- Aquí - (Mod)
Publicado: Dom, 06 Sep 2015 19:00
Aquí,
lo que de mí queda
lo salvaron los rastrojos.
El cabello,
a la deriva,
desviste a los cormoranes de rubio,
de rubio trigo
y en ciernes, los humedales van sirviéndome un rocío
que anhelo
como el mendigo reclama hospedo en la roca.
Digo voy,
y soy de Fénix sosías en las cenizas,
gaviota que a la greña exige peces al marinero
porque suya es la cosecha ;
digo pan y se vertebra mi espalda erguida,
y erguida vivo,
soy la reina,
reclamo mi acantilado mientras la falda,
coqueta,
se ciñe con des-acato al cuerpo que se des-onda en brazos,
piernas y talle
y libre,
marca las simas, mares
vertientes todas donde apuntalan los muslos,
el verde-yedra y helecho
promesa de amaneceres.
Aquí,
lo que de mí nazco;
porque mía es la esperanza,
por ella y en ella
yazgo.

(Dos de septiembre en Alicante al menos y de equis año, una fecha magnífica como pudo serlo hace equis años por ejemplo y sin duda lo será dentro de otros equis lustros, pero hoy, mía es la Esperanza, por ella y en ella yazgo, en este poema que parece deslabazado, sin conexión alguna, pero que él (el poema) y yo, sabemos que no es así. Fin)
lo que de mí queda
lo salvaron los rastrojos.
El cabello,
a la deriva,
desviste a los cormoranes de rubio,
de rubio trigo
y en ciernes, los humedales van sirviéndome un rocío
que anhelo
como el mendigo reclama hospedo en la roca.
Digo voy,
y soy de Fénix sosías en las cenizas,
gaviota que a la greña exige peces al marinero
porque suya es la cosecha ;
digo pan y se vertebra mi espalda erguida,
y erguida vivo,
soy la reina,
reclamo mi acantilado mientras la falda,
coqueta,
se ciñe con des-acato al cuerpo que se des-onda en brazos,
piernas y talle
y libre,
marca las simas, mares
vertientes todas donde apuntalan los muslos,
el verde-yedra y helecho
promesa de amaneceres.
Aquí,
lo que de mí nazco;
porque mía es la esperanza,
por ella y en ella
yazgo.
(Dos de septiembre en Alicante al menos y de equis año, una fecha magnífica como pudo serlo hace equis años por ejemplo y sin duda lo será dentro de otros equis lustros, pero hoy, mía es la Esperanza, por ella y en ella yazgo, en este poema que parece deslabazado, sin conexión alguna, pero que él (el poema) y yo, sabemos que no es así. Fin)