Editorial Alaire

Como malas metáforas,
mi memoria retiene,
persistente y banal,
solo ciertas imágenes
de aquel amor,
amor,
del que ya nada queda.

Apenas el recuerdo
del perfil de tus labios,
las ascuas de tu piel
sobre las sabanas y
el amargo sabor de tus pezones
(nodriza en hieles y descalabros)
para mi lengua absorta y mendicante.

Eso es todo.
Tres gastadas metáforas
como suma y final
de aquel amor,
amor,
del que por no quedar
no nos queda ni el humo
del fuego en que inmolamos
quién sabe qué carnal holocausto
a qué dioses adversos
y silentes.

Hermosos versos para el último recuerdo del amor. Un placer
Besos
Pilar

Si, inmenso, hermoso y lamentablemente triste y cierto.

mil besos y mil gracias

Curra

Muchas gracias, amigas.

Muy sentido el eco de un suspiro que desprende del alma...
Un gusto leerte amigo...te abrazo con todo mi cariño...
Nancy

Eduardo, me ha gustado tu triste poema. Lo entiendo muy bien. Aunque a veces lo mejor que se puede decir de un amor es que de él no quede nada.

Me gusta el ritmo que has imprimido en estos versos Eduardo, la concatenación de la m¡palabra amor, que irradia su influjo a cada verso anterior o posterior, en primera y tercera estrofa.
Bien hilado este recuerdo imborrable, aunque se vierta en el olvido, un placer leerlo.
Un abrazo

Eduardo,

me gusta mucho el poema, amigo. La distribución de las estrofas me parece muy acertada, con esas repeticiones que confieren ritmo y consistencia a la composición. El recuerdo queda bien expresado y evocado, y las metáforas son brillantes.

Un abrazo.

Buen poema, Eduardo; cercano y esencial.

Saludos cordiales y felicitaciones.

Hermoso e interesante poema de Eduardo.

Intenso y profundo este carnal holocausto, el título ya invita a entrar a leer, envuelto en metáforas muy visuales.

Un abrazo.

El amor no deja de ser un rito ( ¿ funerario ? ) de entrega, a quién? Acaso un sacrificio a los dioses ( a lo que idealizamos ). Me parece muy sugerente en su vertiente antropológica, más allá de la experiencia que lo alumbra. Conecta con algo que escapa al individuo y entra en la esfera de lo social y la religión.

El poema tiene un ritmo muy suave y cadente, y bellas metáforas. Un placer leerte, Eduardo.

Un abrazo.

Excelente tratamiento a un tema bastante utilizado. Con el ritmo muy bien ajustado, le has brindado un renovado aire, muy agradable de leer en estos tiempos de surrealismos desgastados. Mis aplausos.

Un abrazo.
Óscar

La metáfora de amor siempre se ajusta al verso. Es la idiosincrasia de sentir en directo o con nostalgia...
un abrazo