Editorial Alaire

Gira y gira la rueda del Samsara
con su lento crujir inexorable
devorando a los hombres lentamente.
Gira y gira la rueda, nunca para
de abocar a su estómago insaciable,
sin parar un momento, gente y gente.

Una vez y otra vez, las tempestades
van haciendo sangrar nuestras heridas
y apagando la voz del Cristo interno.
La ignorancia no tiene cualidades,
pero pone al servicio nuestras vidas
del señor mandamás del mundo infierno.

Todo sigue su curso, cada escena
se proyecta según quiénes la vean
y el matiz que los egos le confieran.
Gira y gira la cósmica cadena
que nos ata al dolor, para que sean
hechos vivos los hombres cuando mueran.

Todo aquel que rehúye la batalla
contra el monstruo terrible que dormita
en el fondo insondable de sí mismo,
dejará desazón por donde vaya,
pensará que le escuchan cuando grita
y arderá en el fogón del ostracismo.

Gira y gira la rueda, duelo y fiesta
en compleja y perfecta sintonía
sobre el eje ancestral de la existencia.
La Verdad nunca miente ni se acuesta
con aquellos que tienen la osadía
de olvidar escuchar a su conciencia…

Qué gran trabajo nos compartes, Ramón. La rueda de la existencia, las libertades, el darma, las visiones cíclicas.
Desarrollas el poema con mucha elegancia y lirismo. Aplausos fuertes.

Agradecido de todo corazón por tus -como siempre- alentadoras palabras, inmerecidas por otro lado. Un abrazo fuerte Hallie, con mis mejores deseos. ..

Me gustaron tus endecas en formato de sextetos donde la inspiración
da vueltas desde el sentir hasta el esfuerzo que rueda sin parar en la conciencia.

un abrazo

Honrado por tus palabras Guillermo. Gracias por dejar tu huella en mi humilde obra. Abrazo sincero