Editorial Alaire

Manuel Sánchez escribió:Yo sabía de ti
cuando miraba al mundo
con ojos de disculpa maniatada.
Si pensaba en los barcos
que mueren con sus olas.
Y en la resurrección del hombre y su destino,
yo sabía de ti.
Antes de imaginarme las palabras
que rompen los cristales de aquel que está en silencio.
En el aire que entiende los temblores.
Siempre que he sido instante en cada sueño.
Al salir del mercado que es toda mi memoria.

Podía comprender
mientras se construía la ciudad del futuro
y estaba el avellano tumbado en la ladera,
y aparecía incrédula
esa parte del templo
donde la paz adora
como llega la tarde a su destitución, rotundamente.
Yo sabía de ti la noche de mañana.

Y es que apresarlo todo, era sencillo:
decir tú, decir yo,
y acabar en nosotros.

Manuel Sánchez escribió:Yo sabía de ti
cuando miraba al mundo
con ojos de disculpa maniatada.
Si pensaba en los barcos
que mueren con sus olas.
Y en la resurrección del hombre y su destino,
yo sabía de ti.
Antes de imaginarme las palabras
que rompen los cristales de aquel que está en silencio.
En el aire que entiende los temblores.
Siempre que he sido instante en cada sueño.
Al salir del mercado que es toda mi memoria.

Podía comprender
mientras se construía la ciudad del futuro
y estaba el avellano tumbado en la ladera,
y aparecía incrédula
esa parte del templo
donde la paz adora
como llega la tarde a su destitución, rotundamente.
Yo sabía de ti la noche de mañana.

Y es que apresarlo todo, era sencillo:
decir tú, decir yo,
y acabar en nosotros.

Manuel Alonso escribió:Sublime, tocayo, siempre me conmueven tus versos. Un abrazo, amigo.