Editorial Alaire

-ÁNGELA-

Como todos los días sonó el despertador a las siete de la mañana y Ángela se
levantó a duras penas, tras una de tantas noches de insomnio.
Miró por la ventana, todavía estaban encendidas las farolas de la calle, llovía
y hacía frío. Era otra mañana fría y solitaria, como casi todas en su vida.
Después de una ducha, se arregló, tomó un café y conectó su ordenador, comprobó
si tenía correo y ¡clic! ¡ahí estaba!

Hoooolaaaaa,
Estoy en Dusseldorf
Llego hoy a Barajas a las 9,45 en el vuelo IB3521, irás a buscarme ¿verdad?
Allí te espero.- No te enfades, ya, ya sé que llevas mucho tiempo sin noticias
mías, ya te contaré.
No me falles, te quiero. Pablo.

El correo electrónico era el único medio por el que de vez en cuando y en los
últimos dos años Ángela sabía dónde estaba Pablo y siempre sus mensajes eran
así, cortos y exigentes.

- ¡Maldita sea!, siempre me hace lo mismo, tendré que llamar al despacho y
cancelar las entrevistas que tenía esta mañana.

Habló con su secretaria y le pidió que intentase cambiar esas citas.

- Consigue cambiarlas como sea Rita, no puedo ir hoy, Pablo llega a Barajas a
las 9:45 y no sé qué planes tiene, como siempre. Te llamaré luego.

Durante el trayecto hacia el aeropuerto pensaba en Pablo y en lo que le hacía
sufrir permanentemente.
¿Cómo estará? pensaba.
Al verle, un escalofrío recorrió su espalda, estaba delgadísimo, esquelético.
Se abrazo a ella como antes, como cuando era un niño.

- ¿Estás bien Pablo?
- Sí, ahora sí, vamos a casa mamá.

Cuánto tiempo hacía que no la llamaba así, ahora estaba segura de que algo grave
pasaba.

- Cuéntame Pablo, para qué has vuelto, no me interpretes mal porque estoy
contenta de verte, pero quiero saber qué pasa.

Pablo callaba, no sabía por dónde empezar.

- ¿La has dejado? No sigues con ella ¿verdad?
- No Ángela, no es eso.
- ¿Qué es entonces?
- No sé, me he cansado de vagabundear, no tengo dinero ni trabajo y he pensado
que tú…. Que aquí, contigo.
- Pablo, tienes 26 años ¿has pensado ya qué quieres o qué puedes hacer?
- No puedo hacer nada, ya nada.

Ángela le observaba y se daba cuenta por momentos de lo que estaba ocurriendo.

- Tenemos que ir a un médico Pablo, no estás bien.
----------------

Tumbado allí, en aquella cama de hospital, Pablo le decía a Ángela.

- Como has envejecido mamá y yo soy el culpable.
- No he querido ver tu sacrificio ni tu sufrimiento pero te quiero, te quiero
tanto y ahora ya es tarde.
- Pablo, olvida eso ahora, te pondrás bien.
- No mamá, ya no es hora de seguir con mentiras y hasta ahora sólo eso te había
contado, mentiras que tu tapabas y que al pasar del tiempo has pagado muy caro.
- Tu padre no hizo nada por entendernos, a ninguno de los dos.
- Recuerdo cuando era niño, aquella canción que me cantabas y me hacía dormir,
quiero volver a dormir como entonces.- Quiero acabar con esto mamá y una vez más
tú, solo tú puedes ayudarme.
- No puedo Pablo, sé que nunca la has dejado pero no me pidas eso ahora.
- Cómprala mamá, la más dura, una dosis fuerte acabará conmigo y dejaré de
sufrir. ¿Ves? mi egoísmo no tiene límites, incluso en mis últimos momentos sólo
pienso en mi.

Pablo le dijo donde tenía que ir.
Ángela salió del Hospital y cogió un taxi, tuvo que convencer al conductor para
que la llevase y esperase para volver y le costó bastante tiempo conseguirlo, a
los taxistas no les gusta ir a esos poblados marginales.
Cuando llegó de nuevo al hospital eran casi la 2 de la madrugada.
Se abrazaron y sin decir nada, aquella noche y después de mucho tiempo por fin
durmieron.
Ángela y Pablo emprendieron juntos su último vuelo.
-----
© MAR - Febrero 1.999

Pongo aquí este relato porque sé que necesita más de una y dos correcciones y lo dejo en vuestras manos.
Está escrito en 1999 coincidiendo con la muerte de Enrique Urquijo.
Espero vuestros comentarios.
Gracias por todo.

Se me ocurren pocos que pudieran abordar este tema como tu lo haces querida Marisa. Esta conversación va dejando entrever el germen que fagocita sus esperanzas, la ternura a pesar de las fauces del miedo, la imposibilidad de sacar un billete único, cuando el viaje anunciado dinamita la perspectiva del reencuentro.
Triste y rebosante de ternura, vas llevando hacia una puerta que sólo puede abrirse una vez, y la luz del abrazo en su paso ciega al atravesarla.
Un beso grande Marisa, siempre es emocionante leerte

Como los buenos cuentos, esta narración tiene ese misterio que conduce al lector hasta el final. Y además, la elección del tema lo carga de emotividad y de tragedia. Me ha gustado mucho leerte, Marisa.
Un fuerte abrazo, amiga.

Marisa Peral escribió:-ÁNGELA-

Como todos los días sonó el despertador a las siete de la mañana y Ángela se
levantó a duras penas, tras una de tantas noches de insomnio.
Miró por la ventana, todavía estaban encendidas las farolas de la calle, llovía
y hacía frío. Era otra mañana fría y solitaria, como casi todas en su vida.
Después de una ducha, se arregló, tomó un café y conectó su ordenador, comprobó
si tenía correo y ¡clic! ¡ahí estaba!

Hoooolaaaaa,
Estoy en Dusseldorf
Llego hoy a Barajas a las 9,45 en el vuelo IB3521, irás a buscarme ¿verdad?
Allí te espero.- No te enfades, ya, ya sé que llevas mucho tiempo sin noticias
mías, ya te contaré.
No me falles, te quiero. Pablo.

El correo electrónico era el único medio por el que de vez en cuando y en los
últimos dos años Ángela sabía dónde estaba Pablo y siempre sus mensajes eran
así, cortos y exigentes.

- ¡Maldita sea!, siempre me hace lo mismo, tendré que llamar al despacho y
cancelar las entrevistas que tenía esta mañana.

Habló con su secretaria y le pidió que intentase cambiar esas citas.

- Consigue cambiarlas como sea Rita, no puedo ir hoy, Pablo llega a Barajas a
las 9:45 y no sé qué planes tiene, como siempre. Te llamaré luego.

Durante el trayecto hacia el aeropuerto pensaba en Pablo y en lo que le hacía
sufrir permanentemente.
¿Cómo estará? pensaba.
Al verle, un escalofrío recorrió su espalda, estaba delgadísimo, esquelético.
Se abrazo a ella como antes, como cuando era un niño.

- ¿Estás bien Pablo?
- Sí, ahora sí, vamos a casa mamá.

Cuánto tiempo hacía que no la llamaba así, ahora estaba segura de que algo grave
pasaba.

- Cuéntame Pablo, para qué has vuelto, no me interpretes mal porque estoy
contenta de verte, pero quiero saber qué pasa.

Pablo callaba, no sabía por dónde empezar.

- ¿La has dejado? No sigues con ella ¿verdad?
- No Ángela, no es eso.
- ¿Qué es entonces?
- No sé, me he cansado de vagabundear, no tengo dinero ni trabajo y he pensado
que tú…. Que aquí, contigo.
- Pablo, tienes 26 años ¿has pensado ya qué quieres o qué puedes hacer?
- No puedo hacer nada, ya nada.

Ángela le observaba y se daba cuenta por momentos de lo que estaba ocurriendo.

- Tenemos que ir a un médico Pablo, no estás bien.
----------------

Tumbado allí, en aquella cama de hospital, Pablo le decía a Ángela.

- Como has envejecido mamá y yo soy el culpable.
- No he querido ver tu sacrificio ni tu sufrimiento pero te quiero, te quiero
tanto y ahora ya es tarde.
- Pablo, olvida eso ahora, te pondrás bien.
- No mamá, ya no es hora de seguir con mentiras y hasta ahora sólo eso te había
contado, mentiras que tu tapabas y que al pasar del tiempo has pagado muy caro.
- Tu padre no hizo nada por entendernos, a ninguno de los dos.
- Recuerdo cuando era niño, aquella canción que me cantabas y me hacía dormir,
quiero volver a dormir como entonces.- Quiero acabar con esto mamá y una vez más
tú, solo tú puedes ayudarme.
- No puedo Pablo, sé que nunca la has dejado pero no me pidas eso ahora.
- Cómprala mamá, la más dura, una dosis fuerte acabará conmigo y dejaré de
sufrir. ¿Ves? mi egoísmo no tiene límites, incluso en mis últimos momentos sólo
pienso en mi.

Pablo le dijo donde tenía que ir.
Ángela salió del Hospital y cogió un taxi, tuvo que convencer al conductor para
que la llevase y esperase para volver y le costó bastante tiempo conseguirlo, a
los taxistas no les gusta ir a esos poblados marginales.
Cuando llegó de nuevo al hospital eran casi la 2 de la madrugada.
Se abrazaron y sin decir nada, aquella noche y después de mucho tiempo por fin
durmieron.
Ángela y Pablo emprendieron juntos su último vuelo.
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© MAR - Febrero 1.999

Pongo aquí este relato porque sé que necesita más de una y dos correcciones y lo dejo en vuestras manos.
Está escrito en 1999 coincidiendo con la muestre de Álvaro Urquijo.
Espero vuestros comentarios.
Gracias por todo.

Querida Marisa, el relato es bueno, compacto, dramático. Juegas bien con la posibilidad de que el hijo sea un amante esporádico, una relación sentimental difícil. El mensaje por correo electrónico también es bueno (la tecnología ha volado a velocidades extrahumanas en los últimos tiempos).
El texto coincide ciertamente con la muerte de Enrique Urquijo (Álvaro es el hermano, creo recordar).
Volveré luego con más calma y tiempo; a mi me parece un trabajo claro y contundente. Ahora mismo no se me ocurre ninguna observación constructiva.

Abrazos fuertes y felicidad.

Ventura Morón escribió:Se me ocurren pocos que pudieran abordar este tema como tu lo haces querida Marisa. Esta conversación va dejando entrever el germen que fagocita sus esperanzas, la ternura a pesar de las fauces del miedo, la imposibilidad de sacar un billete único, cuando el viaje anunciado dinamita la perspectiva del reencuentro.
Triste y rebosante de ternura, vas llevando hacia una puerta que sólo puede abrirse una vez, y la luz del abrazo en su paso ciega al atravesarla.
Un beso grande Marisa, siempre es emocionante leerte

Me abrumas Ventura, es un comentario precioso e inmerecido porque soy consciente de que tiene fallos, otra cosa es que haya conseguido transmitir la crudeza del tema, el egoísmo de un hijo drogadicto y el dolor culpable de una madre... no sé si está bien, la verdad.
Te agradezco mucho siempre tu seguimiento y de verdad, me anima a seguir en este intento que nos tiene "enganchados"
Un beso para tí, agradecida y también emocionada.

Manuel Sánchez escribió:
Como los buenos cuentos, esta narración tiene ese misterio que conduce al lector hasta el final. Y además, la elección del tema lo carga de emotividad y de tragedia. Me ha gustado mucho leerte, Marisa.
Un fuerte abrazo, amiga.

Gracias Manuel, tu comentario me da "alas" y me gusta que hayas disfrutado con la lectura de este pequeño relato.
Un abrazo para tí, querido amigo.

Hallie Hernández Alfaro escribió:

Querida Marisa, el relato es bueno, compacto, dramático. Juegas bien con la posibilidad de que el hijo sea un amante esporádico, una relación sentimental difícil. El mensaje por correo electrónico también es bueno (la tecnología ha volado a velocidades extrahumanas en los últimos tiempos).
El texto coincide ciertamente con la muerte de Enrique Urquijo (Álvaro es el hermano, creo recordar).
Volveré luego con más calma y tiempo; a mi me parece un trabajo claro y contundente. Ahora mismo no se me ocurre ninguna observación constructiva.

Abrazos fuertes y felicidad.

Hola Hallie, creo que sois muy benévolos conmigo pero creo que, si estuviera mal lo diríais abiertamente -quiero creerlo-
Tienes razón, el que mirió fue Enrique, Álvaro sigue cantando.
Y sí me gustaría que si vuelves, me dieras tu opinión.
Gracias siempre y un abrazo grandote.

No suelo entrar al foro de prosa, me gusta más la poesía y no hay tanto tiempo para dedicarllo a los dos. Hoy lo hago y me encuentro este atractivo e interesante relato, muy bien llevado porque mantiene alerta al lector hasta el final, y lo hace con intriga y emotividad
Abrazos
Pilar

Pilar Morte escribió:
No suelo entrar al foro de prosa, me gusta más la poesía y no hay tanto tiempo para dedicarllo a los dos. Hoy lo hago y me encuentro este atractivo e interesante relato, muy bien llevado porque mantiene alerta al lector hasta el final, y lo hace con intriga y emotividad
Abrazos
Pilar

Pues me alegra que hayas entrado Pilar, pero es cierto, no da tiempo a todo.
Gracias por tu valiosísimo comentario y un abrazo grande.

Sube para deleite de todos.

Hallie Hernández Alfaro escribió:
Sube para deleite de todos.

Gracias Hallie, es una grata sorpresa ver arriba un relatillo mío, gracias de nuevo por subirlo.
Y un beso grande.

Lo encontré

Es un triste y a la vez hermoso relato. La heroína fue una plaga terrible, y aún hoy muchas personas sufren las consecuencias. Por desgracia dónde yo vivía "calo hondo" ese veneno, y conozco muchos dramas personales y familiares. También conocí a Enrique Urquijo, en una entrevista que le grabó mi hermano. Fue otro genio de la música que cayó en esa mierda -"Pero a tu lado" me sigue pareciendo una de las mejores y la más bonita canción del pop español-

Ha sido un placer de lectura, Marisa, me gustó de verdad tu relato. Un abrazo, amiga.

Luis M. escribió:Lo encontré

Es un triste y a la vez hermoso relato. La heroína fue una plaga terrible, y aún hoy muchas personas sufren las consecuencias. Por desgracia dónde yo vivía "calo hondo" ese veneno, y conozco muchos dramas personales y familiares. También conocí a Enrique Urquijo, en una entrevista que le grabó mi hermano. Fue otro genio de la música que cayó en esa mierda -"Pero a tu lado" me sigue pareciendo una de las mejores y la más bonita canción del pop español-

Ha sido un placer de lectura, Marisa, me gustó de verdad tu relato. Un abrazo, amiga.

Ha sido un placer que busques este relato y me digas que te ha gustado.
Sin duda fue una época para no olvidar, por la belleza y buenos recuerdos para unos, por la tragedia de la heroína para muchos.

Yo me agobié mucho por mis niños, y lo que hice fue organizales en casa todos los guateques para "intentar conocer" a todos sus amigos. Me los llevaba de fin de semana... etc.
Conseguí que todos quisieran venir y eso me dio tranquilidad porque pensé que se sentían agusto en casa.
La adolescencia no es fácil.

Perdón por el rollete y muchas gracias, Luis.
Abrazos.

Me encanta esa canción, aquí está:



Letra

He muerto y he resucitado
Con mis cenizas un árbol he plantado
Su fruto ha dado y desde hoy algo ha empezado

He roto todos mis poemas
Los de tristezas y de penas
y lo he pensado y hoy sin dudarlo vuelvo a tu lado

Ayúdame y te habré ayudado
Que hoy he soñado en otra vida
En otro mundo, pero a tu lado

Ya no persigo sueños rotos
Los he cosido con el hilo de tus ojos
Y te he cantado al son de acordes aún no inventados

Ayúdame y te habré ayudado
Que hoy he soñado en otra vida
En otro mundo, pero a tu lado

Ayúdame y te habré ayudado
Que hoy he soñado en otra vida
En otro mundo, pero a tu lado

Pero a tu lado

Autores de la canción: Enrique Urquijo
Letra de Pero a tu lado © Warner/Chappell Music, Inc

Un durísimo relato, Marisa, sobre una realidad más dura todavía. Una entrañada empatía me parece lo más destacable. No veo nada especial en sus aspectos técnicos: está muy bien escrito. La puntuación de los diálogos podría ser mejorada (usando una buena raya, entre otros detalles de poca importancia).

abrazo
j.

Jorge Busch escribió:Un durísimo relato, Marisa, sobre una realidad más dura todavía. Una entrañada empatía me parece lo más destacable. No veo nada especial en sus aspectos técnicos: está muy bien escrito. La puntuación de los diálogos podría ser mejorada (usando una buena raya, entre otros detalles de poca importancia).

abrazo
j.

Hola Jorge, no sabes cuánto agradezco tu comentario y consejo.
La puntuación es un fallo que tengo que conseguir dominar, pero se resiste.
Me alegra que lo hayas leído y comentado, gracias de nuevo.

Un abrazo.