Editorial Alaire

A Ana M. Sopeña


Las ramas de laurel que se me alejan
y anudan los temblores de los montes hundidos
donde sueña sin sueño
la noche más oscura del llanto de los pájaros,
me llevan a la angustia
de perseguir tu huella,
de hurgar en recovecos sombríos y sinuosos
para encumbrar la herida de tu falda.

El resplandor que daña a una corona mustia,
la fuente de mi barrio perdida en una copla
anuncian el adiós a los espejos,
su quejido ahogado entre los matorrales
y el amor que me diste cuando no me querías.

La brisa de la arena que baña la Almadraba,
se funde con sus muros y recorre el silencio
donde gritan las quejas de un trovador dormido.

El canto se resuelve entre sábanas tristes
que extienden el lamento
que busca mi mirada
y busca su descanso, su olvido para siempre.

Mujer de alma y deseo, caricia que me rompe,
corazón que me busca,
me hiere y no me llama,
me dejas desterrado en el miedo y las sombras
a solas con el mar del dolor que me inunda,
en esas olas negras que arrastran a tu playa.

Te comento lo siempre adecuado de tu estilo y modo de decir, el contenido uso de la metáfora y el oxímoron, la belleza de un poema que se impregna de una sentida melancolía o tristeza de la ausencia, la pérdida irremediable o el dolor en la evocación de los recuerdos. Lo que no acierto a vislumbrar es la razón del porqué de los versos resaltados en letra bastardilla, pero imagino que obedece a una intencionalidad que se me escapa.
Un abrazo.
Salud.

Ante todo decirte, Julio, que me encanta lo que me dices, haces que me sienta más seguro de lo que escribo. Respecto a lo que me resaltas de la letra bastardilla te digo mis intenciones; simplemente quise resaltar que la última estrofa se convertía en un pequeño poema de amor. Puede que me haya equivocado y estoy dispuesto a rectificarlo, tampoco sé si hice bien otras veces que en circunstancias parecidas usé los puntos suspensivos o las comillas. Pienso que debemos ser lo más claros posible y que debemos facilitarle la labor al lector.

Un abrazo, Julio, agradecido de antemano por las enseñanzas que nos sueles aportar.

Un poema hermoso amigo F. Enrique, lo he disfrutado mucho, un placer y un abrazo.

F. Enrique escribió:Las ramas de laurel que se me alejan
y anudan los temblores de los montes perdidos
donde sueña sin sueño
la noche más oscura del llanto de los pájaros,
me llevan a la angustia
de perseguir tu huella,
de hurgar en recovecos sombríos y sinuosos
para encumbrar tu herida.

El resplandor que abriga una corona oscura,
la fuente de mi barrio perdida en una copla
anuncian el adiós a la colina,
su quejido ahogado entre los matorrales
y el amor que me diste cuando no me querías.

La brisa del recuerdo que inunda la Almadraba,
se funde con sus muros y empapa su silencio
donde gritan los versos de un trovador dormido.

El llanto se resuelve entre sábanas blancas
que extienden tu misterio y cubren mi mirada,
y buscan su descanso, su olvido para siempre.

Mujer de alma y deseo, caricia que me rompe,
corazón que me busca, me hiere y no me llama,
me dejas desterrado en el miedo y las sombras
a solas con el mar de dolor que me cubre,
en esas olas negras que arrastran a tu playa.

Precioso poema. Me da gusto volver a leer tu fina pluma, Enrique. ERA

Siempre leo nostalgia y un sentimiento de aquello perdido. Me gustan tus versos y los disfruto.
Besos
Pilar

Ay, Enrique.... ese cierre de sumisión irrefrenable al llamado del amor, ¡Me mató! Así, te lo digo y te aplaudo poeta, pues tu lírica llega...¡Chapeau! 'Chapó! Compañero.

Un abrazo. Mitsy

F. Enrique escribió:Las ramas de laurel que se me alejan
y anudan los temblores de los montes perdidos
donde sueña sin sueño
la noche más oscura del llanto de los pájaros,
me llevan a la angustia
de perseguir tu huella,
de hurgar en recovecos sombríos y sinuosos
para encumbrar tu herida.

El resplandor que abriga una corona oscura,
la fuente de mi barrio perdida en una copla
anuncian el adiós a la colina,
su quejido ahogado entre los matorrales
y el amor que me diste cuando no me querías.

La brisa del recuerdo que inunda la Almadraba,
se funde con sus muros y empapa su silencio
donde gritan los versos de un trovador dormido.

El llanto se resuelve entre sábanas blancas
que extienden tu misterio y cubren mi mirada,
y buscan su descanso, su olvido para siempre.

Mujer de alma y deseo, caricia que me rompe,
corazón que me busca, me hiere y no me llama,
me dejas desterrado en el miedo y las sombras
a solas con el mar de dolor que me cubre,
en esas olas negras que arrastran a tu playa.

Me gustó mucho tu poema, querido amigo

te sigo



Un abrazo fuerte

Que duro ha de ser ser ese amor que da cuando no se quiere, como tiene que romper el alma,
que solo ha de sentirse el trovador dormido y como me gusta tu final poema de amor, con letra bastardilla o sin ella.

Mil besos y mil gracias, lo guardo entero para mi colección de cosas hermosas !!!

Curra

Bello el canto melancólico de tus versos querido amigo...
Un gusto leerte...te abrazo con todo mi cariño...
Nancy

Gracias, Manuel, tengo que agradecerte tu exquisita amabilidad. Siempre eres atento.

Un abrazo.

Muy bello poema, amigo Enrique, donde abundan los momentos altamente evocadores.
Me alegro de que los hayas envuelto en una musicalidad despreocupada con las rimas y las asonancias. Personalmente, desconfío de aquellos que prestan atención a esos asuntos, para mí tremendamente secundarios en la importancia real de la obra y, sin embargo, muy llegadores desde en punto de vista del lector, ya que su imperfección formal le transmite la familiaridad de un lenguaje sin muchas imposturas.
Ha sido un placer leerte. Felicidades por el poema.
Abrazos.

Un abrazo.

Arriba con Las ramas de laurel, un poema muy bello de F. Enrique.

Un poema precioso, Enrique, de gran fuerza y apasionamiento lírico.

Me han gustado sobre todo estos versos:

"Las ramas de laurel que se me alejan
y anudan los temblores de los montes perdidos
.............................................

El resplandor que abriga una corona oscura,
la fuente de mi barrio perdida en una copla
.............................................

La brisa del recuerdo que inunda la Almadraba,
se funde con sus muros y empapa su silencio
............................................

El llanto se resuelve entre sábanas blancas
que extienden tu misterio y cubren mi mirada,
........................................

Mujer de alma y deseo, caricia que me rompe,
corazón que me busca, me hiere y no me llama,
me dejas desterrado en el miedo y las sombras
a solas con el mar de dolor que me inunda,
en esas olas negras que arrastran a tu playa"

Todo un placer de lectura, querido amigo.

Abrazos y salud.