Editorial Alaire

No deseo la muerte
aunque sé que ella me desea,
que estoy a la espera
en su agenda de amantes.
Pues la vida conspira
una trampa mortal,
me he fijado en unas hojas
que fueron empujadas al vacío
por el viento, con ojos secos
despidiéndose de sus hermanos.
Un cementerio es un jardín
donde vuelven los rostros
como mariposas, la verdad también
quisiera el mismo jardín,
no el olvido de las flores,
un solo macetero donde crezcan mis recuerdos.
Sé que ella me desea
pues ha pasado su cabello
por mis pómulos cansinos ,
y me llama desde la seducción mortal
de los candiles huecos de sus ojos,
con esa boca que no existe.
Mejor que siga durmiendo,
que siga su ronquido paseando en el aire,
mientras me alejo lentamente
casi sin tocar el piso para no despertarla.

Y es cuando el beso de la muerta se acerca, en el momento que sabio nace y ejerce, y vive...
no desaprovecha y exprime el elixir de la vida ... Es tal vez solo entonces cuando la vida es vida.


Me ha gustado mucho tu poema, amigo ... TODO

Mil besos y mil gracias

Curra

Hondo el transitar sensible de tus versos amigo...
Es un gusto volver a leerte, aunque sea por estos lares...
Te abrazo con todo mi cariño...
Nancy

Ritmo y fondo para estos bellos versos Antonio, que discurren de puntillas aunque miren de frente. Una estructura bien armada, que permite una melodía armoniosa en este itinerario en el que la meta, debe quedar bien lejos.
Un fuerte abrazo

Buen poema nos dejas Antonio con mensaje profundo y sugerente. Me gustó

saludos

rafael

Antonio Satír escribió:No deseo la muerte
aunque sé que ella me desea,
que estoy a la espera
en su agenda de amantes.
Pues la vida conspira
una trampa mortal,
me he fijado en unas hojas
que fueron empujadas al vacío
por el viento, con ojos secos
despidiéndose de sus hermanos.
Un cementerio es un jardín
donde vuelven los rostros
como mariposas, la verdad también
quisiera el mismo jardín,
no el olvido de las flores,
un solo macetero donde crezcan mis recuerdos.
Sé que ella me desea
pues ha pasado su cabello
por mis pómulos cansinos ,
y me llama desde la seducción mortal
de los candiles huecos de sus ojos,
con esa boca que no existe.
Mejor que siga durmiendo,
que siga su ronquido paseando en el aire,
mientras me alejo lentamente
casi sin tocar el piso para no despertarla.

Un poema sui generis sobre la muerte. Todos los versos son concluyentes y contundentes en cuanto a su valor filosófico. A la muerte no hay que tentarla. Hay que respetarla. Ella es la única fuerza poderosa que nos borra para siempre de este hermoso sueño que es la vida. Tu poema es muy bueno, Satir. Es muy agradable de leer y de reflexionar sobre su contexto.

Un abrazo.
Óscar

Belleza y sensibilidad en tus versos, Antonio:

El amor y la muerte entremezclados con sutileza y exquisitez.

Enhorabuena
Un beso
Ana

Muy bien enlazados estos versos que nos llevan a la muerte con elegancia y belleza.

Un placer leerte.

Abrazos.

Reflexionas en el poema sobre la muerte y lo haces con hermosos versos. Un placer leerte
Besos
Pilar

Hermoso poema de Antonio.

Gracias a cada uno de ustedes compañeros!!
Saludos!

Siempre es grato, Antonio, tenerte por aquí y percibir que tu poesía se impone retos a la altura de los de tus poetas más queridos. En lo que lees se reconoce la calidad de lo que escribes, has recogido el testigo y tienes la obligación de mantener viva la llama. Este poema tuyo lo hace y no tiene un tema cualquiera, ni más ni menos hablamos de la muerte.

Un abrazo

la muerte acecha silenciosa,, pasa lenta, sigilosa, misteriosa..... me ha gustado como ha llevado el hilo del poema, las reflexiones e imágenes que va dejando, de manera que se visualiza y se respira esas sensaciones.. versos con fuerza....
Un saludo.