La niña que comía fresas

[jose manuel saiz]

LA NIÑA QUE COMÍA FRESAS


Alguien hizo a mi madre de pequeña
una fotografía comiendo fresas en el campo.
Estaba recostada sobre la hierba, sonreía
y había árboles grandes a lo lejos.
Incluso en blanco y negro
el día parecía hermoso, radiante (ya se sabe
que las niñas bonitas pintan
de azul el cielo).

Ahora observo aquella foto
y divago sobre ese instante
colgado en el pasado.
Me fijo en esa niña, en esa imagen
(¿cómo llamarle madre a una chiquilla
ajena y tan lejana aún de mí?)
e imagino la historia de su vida a partir
de aquel momento:
Megustanlasfresaspapá¿hesalidoguapa?
mamáventengofríovamosacasa
Añosdespuéslaguerraelmiedoyelhambre
elfusilamientodelabueloyelexilioenFrancia
lacartilladeracionamientoyelregresoaEspaña
lajuventudlaescuelasutrabajodemodista
elencuentroconmipadreelprimerbeso
labodalosviajesaMadridminacimientoymihermana
HaroyVitorialamuertedemipadreeltrabajoduro
lamuertedelaabuelaylanuevacasa…
…hasta el día en el que hallo en un cajón
la foto de una niña comiendo fresas
en el campo.
De esa pequeña tengo, dicen,
los ojos y la boca
y un poco de su aspecto melancólico.
Y, cuando alguna vez le pido
que me hable de su infancia,
sus pupilas, primero, se iluminan
después se apagan; luego, pensativa,
me dice que recuerda, sobre todo,
el amargo sabor de la posguerra.
En ese tiempo yo era, para ella,
una imagen aún por revelar.

Hoy corre por mi sangre
un resto muy pequeño, pequeñísimo,
un átomo no más, de aquellas fresas;
como un legado dulce de mi madre
o un sedimento cuántico
de esa niña
en mis entrañas.


--oOo--

[Mario Martínez]

Hermoso poema José Manuel.

Ternura, dulzura, nostalgia y sencillez y originalidad compartida. Siempre es un placer leerte, compañero. Un abrazo.

Mario.

[E. R. Aristy]

LA NIÑA QUE COMÍA FRESAS


Mi abuelo hizo, hace tiempo,
una foto a mi madre comiendo fresas en el campo.
Estaba recostada sobre la hierba, sonreía,
y había árboles, grandes, a lo lejos. Aparentaba
apenas cuatro años.
Aquel día, aun siendo gris, parecía hermoso (¿será que dicen
que las niñas bonitas pintan de azul el cielo?)

Y mi abuelo retuvo ese instante para siempre.

Ahora observo aquella foto.
Me fijo en el semblante de la niña (¿cómo llamarle madre
a una chiquilla ajena y tan lejos aún de mí?) y reconstruyo,
a partir de la imagen, una película que se proyecta
veloz en mi cabeza con las cosas que sé o imagino
de su vida:
Megustanlasfresaspapá¿hesalidoguapa?mamáventengofrío
vamosacasaAñosdespelaguerraelmiedoyelhambre
elfusilamientodelabueloyelexilioenFrancia
lacartilladeracionamientoyelregresoaEspaña
lajuventudlaescuelasutrabajodemodistaylasamigas
elencuentroconmipadrelaprimeracitaelprimerbeso
labodalosviajesaMadridminacimientoymihermana
HaroVitorialamuertedemipadreeltrabajoduro
lamuertedelaabuelaylanuevacasa…
…hasta el día en el que hallo en un cajón una foto
que mostraba a una niña que comía
fresas en el campo.

De esa chiquilla tengo, dicen, los ojos y la boca
y un poco de su aspecto melancólico.
Y, cuando alguna vez,
le pido que me hable de aquella época, sus ojos, primero,
se iluminan, después se apagan, y luego, pensativa,
me dice que recuerda sobre todo la insoportable
dureza de la vida.

En ese tiempo, yo era, simplemente,
una imagen aún por revelar.
Pero llevo una parte pequeña, pequeñísima,
un átomo quizás, de la pulpa y la dulzura
de aquellas fresas.


--oOo--

Que maravilla, José Manuel! Me gusta como representas en poesía concreta el tropel de pensamientos, entrelazados, corren azules, monologo interior que corre solo como un disco rayado, a veces, pero siempre en el sistema límbico, es decir las primeras emociones grabadas en la memoria....Todo el poema es una estampa, una huella digital de identidad y de una extraordinaria belleza lirica. Un gran placer leerte, ERA

[curra anguiano]

Me ha encantado, tu niña y tus fresas !!


Genial

Mil besos y mil gracias
Curra

[jose manuel saiz]

Hermoso poema José Manuel.

Ternura, dulzura, nostalgia y sencillez y originalidad compartida. Siempre es un placer leerte, compañero. Un abrazo.

Mario.

Muchas gracias amigo y compañero Mario por tu comentario.
Un abrazo fuerte para ti.
J. Manuel

[Pilar Morte]

Tus poemas mejoran la técnica pero la sensibilidad ya la mostraban antes tus versos. Este poema es precioso, emotivo, entrañable. Me gustó mucho
Besos
Pilar

[Guillermo Cumar.]

blEl oir hablar de guerras y desgracias acarrea esas cosas y una profunda nostalgia que puede ver todo lo imaginable.
Sencillez y elegancia en tu poema tan filial y reflexivo.

un abrazo

[jose manuel saiz]

LA NIÑA QUE COMÍA FRESAS


Mi abuelo hizo, hace tiempo,
una foto a mi madre comiendo fresas en el campo.
Estaba recostada sobre la hierba, sonreía,
y había árboles, grandes, a lo lejos. Aparentaba
apenas cuatro años.
Aquel día, aun siendo gris, parecía hermoso (¿será que dicen
que las niñas bonitas pintan de azul el cielo?)

Y mi abuelo retuvo ese instante para siempre.

Ahora observo aquella foto.
Me fijo en el semblante de la niña (¿cómo llamarle madre
a una chiquilla ajena y tan lejos aún de mí?) y reconstruyo,
a partir de la imagen, una película que se proyecta
veloz en mi cabeza con las cosas que sé o imagino
de su vida:
Megustanlasfresaspapá¿hesalidoguapa?mamáventengofrío
vamosacasaAñosdespelaguerraelmiedoyelhambre
elfusilamientodelabueloyelexilioenFrancia
lacartilladeracionamientoyelregresoaEspaña
lajuventudlaescuelasutrabajodemodistaylasamigas
elencuentroconmipadrelaprimeracitaelprimerbeso
labodalosviajesaMadridminacimientoymihermana
HaroVitorialamuertedemipadreeltrabajoduro
lamuertedelaabuelaylanuevacasa…
…hasta el día en el que hallo en un cajón una foto
que mostraba a una niña que comía
fresas en el campo.

De esa chiquilla tengo, dicen, los ojos y la boca
y un poco de su aspecto melancólico.
Y, cuando alguna vez,
le pido que me hable de aquella época, sus ojos, primero,
se iluminan, después se apagan, y luego, pensativa,
me dice que recuerda sobre todo la insoportable
dureza de la vida.

En ese tiempo, yo era, simplemente,
una imagen aún por revelar.
Pero llevo una parte pequeña, pequeñísima,
un átomo quizás, de la pulpa y la dulzura
de aquellas fresas.


--oOo--

Que maravilla, José Manuel! Me gusta como representas en poesía concreta el tropel de pensamientos, entrelazados, corren azules, monologo interior que corre solo como un disco rayado, a veces, pero siempre en el sistema límbico, es decir las primeras emociones grabadas en la memoria....Todo el poema es una estampa, una huella digital de identidad y de una extraordinaria belleza lirica. Un gran placer leerte, ERA

Muchas gracias Era por tu precioso comentario.
Un gran abrazo para ti.
J. Manuel

[Víctor F. Mallada]

!Qué bonita la historia de la foto! Y ese vuelco final, átomo a átomo. No sabes, J. Manuel, el bien que hacen estos poemas al alma que los lee.

Gracias, amigo, por compartirlos.


Víctor

[Ventura Morón]

Es un poema pleno de significado y de historia. Se entrevé el trabajo tras la aparente sencillez, el saber contar, la emoción que está contenida y a la vez, está presente y constante. Acercarse a capítulos de la vida que quedaron en la retina, e incluso a aquellos que uno sólo puede imaginar, a través de los ojos de tu madre. Te felicito, me encantó venir a leerte.
Un fuerte abrazo

[Pablo Ibáñez]

José Manuel,

me gusta mucho el poema, amigo, como todos los que escribes. Me ha gustado mucho la manera cómo nos has narrando la historia de tu madre partiendo de una fotografía antigua, alrededor de la cual haces girar todos los recuerdos familiares. Me gusta también el original recurso del cambio de formato en medio del texto, separa ese contenido del resto y le hace como vertiginoso, como si el tiempo que narra pasara a otro ritmo más rápido.

Me ha gustado mucho, amigo.

Un abrazo.

[Rosa Marzal]

Tu poesía siempre tan cercana, tan entrañable y hermosa. Mi sincera enhorabuena por esta maravilla, José Manuel.

Un abrazo.

[Ricardo Serna G]

José Manuel


MARAVILLOSO POEMA, MARAVILLOSO


Un abrazo fuerte

[jose manuel saiz]

Me ha encantado, tu niña y tus fresas !!


Genial

Mil besos y mil gracias
Curra

Muchas gracias curra, muy amable Un abrazo fuerte para ti.
J. Manuel

[Ana Muela Sopeña]

Es un poema alucinante, José Manuel.

Emoción, ternura y belleza en esta historia tan hermosa como real.

Casi se me saltan las lágrimas.

Un beso
Ana