Fotografía.
Publicado: Jue, 03 Sep 2015 16:26
Fotografía.
En el negro radiar y revelar de la luna. Que es blanca. En el resquicio de una estrella. Que es luz. En la noche. Por allí. En el remover de las olas. Quise ser la niña alegre que acaricia con gracia tu mirada. Pero, para qué mentir en un recuerdo y por qué emular la dulzura, si mi risa estaba muerta. Era una vela apagada en el centro de la tarta, del que nace.
Si supieras, que había mil invitados entre tú y yo. Y ninguno, ninguno estaba aquí. Si supieras, que yo cuando voy al mar en la noche es para matarme y matarlos y hablar a la luna, siempre hablar a la luna.
Y ahí estaba yo, balanceándome en la cuerda del ser. Y del no ser. Y del quien ser ¿Quién?. Y yo ciega, irremediablemente ciega y casi placenteramente ciega. Y en mis pies, la tierra que se hunde, y ante mí la adversidad de una marea que me lleva. Y yo quieta. Inquebrantablemente quieta.
Si supieras, que entre tú y yo siento una pérdida irreemplazable, la pérdida de mí. Si supieras, si supieras que sé… que fuera… todo está vivo fuera. Y yo me he quedado dentro, con un látigo en mi espalda, porque he asistido al funeral de mi voz.Y mi cuerpo arde rígido en el mar. Flota mi amor a mí perdido. Y yo de cara a la luna, mirando como la niña que implora perdón a la madre.
Y dime, cómo vas a fotografiar a la ahogada que aguarda de pie en la arena. Si tú querías la noche perfecta. Y yo estoy comenzando a amanecer (me)a mí.
En el negro radiar y revelar de la luna. Que es blanca. En el resquicio de una estrella. Que es luz. En la noche. Por allí. En el remover de las olas. Quise ser la niña alegre que acaricia con gracia tu mirada. Pero, para qué mentir en un recuerdo y por qué emular la dulzura, si mi risa estaba muerta. Era una vela apagada en el centro de la tarta, del que nace.
Si supieras, que había mil invitados entre tú y yo. Y ninguno, ninguno estaba aquí. Si supieras, que yo cuando voy al mar en la noche es para matarme y matarlos y hablar a la luna, siempre hablar a la luna.
Y ahí estaba yo, balanceándome en la cuerda del ser. Y del no ser. Y del quien ser ¿Quién?. Y yo ciega, irremediablemente ciega y casi placenteramente ciega. Y en mis pies, la tierra que se hunde, y ante mí la adversidad de una marea que me lleva. Y yo quieta. Inquebrantablemente quieta.
Si supieras, que entre tú y yo siento una pérdida irreemplazable, la pérdida de mí. Si supieras, si supieras que sé… que fuera… todo está vivo fuera. Y yo me he quedado dentro, con un látigo en mi espalda, porque he asistido al funeral de mi voz.Y mi cuerpo arde rígido en el mar. Flota mi amor a mí perdido. Y yo de cara a la luna, mirando como la niña que implora perdón a la madre.
Y dime, cómo vas a fotografiar a la ahogada que aguarda de pie en la arena. Si tú querías la noche perfecta. Y yo estoy comenzando a amanecer (me)a mí.