Editorial Alaire

Eran pasajeros de una fe sin rumbo
y también residual porque nada es eterno;
eran la última estación, los trenes
que pasan sin parar o no llegan a tiempo.

Eran raíles ahítos del óxido
cautivo en el culmen del acero
celosamente frío; eran la costumbre
de un tran tran difuso, casi ciego,
en los paisajes nublados,
porque nada es eterno.

Eran por ser definición
y la indefinición de los conceptos
rotos a base de insistir compulsivamente
en el gris más denso de las nubes,
eran sin sol o un reto del poniente
en busca de una amnistía
que los reos de la niebla le reclaman a la suerte.

Eran un vagón de cola y el encanto
de las sombras, espejismos o los trenes
que vienen y van
y nunca se detienen.

Rafel Calle escribió:.

Me gustó mucho este poema, Rafael, en ese último vagón estoy yo hace mucho tiempo, mirando a traves de la ventanilla polvorienta, esperando el silbido de parada.

Mi felicitación y aplausos

Un fuerte abrazo, Rafael

Gonzalo

Trenes fugaces o alterados en las vias de la existencia. El poema duele, desarma la claridad y el desconsuelo de los personajes.


"Eran por ser definición
y la indefinición de los conceptos
rotos a base de insistir compulsivamente
en el gris más denso de las nubes,
eran sin sol o un reto del poniente
en busca de una amnistía
que los reos de la niebla le reclaman a la suerte."


Esta penúltima estrofa es de un lirismo apabullante; las claves se liberan de cualquier máscara y la suavidad del verso confirma el llanto de su propia fuerza.

Seguimos, querido amigo; abrazo fuerte.

Rafel

Eran eso sí
pero son los versos pasajeros
de la modernidad


Un abrazo fuerte, maestro

Gonzalo Martínez escribió:

Rafel Calle escribió:.

Me gustó mucho este poema, Rafael, en ese último vagón estoy yo hace mucho tiempo, mirando a traves de la ventanilla polvorienta, esperando el silbido de parada.

Mi felicitación y aplausos

Un fuerte abrazo, Rafael

Gonzalo

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Muchas gracias, amigo Gonzalo, te agradezco el comentario y me alegra que te haya gusta el poema.
Pues sí, en el vagón de cola esperando una parada o en el andén esperando que se pare, podrían ser ámbitos de un mismo destino, al final, si el tren no se para, no importa si estás dentro o fuera de él, ni siquiera importa que viajes en primera clase...
Abrazos.

Interesante trabajo Rafel.

... el encanto de las sombras

todo un viaje en un gran poema.
Un abrazo

Muchas gracias, amiga Hallie, siempre es un placer recibir tus doctos y muy generosos comentarios.
Abrazos, compañera.

Pd. Tienes razón, en uno de los versos, me he plagiado a mí mismo. Caí en la cuenta cuando me lo dijiste.

En este tren vamos todos o esperamos la parada. Un poema profundo y muy bien escrito. Me ha gustado mucho
Besos
Pilar

Los trenes y sus destinos, trenes amables y otros de infausta memoria como los que llegaban a Auswichtz-Birkenau, los que pasan ahora hacia el corazón de Europa, en fin, trenes de todas las vidas. Con un abrazo.
Salud.

Un poema rico en significados, que permite múltiples interpretaciones de tal manera que cada lector es un pasajero de esos trenes en la niebla. Bello, rítmico y original, que no podría ser de otra manera a tu nivel... Un lujo, sin duda. Aplausos y un gran abrazo estimado Rafel.

Muchas gracias, amigo Ricardo, te agradezco el comentario y me alegra que te haya gusta el poema.
Un cordial abrazo, compañero.

Eran...quizás eran sin darse cuenta. Parecen acariciar la pérdida de las estaciones que se dejan para seguir camino, el ruido que es ya pasado cuando suena perdido en el vacío de las rutas. Parecen no acomodarse a las plazas que les han tocado, como si se esperara de alguna manera una parada que no llega, alguna que les saque de ese itinerario cíclico que recorre las venas de un tiempo que va licuando los railes, hasta hacerlos sólo lluvia.
Profundo e interesante amigo, un placer leerte
Abrazos

Rafel, ha sido un gran placer leerte y re-descubrir que tu poesía ahonda en los temas existenciales, con tu manera tan peculiar, extravagante, diría yo, como un cóctel de lenguas de pájaros, como un arte que no lo distingue cualquiera. Recibe mis abrazos sinceros.

Rafel Calle escribió:Eran pasajeros de una fe sin rumbo
y también residual porque nada es eterno;
eran la última estación, los trenes
que pasan sin parar o no llegan a tiempo.

Eran raíles ahítos del óxido
cautivo en el culmen del acero
celosamente frío; eran la costumbre
de un tran tran difuso, casi ciego,
en los paisajes nublados,
porque nada es eterno.

Eran por ser definición
y la indefinición de los conceptos
rotos a base de insistir compulsivamente
en el gris más denso de las nubes,
eran sin sol o un reto del poniente
en busca de una amnistía
que los reos de la niebla le reclaman a la suerte.

Eran un vagón de cola y el encanto
de las sombras, espejismos o los trenes
que vienen y van
y nunca se detienen.

y
Me ha dejado muy triste este viaje circular y rotundo. Que brillantes metáforas! Te felicito, Rafel. ERA