
Las horas de agosto
Breve el sol en lo alto
y mediodía;
horas de insectos, de chicharras
incesantes en la siesta,
tábanos aturdiendo a los caballos
y las vacas
en las vueltas
de la trilla
de las eras.
Luego la hora de la nube,
el rayo
y la tormenta,
la noche serenada
toda de estrellas.
González Alonso

La estación de agosto
Era el primer crepúsculo de agosto
y desde el tren veíamos el espacio
apagándose entre los árboles dormidos.
La distensión de la penumbra
fue capaz de exaltar la contingencia de los sueños…
En la alucinación
los astros parecían espuma evaporada
del bravío mar cercano,
y la estación en la distancia,
esplendía dorada
hundiéndose en el mar.
¿Qué me quedará de la última voz,
de los últimos tactos,
del último sabor de tu piel viva
en esta noche que al fondo del mar nos lleva?
JJM Ferreiro
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