Editorial Alaire

Duele

Cuando el golpe está rozando
el franco fruto de la desventura
y la dádiva alumbrada en el tiempo
del fuego y la ceniza,
le dije a la fuente: no es la tumba
la que duele,
es aquella hora que enturbia
el sendero con madejas de murmullo
y el tenue espejo de la estrella;

son las solitarias teclas del piano
que no tienen las águilas blancas
volando en su canto,
ni el perfume sonoro abierto al viento;

es el cuerpo viudo de los destellos de plata
con mágica medianoche y sus misterios,
solo con la victoria arrodillada,
y el clamor y el silencio cerca de la muerte;

es el recuerdo abdicado en el lecho
con lecciones no aprendidas
y la copa vacía acunada
por los instantes de nadie.

Melancolía vibrante e intensidad que sobrecoge querido amigo...
Un gusto leerte...te abrazo con todo mi cariño...
Nancy

El poderío vibrantes de tus versos, el sentimiento que brotan de ellos hacen de este poema libre un ejemplo. Mis felicitaciones sinceras, querido compañero y amigo,

José Manuel F. Febles

Me ha gustado mucho, Ricardo, asomarme a este poema tuyo que se introduce en aquello que nos acerca tanto a los hombres y que tratas con verdadero esmero y delicadeza.

Un abrazo.

Reflejas el dolor con un sentimiento amoroso y dulce. Es un gusto leerte
Besos
Pilar

Como siempre una maravilla amigo ricardo !!!

mil besos y mil gracias

Curra

Solo los instantes de los vivos van despiertos a poner la suerte y la sonrisa
donde el aire es palabra para seguir respirando al son de la poesía.

un abrazo

Ricardo Serna G escribió:


Duele

Cuando el golpe está rozando
el franco fruto de la desventura
y la dádiva alumbrada en el tiempo
del fuego y la ceniza,
le dije a la fuente: no es la tumba
la que duele,
es aquella hora que enturbia
el sendero con madejas de murmullo
y el tenue espejo de la estrella;

son las solitarias teclas del piano
que no tienen las águilas blancas
volando en su canto,
ni el perfume sonoro abierto al viento;

es el cuerpo viudo de los destellos de plata
con mágica medianoche y sus misterios,
solo con la victoria arrodillada,
y el clamor y el silencio cerca de la muerte;

es el recuerdo abdicado en el lecho
con lecciones no aprendidas
y la copa vacía acunada
por los instantes de nadie.

Un poemazo, amigo. Elegante, evocador y muy bello.
La imagen también es todo un acierto.

Abrazo fuerte y felicidad.

Ha sido un placer leerte, estimado Ricardo. Unas potentes imágenes acompañan la descripción de ese hondo dolor.

Un abrazo fuerte.
Óscar

Tu elegancia al escribir me fascina, amigo, me ha gustado mucho, un abrazo.

Ricardo, en su poesía, hasta el dolor y la muerte alcanzan ritmo de gran lirismo. Una lograda entrega, poeta.

Mi gran abrazo.

Mitsy

Delicado y muy hermoso poema, Ricardo. Me ha encantado.

Un abrazo.

Un gran poema, Ricardo. He disfrutado mucho con su lectura.

Recibe un abrazo, amigo.
Felipe.

Enorme sensibilidad en este hermoso condensado de vida. Hermoso poema, Ricardo.

Un abrazo,

Judit

A través de tus versos nos dolemos, recordamos. Vivimos instantes mirando por la ventana de tus imágenes.

Un abrazo Ricardo.