El Poder de Mi Dios
Publicado: Lun, 02 Jun 2008 18:26
El Poder de Mi Dios
A los hermanos Masones de todo el Mundo con respeto y admiración, y concediendo la licencia de la discreción para siempre
Lo he visto con absoluta claridad, el diablo venía por el sendero rojo, entre los ladrillos venía el diablo de chistera, venía caminando en el crepúsculo cantando una tonada de Schubert, silbándola
Saludaba a los deshollinadores, a las cabras de pelo negro, olía las maderas abiertas, la masa de la uva, olía con los guantes en la cara, con la sonrisa de un Maestro Chino venía con lento caminar
Sus zapatos de punta sonaban como cencerros en una noche de tormenta, sonaban como piedras de mar que empuja un niño o un payaso, venía el diablo desde la rosaleda muerta, venía pateando una pelota de colores por el trigal, y tirando llaves de oro en el pasto, descansaba de su propio caminar
Venía el diablo deteniendo veletas con la mirada mágica. Venía harto de comer conejos en salsa de pera y de pomelo, venía con el reloj a flor de manos dispuesto a negociar
Y escuchaba la última campana que cercaba la plazoleta como un rayo perezoso a baja altura, escuchaba el himno del amor, y lloraba, lloraba con lágrimas vivas como plantas, lloraba al caminar
Yo os anuncio el reposo del diablo y el florecimiento de las cajas
Se abrirán los ataúdes como bocas y lanzarán perfume, lanzarán estridencias amarillas como plumas liberales, libertarias, que tocarán el empeine de la diosa, de la nada blanca y clara
Todo será perdonado, y el diablo regresará a casa rodeado de niños con guirnaldas
Todo es perfecto, todo está en orden en la vieja casa
Rafael Teicher
A los hermanos Masones de todo el Mundo con respeto y admiración, y concediendo la licencia de la discreción para siempre
Lo he visto con absoluta claridad, el diablo venía por el sendero rojo, entre los ladrillos venía el diablo de chistera, venía caminando en el crepúsculo cantando una tonada de Schubert, silbándola
Saludaba a los deshollinadores, a las cabras de pelo negro, olía las maderas abiertas, la masa de la uva, olía con los guantes en la cara, con la sonrisa de un Maestro Chino venía con lento caminar
Sus zapatos de punta sonaban como cencerros en una noche de tormenta, sonaban como piedras de mar que empuja un niño o un payaso, venía el diablo desde la rosaleda muerta, venía pateando una pelota de colores por el trigal, y tirando llaves de oro en el pasto, descansaba de su propio caminar
Venía el diablo deteniendo veletas con la mirada mágica. Venía harto de comer conejos en salsa de pera y de pomelo, venía con el reloj a flor de manos dispuesto a negociar
Y escuchaba la última campana que cercaba la plazoleta como un rayo perezoso a baja altura, escuchaba el himno del amor, y lloraba, lloraba con lágrimas vivas como plantas, lloraba al caminar
Yo os anuncio el reposo del diablo y el florecimiento de las cajas
Se abrirán los ataúdes como bocas y lanzarán perfume, lanzarán estridencias amarillas como plumas liberales, libertarias, que tocarán el empeine de la diosa, de la nada blanca y clara
Todo será perdonado, y el diablo regresará a casa rodeado de niños con guirnaldas
Todo es perfecto, todo está en orden en la vieja casa
Rafael Teicher