El plagiador de Neruda
Publicado: Mar, 11 Ago 2015 22:21
El plagiador de Neruda
A Pablo Ibáñez
La amanecida rama del cerezo, en ese crepúsculo luminoso.
La palabra en la caracola, en el viento del sur, habita el hombre.
Existe, en un cuarto encerrado sobre las rocas, en ese sino,
el poeta que plagia a Neruda, sangre a sangre… paso a paso, sol a sol.
La amanecida verdad del blanco capullo ciñe el norte,
Banderas que hieren sus mundos y sus soledades.
Estoy en este sendero de globos explotados medio leves.
El plagiador de Neruda, camina las playas y solitarios tenues pájaros,
La rama del árbol y sus frutos son la miel de cerezos en flor,
pero mentir como lo hacen quizá el viento sediento de la irrealidad azul,
mentir poeta y mundo libre en danzas ciegas, no sé.
La pluma grita, ecos, flores, uvas y cantos generales.
Para realizar un milagro el habitante del mundo se va en miel,
en relámpago azul que esfuerza la palpitante mentira.
Allá en el fuego sagrado, en el peligro de grises ojos,
pisan los perdedores mas grandes del mundo, los poetas…
pisan ese suelo sagrado, para amanecer…
cuando el verso cae en el viento que se mece en la distancia…
A Pablo Ibáñez
La amanecida rama del cerezo, en ese crepúsculo luminoso.
La palabra en la caracola, en el viento del sur, habita el hombre.
Existe, en un cuarto encerrado sobre las rocas, en ese sino,
el poeta que plagia a Neruda, sangre a sangre… paso a paso, sol a sol.
La amanecida verdad del blanco capullo ciñe el norte,
Banderas que hieren sus mundos y sus soledades.
Estoy en este sendero de globos explotados medio leves.
El plagiador de Neruda, camina las playas y solitarios tenues pájaros,
La rama del árbol y sus frutos son la miel de cerezos en flor,
pero mentir como lo hacen quizá el viento sediento de la irrealidad azul,
mentir poeta y mundo libre en danzas ciegas, no sé.
La pluma grita, ecos, flores, uvas y cantos generales.
Para realizar un milagro el habitante del mundo se va en miel,
en relámpago azul que esfuerza la palpitante mentira.
Allá en el fuego sagrado, en el peligro de grises ojos,
pisan los perdedores mas grandes del mundo, los poetas…
pisan ese suelo sagrado, para amanecer…
cuando el verso cae en el viento que se mece en la distancia…