio y ofrezcas joyas como ésta.

Un abrazo.

Amigo F. Enrique, yo , como ves, sigo publicando, pero ya dije cuando empecé que lo seguía haciendo mientras viese que hay un interés por leerme, porque si no existe ese interés, entonces ¿qué sentido tiene publicar? He estado muchos años sin hacerlo y podría volver con comodidad a ese estado de reclusión. En ocasiones tengo la sensación de que el numero de visitas a mis poemas, se produce porque un numero reducido de lectores entra varias veces a leer ( podría estar equivocado, pero es lo que me parece). Si fuese así, ¿serían tan importante mis publicaciones? , creo que no.
Te agradezco mucho tu visión y tu valoración de este poema y de mi obra en general, no se puede pedir más en cercanía y en amabilidad.

Un fuerte abrazo.

La melancolía poética revive con la lírica amorosa. La palabra se convierte en arte y hace el recorrido de la sensibilidad
por entre verso y verso y por el verso también.

un abrazo

Expones a través de la palabra delicada y sumamente lírica un sentimiento amoroso, digno de todo elogio. Tus versos son grandes en el mejor sentido, y a la altura de cualquier poeta de gran prestigio. Un fuetre abrazo, donde incluyo mis sinceras felicitaciones.

José Manuel F. Febles

Hermoso e interesante poema de Manuel.

Muy bello, tocayo, como siempre, un placer y un abrazo.

Manuel Sánchez escribió:

Convengamos
                 en que la línea recta 
nunca fue la distancia más corta entre tú y yo.
Convengamos también
                  que son esos suburbios de material orgánico
por donde caminamos, mendigos de otro tiempo,
los que sostienen hoy nuestro sistema
                  para mostrarnos luego
un circulo de sombras dibujado en la sangre.
               Que todo se mantuvo viviendo de palabras
parecidas al rastro que dejan los jilgueros
                 contagiados de nieve. Y que yo
sigo siendo un verano doméstico
                       en el que se permiten claridades nocturnas
visibles desde el mar.     

¿ No crees que parpadean los lugares del mundo
que nos vieron crecer, que quedaron amándonos?

Sin duda para mi, el mas bello poema de amor romántico que he leído. Es un poema de gran belleza y lirismo escrito con originalidad y estilo. Te felicito, Manuel! ERA