Página 1 de 1

...

Publicado: Dom, 12 Jul 2015 12:17
por Tigana Nelson
....

Re: Destino

Publicado: Dom, 12 Jul 2015 16:06
por Armilo Brotón
Condenados a comunicarnos, como necesidad vital o Destino, los hombres buscamos el receptor de nuestras inquietudes. Hay veces que hasta nos lo inventamos mientras que hablamos con la pared.
Pero casi siempre hay alguien que quiere escucharte, saber de ti; compartir. Pasa que a veces queremos que el otro nos atienda según nuestra forma de ver las cosas, que interprete según las circunstancias que nos han creado y eso es difícil. Y lo terminamos convirtiendo en cucaracha, aplastándolo -"no nos entiende"- porque sólo queríamos oírnos a nosotros mismos.

Un relato interesante para la reflexión Ana. Me ha gustado.

Un beso.

Re: Destino

Publicado: Lun, 13 Jul 2015 18:17
por Tigana Nelson
Armilo Bretón escribió:Condenados a comunicarnos, como necesidad vital o Destino, los hombres buscamos el receptor de nuestras inquietudes. Hay veces que hasta nos lo inventamos mientras que hablamos con la pared.
Pero casi siempre hay alguien que quiere escucharte, saber de ti; compartir. Pasa que a veces queremos que el otro nos atienda según nuestra forma de ver las cosas, que interprete según las circunstancias que nos han creado y eso es difícil. Y lo terminamos convirtiendo en cucaracha, aplastándolo -"no nos entiende"- porque sólo queríamos oírnos a nosotros mismos.

Un relato interesante para la reflexión Ana. Me ha gustado.

Un beso.
Un buen comentario, Miguel. Eso mismo es lo que pensé. Es increíble esa necesidad de contar, de que se sepa nuestras inquietudes, miedos, alegrías. Y como bien dices no importa tanto que nos entiendan, el caso es oírnos.
Condenados a comunicarnos, a entendernos. Más parece un castigo que un don.

Gracia por tu atenta lectura.
Un beso.

Re: Destino

Publicado: Jue, 23 Jul 2015 8:31
por Ventura Morón
Al final, en la soledad, en el abandono de uno mismo, en la distancia de las cosas, incluso en la negación de los otros... necesitamos hablarnos, contarnos, escuchar nuestras propias palabras y aunque queden vacías, soltarlas como el que se libera del hecho de no ser uno sólo.
Me ha gustado este texto, y la idea que lo genera Tigana.
Abrazos y gracias por compartir