El Abismo del Cubo I
Publicado: Jue, 29 May 2008 19:31
El Abismo del Cubo I
Sucedía en los cuerpos
Imperceptiblemente se tornaban encuentro de la muerte, batalla de la forma, amasado del brillo opalino de los pájaros, pisada zoológica del hierro cuando es blando
Sucedía apocalíptico en el beso y hacía llorar a las panteras al borde de los charcos
Se abrazaban los desnudos bajo los puentes de los trenes con el viento en los cabellos, caían en los brazos
Se apretaban entre los cantos de los búhos como manos, se fundían en el torso del bronce, se mecían en la pierna del cielo como insultos, como planos de la dicha pasados por el filo, atropellados
Algo crecía bajo la huella del anfibio, algo manaba perfume entre los pies, subía las escaleras hechas fuego, algo iba matando el rostro
Sucedía en las camas de los hoteles llenos de cortinas, sobre el cementerio de botellas volcadas, a ras de las alfombras, se abría cual la garganta de los lobos
Una marcha del loco hacia la cima, una fuga de castores, un foco que sangra en el bosque como un golpe, un ladrido sin lengua, una pausa del tambor del indio oculto
Llegaba sin música, sordamente, royendo los huesos de las ratas, succionando los labios de las zanjas
Sucedía en los cuerpos como la aurora de la miga
Sucedía en la divinidad de la carne que huele a manzanares, preñaba los relojes, descomponía los garfios
Sucedía en el abismo del cubo con espanto
Rafael Teicher
Sucedía en los cuerpos
Imperceptiblemente se tornaban encuentro de la muerte, batalla de la forma, amasado del brillo opalino de los pájaros, pisada zoológica del hierro cuando es blando
Sucedía apocalíptico en el beso y hacía llorar a las panteras al borde de los charcos
Se abrazaban los desnudos bajo los puentes de los trenes con el viento en los cabellos, caían en los brazos
Se apretaban entre los cantos de los búhos como manos, se fundían en el torso del bronce, se mecían en la pierna del cielo como insultos, como planos de la dicha pasados por el filo, atropellados
Algo crecía bajo la huella del anfibio, algo manaba perfume entre los pies, subía las escaleras hechas fuego, algo iba matando el rostro
Sucedía en las camas de los hoteles llenos de cortinas, sobre el cementerio de botellas volcadas, a ras de las alfombras, se abría cual la garganta de los lobos
Una marcha del loco hacia la cima, una fuga de castores, un foco que sangra en el bosque como un golpe, un ladrido sin lengua, una pausa del tambor del indio oculto
Llegaba sin música, sordamente, royendo los huesos de las ratas, succionando los labios de las zanjas
Sucedía en los cuerpos como la aurora de la miga
Sucedía en la divinidad de la carne que huele a manzanares, preñaba los relojes, descomponía los garfios
Sucedía en el abismo del cubo con espanto
Rafael Teicher