Editorial Alaire

En este vagón de cola, todavía, poeta, uno se puede enganchar y, aunque nada sea eterno, dices, da gusto encontrarse perlas
que endulcen nuestro destierro. Gracias por echarlo a andar.

Víctor

Muchas gracias, amiga Mirta, muy tarde, pero te agradezco el comentario y me alegra que te haya gustado el poema.
Abrazos.

... aquí, amigo Rafel, reivindicando de nuevo este lindo poema, cómo no, cómo no ... Abrazo. a. justel/Orión

Un poema muy logrado, pleno de luces creativas y precursor quizás de nuestro neosimbolismo. Me ha encantado, Rafel.
Un abrazo.

Jerónimo

He disfrutado con la lectura del poema, pero especialmente con la primera y la última estrofa. Cuántos trenes pasan de largo por nuestra vida!
Te felicito.
Un abrazo.

Un poema de múltiples interpretaciones, Rafel:

Los trenes que llevaban a los judíos a los campos de exterminio.

Los trenes de las estaciones de todo el mundo.

El tren de la vida.

Como un caleidoscopio de matices este poema ofrece muchos elementos para reflexionar.

Belleza y profundidad en tus versos.

Enhorabuena
Un abrazo
Ana

Eran por ser definición
y la indefinición de los conceptos
rotos a base de insistir compulsivamente
en el gris más denso de las nubes,
eran sin sol o un reto del poniente
en busca de una amnistía
que los reos de la niebla le reclaman a la suerte.

Eran un vagón de cola y el encanto
de las sombras, espejismos o los trenes
que vienen y van
y nunca se detienen. Excelente poema con versos inolvidables.

Un abrazo.

Pues a mi también se me escapó esta maravilla que hay que leer y releer para no perder ningún tren.
Felicidades, Rafel.

Arriba con mi abrazo.

Muchas gracias por vuestros comentarios, amigos Ferreiro, Antonia, Anita, Ricardo, Ana Muela y Antonio, siempre es un placer recibir vuestras atenciones.
Abrazos.

Efectivamente, nada es eterno, y en las últimas estaciones los trenes paran raramente, o no paran, o a destiempo...Y los raíles no están en las mejores condiciones. Suelen estar desgastados y estropeados por las inclemencias del tiempo y de los años.

Y aunque los reos de las nubes insistan en volver a ser libres, ya nada es como antes. Las riendas ya no están sueltas. El miedo a romper las costumbres las tiene bien sujetas.

Resulta menos farragoso distraerse con las sombras que viajan en el vagón de cola de ese tren que ya no se detiene.

Víctor F. Mallada escribió: ↑Dom, 05 Sep 2021 11:56 En este vagón de cola, todavía, poeta, uno se puede enganchar y, aunque nada sea eterno, dices, da gusto encontrarse perlas
que endulcen nuestro destierro. Gracias por echarlo a andar.

Víctor

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Muchas gracias, amigo Víctor, te agradezco el comentario a este ya viejo poema que, ciertamente, es un ejercicio estilístico a base de lenguaje neosimbolista.
Abrazos, compañero.

Nunca es tarde si la dicha es buena. He disfrutado de tu poema y te doy las gracias.
Pensaba que te había dejado la reseña pero he visto que no.
Ahora observaré, no me vaya a pasar lo mismo.
Abrazos.

Excelente trabajo literario, muy buena imaginación un placer Rafel.

Me pierdo en este mundo.

Menos mal que siempre hay alguien que rescata, buscando entre años pasados, las joyas que se quedaron escondidas.

Esta es una de ellas.

Muy bueno sin duda, Rafel.

Un abrazo.

Buenos versos, Rafel, merecedores de mi voto. Un abrazo