Editorial Alaire

No me mata tu alarde,
ni el chorro vertical de tu mirada,
ni esa expresión que vive amurallada,
que siempre llega tarde
esperando a que el mundo se acobarde.

Sino el lejano cielo
con el que aquella noche misteriosa
quisiste ser forzosamente hermosa,
tirando por el suelo
el papel que envolvía un caramelo.

Por temor me hipnotizo,
yo que afronto mi sumisión maldita
y el oro de un puñal que decapita,
pues, prefiero el hechizo
donde pueda olvidar que hoy agonizo.

Y se verá una estrella
flotando sobre el mar de tus fusiles,
y una sola oración podrán ser miles,
y observarás en ella
el brillo que a tus armas atropella.

Una secuencia sensible de emociones recorre el transitar de tus versos amigo... conmovedores...
Un gusto leerte...te abrazo con todo mi cariño...
Nancy

Manuel Sánchez escribió:.

Bonito e interesdante poema, Manuel, me gusto, recibe mis aplausos

Un abrazo

Gomzalo

Un poema estupendo, Manuel:

Me recuerda a laestructura de la lira: 7-11-7-7-11

Pero tú, aquí, has cambiado un poco la estructura: 7-11-11-7-11.

Es un poema intenso, con unas rimas interesantes y que hace pensar.

Enhorabuena
Un beso
Ana

Se dibuja la verdad en tus logrados versos. Poema sincero y desnudo que me gustó.
Besos
Pilar

Muy bello poema de Manuel.

Lirismo puro y ritmo recalcitrante en estas estrofas de copla manriqueña bien labrada y conseguida.

un abrazo