Editorial Alaire

Será que la conciencia, juez divino,
señala los errores por momento
que en la mirada llevo mi tormento
ceñido al argumento que adivino.

Dispone sobre el rostro mortecino,
el silencio, mantel a mi sustento,
añadiendo al orgullo sufrimiento
y hospedaje de necio convecino.

La triste realidad de la vivencia
acecha en un paisaje que repruebo
al tiempo que cancelo la denuncia.

Mi muerte son facturas con vigencia:
aquella que me deben, la que debo,
y por cobarde a la que se renuncia.

Me gustan tus facturas y esa honestidad profunda que destilas

Mil besos y mil
Gracias

Curra

Profundos y reflexivos tus cuidados versos amigo...
Muy grato leerte...te abrazo con todo mi cariño...
Nancy

Un soneto bien provisto en fondo y forma, amigo.
La realidad se acerca a la conciencia y esta se acerca al alma.

un abrazo

La excepcional composición que nos ocupa, lo firma el excepcional terceto que lo termina,,,, como así obligan los cánones de la excepcionalidad de los sonetos.

Todo un placer de lectura, amigo Miguel.

Un abrazo.

Curra, gracias, por tu cercanía y amables palabras.
Un abrazo.

Gracias por la amable visita y comentario, Nancy.
Fuerte abrazo.

Gracias por la visita y amabilidad en el comentario, Guillermo.
Fuerte abrazo.

Gracias por la amable visita y comentario, Ferreiro.
Fuerte abrazo.

Hermoso soneto de Miguel Ángel.

Me alegro que el poema fuese de tu agrado, Rafael. Un abrazo.