La tribu de hierro
Publicado: Vie, 18 Sep 2015 2:11
La tribu de hierro
A Rafel Calle con todo mi amor de poeta
¡Oh… grito desesperado en la lejanía del amanecer!
es verdad que soy homosexual de heridas penetrantes.
Adiós, murmullo que crispa la letanía de la bala en los ojos.
La tribu de hierro está frente a la casa,
enmienda perpetua de los solitarios pasos.
Y ese ausente susurro hiela la noche y sus astros,
aquí en Argentina y no en los círculos de la comedia.
¡ Oh, mentira hídrica de los mares en la tribu de amazonas!
El viento muere sobre el abismo, y la máscara hiere la carne,
salto de pájaro invernal de las distancias en gruesos trenes.
¡Perdón! Porque padecí la huella de Allan Poe, sus misteriosos pájaros.
Allí en la eterna humedad de la palabra están las playas edénicas,
gritos y fugas miradas hacia la tribu de hierro.
Sobre la tierra llueve, llueve en la sangre India, en el Paraná y en tu rostro.
Te amé, hace años que esas imágenes vienen a mí, pero,
se ciñe el potro que recorre mis venas paso a paso,
y es mujer de la tribu, esa que clavó hoy el miembro de la soledad.
Ese paraíso es la tribu de hierro, mas allá de la agónica planicie del deseo,
fulguran mentiras
¡te amo!
sin que tu hierro se clave en dos cuchillos sobre mis ojos y mi corazón!
A Rafel Calle con todo mi amor de poeta
¡Oh… grito desesperado en la lejanía del amanecer!
es verdad que soy homosexual de heridas penetrantes.
Adiós, murmullo que crispa la letanía de la bala en los ojos.
La tribu de hierro está frente a la casa,
enmienda perpetua de los solitarios pasos.
Y ese ausente susurro hiela la noche y sus astros,
aquí en Argentina y no en los círculos de la comedia.
¡ Oh, mentira hídrica de los mares en la tribu de amazonas!
El viento muere sobre el abismo, y la máscara hiere la carne,
salto de pájaro invernal de las distancias en gruesos trenes.
¡Perdón! Porque padecí la huella de Allan Poe, sus misteriosos pájaros.
Allí en la eterna humedad de la palabra están las playas edénicas,
gritos y fugas miradas hacia la tribu de hierro.
Sobre la tierra llueve, llueve en la sangre India, en el Paraná y en tu rostro.
Te amé, hace años que esas imágenes vienen a mí, pero,
se ciñe el potro que recorre mis venas paso a paso,
y es mujer de la tribu, esa que clavó hoy el miembro de la soledad.
Ese paraíso es la tribu de hierro, mas allá de la agónica planicie del deseo,
fulguran mentiras
¡te amo!
sin que tu hierro se clave en dos cuchillos sobre mis ojos y mi corazón!