Recursos humanos

[Raul Muñoz]

RECURSOS HUMANOS

PERSONAJES
JMª Director de rrhh.
EVA Secretaria.

ESCENA I

"El trabajo os hará libres". Terrible frase, o no, según cómo se mire. En un pañuelo la había bordado su madre. Le tenía mucho cariño José Mª al pañuelo, trataba de llevarlo siempre encima, sobre todo los días que trabajaba. El joven, ya en su treintena, se había labrado un porvenir; este quedaba resumido en una frase, escrita en el letrerito que adornaba la mesa de su despacho: "José Mª Valverde, director de rrhh".
Sin embargo, su mirada seguía siendo sonámbula, y oscilaba; subiendo y bajando las paredes del despacho; entrando y saliendo por la ventana; escapando por la rendija de la puerta; escabulléndose, como un ratón curioso, entre los libros de la pequeña estantería que decoraba el despacho (quizá, demasiado frío y aséptico para una mirada inquieta).
Tenía sobre la mesa una pila de currículos, verdaderas historias de vida. Sus dedos eran ágiles y ávida su vista, para hacer un somero repaso de aquellos expedientes laborales. Tan absorto estaba en su labor, que no escuchó los pasos que se acercaban, y se sobresaltó cuando llamaron a la puerta. Podría ser que con cierta insistencia malhumorada, dado el repentino estado de nerviosismo que embargó al joven. Ligeramente temblaban sus manos cuando se levantó torpemente, arrojando al suelo los papeles y el lapicero.

TOC-TOC ( SEGUÍAN LLAMANDO A LA PUERTA )

EVA ¿Da usted su permiso?
JMª (CON VOZ TEMBLOROSA Y RECOGIENDO LOS PAPELES Y BOLÍGRAFOS APRESURADAMENTE). Enseguida, dame un segundo Eva.
EVA Espero... espero.
JMª Sí, ya puede pasar.
EVA (CON VOZ TÍMIDA Y MIRADA SUMISA). Buenos días.
JMª (OLIENDO EL IRRESISTIBLE ALIENTO A CAFÉ). Siéntate Eva, por favor. ¿Qué tenemos hoy?
EVA A destacar hoy, quizá, la cuestión del ERE. Habría que ir revisando expedientes. La empresa quiere aplicarlo el mes que viene.
JMª (SONÁNDOSE LOS MOCOS). ¿De cuántos trabajadores estaríamos hablando?

SUENAN SUS NARICES COMO UNA TROMPETA, TRAS LO CUAL SE HACE UN SILENCIO LARGO.

JMª Sí... Eva, por favor.
EVA Sí... ¿eh? Disculpa... ¿No sé dónde tenía la cabeza?
JMª (BROMEANDO). Eva, querida. ¿Qué cuántos trabajadores se quedan sin olla? Que no se te vaya la olla je je... (PONIÉNDOSE SERIO). Disculpa mi atrevimiento, ya sé que te tomas en serio tu trabajo, pero...

A Eva le había costado, exactamente tres años, acostumbrarse a aquel humor tan peculiar de su "superior". Pero no podía dejar de sentirse turbada cuando aquel bromeaba.

EVA Bueno, se estima que serían cincuenta trabajadores.
JMª (BUSCANDO LA MIRADA CÓMPLICE). Creo que vamos a tener trabajo esta semana.
EVA (CON MIRADA ESQUIVA). Está bien, lo que usted mande.
JMª (CON VOZ MOLESTA). Bueno, ¿ya está todo? ¿Hay algo más?
EVA (BUSCANDO UNA MIRADA DE APROBACIÓN). Creo que eso es todo.
JMª (BAJANDO LA MIRADA Y CON VOZ ÁSPERA). Entonces, déjame un rato. Iré preparando los expedientes.

[Ventura Morón]

Una pequeña escena teatral que dan ganas de ver en marcha. Conociendo tus trabajos en este sentido, incluso puede ser que forme parte de un proyecto mayor.
Es extraño como nos acostumbramos a pasar por encima de lo fundamental, del daño que se infiere, cuando no representa un rostro, e incluso así. Me gusta este diálogo que se intuye entre los personajes, como si tras esos tres años, se hubiera ya entablado un sistema de funcionamiento entre ellos que dejara clara cada frontera.
Un abrazo Raúl, y gracias siempre por compartir amigo

[Raul Muñoz]

Una pequeña escena teatral que dan ganas de ver en marcha. Conociendo tus trabajos en este sentido, incluso puede ser que forme parte de un proyecto mayor.
Es extraño como nos acostumbramos a pasar por encima de lo fundamental, del daño que se infiere, cuando no representa un rostro, e incluso así. Me gusta este diálogo que se intuye entre los personajes, como si tras esos tres años, se hubiera ya entablado un sistema de funcionamiento entre ellos que dejara clara cada frontera.
Un abrazo Raúl, y gracias siempre por compartir amigo

Muchas gracias Ventura por tu visita. Sí estoy pensando en escribir más prosa. Pero no acabo de ponerme en ello, creo que me acostumbre a la poesía, y ahora se me hace más difícil.

Un fuerte abrazo, amigo.