Editorial Alaire

En la distancia veo a esa pareja
que habla junto al ventanal.

No miran a la calle -se miran entre sí-.

Se enfría el café en sus tazas demoradas.

Yo me llevo a los labios el vaso de licor
y le pregunto al camarero
por algún periódico libre.

Empieza a llover sobre las tejas grises.

Se está bien aquí bajo el reloj roto,
ajeno a la vida como este velador
que calla.

He podido sentir en propia carne ese sentimiento de melancolía y soledad. Solo me falta la copa de licor. Tu poesía llega, al menos a mí me llega, sin retardos, directa al corazón.
Te envío un abrazo.

En este precioso poema logras, estimado compañero, una descripción soberbia de un momento existencial. Logras captar y trasmitir la conciencia del existir, el mágico suceso de la vida, el cuadro apacible de la cotidianeidad. Yo siento como si quisiera estar en ese bar y buscar una charla con la voz poética. Me ha gustado mucho.

Un abrazo grande.
Óscar

Como una instantánea del alma, proyectada en el paisaje de lo cotidiano. Me ha gustado mucho.
Un abrazo.
Pepa

Excepcional en su sencillez, Ramón.

Soberbio instante poético y vital.

Maestría en tu pluma. Escribes como quieres.

Un beso
y
felicitaciones
Ana

Querido Ramon :

Bonito tu refugio para descontar soledades, y hermoso tu poema !!!

Genial

Mil besos y mil gracias
Curra

María José Honguero Lucas escribió:He podido sentir en propia carne ese sentimiento de melancolía y soledad. Solo me falta la copa de licor. Tu poesía llega, al menos a mí me llega, sin retardos, directa al corazón.
Te envío un abrazo.

Muchas gracias, Maria José, por tus amables palabras. Un abrazo.

Óscar Distéfano escribió:En este precioso poema logras, estimado compañero, una descripción soberbia de un momento existencial. Logras captar y trasmitir la conciencia del existir, el mágico suceso de la vida, el cuadro apacible de la cotidianeidad. Yo siento como si quisiera estar en ese bar y buscar una charla con la voz poética. Me ha gustado mucho.

Un abrazo grande.
Óscar

Muchas gracias, Óscar. Me alegra que te haya gustado el poema. Un abrazo.

Has cambiado el registro y me encanta la instantánea tan lograda.
Besos
Pilar

Ramón


Lo cotidiano y la vida
dentro del corazón del poeta
un café y un vaso de vino
me recuerdan que la sangre
hace palpitar al mundo...


Magnífico, maestro


Un abrazo fuerte

Ramón Carballal escribió:

En la distancia veo a esa pareja
que habla junto al ventanal.

No miran a la calle -se miran entre sí-.

Se enfría el café en sus tazas demoradas.

Yo me llevo a los labios el vaso de licor
y le pregunto al camarero
por algún periódico libre.

Empieza a llover sobre las tejas grises.

Se está bien aquí bajo el reloj roto,
ajeno a la vida como este velador
que calla.

En vez de un poema adentro de la soledad, nos compartes un poema que deambula, se sienta a ver pasar la vida, a ver de lejos la conversación del amor, y eso es la soledad sin decir de ella una sola palabra. Impresionante y conmovedor poema. me gusta este poema escénico. Te felicito, Ramón. ERA

Josefa A. Sánchez escribió:Como una instantánea del alma, proyectada en el paisaje de lo cotidiano. Me ha gustado mucho.
Un abrazo.
Pepa

Gracias, Pepa, por leerme y comentar. Un abrazo.

Siempre es grato, Ramón, asomarse a tu poesía, aquí es la descripción de un momento que sugiere muchas sensaciones. Me ha gustado mucho la sensibilidad con la que lo has narrado.

Un abrazo.

Que bonito Ramón, ese decir callando, ese acentuar en el silencio, en lo no dicho.
Un instante que se atrapa como si fuera eterno.
Un verdadero gusto pasar, Ramón
Abrazos

Ana Muela Sopeña escribió:Excepcional en su sencillez, Ramón.

Soberbio instante poético y vital.

Maestría en tu pluma. Escribes como quieres.

Un beso
y
felicitaciones
Ana

Gracias, Ana, por tu lectura y generoso comentario. Un abrazo.