Lorca - Prada - El poeta pide a su amor que le escriba

[F. Enrique]

Las mejores relaciones que tengo en este Foro, Javier, son con los jóvenes y con aquellos que luchan contra el tiempo y han alcanzado una edad considerable resistiendo como los buenos. Me encanta tratar con vosotros, me dáis más de lo que podéis imaginar. Hernández es el epílogo de una Generación irrepetible, debemos añadir a Juan Ramón, Machado, y, en cierta forma, aunque no era español de origen y murió unos años antes de la eclosión, a Darío.

La poesía es arte, no artesanía, Hernández escribió malos sonetos (diez, doce sílabas, exceso de sinalefas, repetición de versos...) pero que son poemas geniales. La causa de su vigencia es que tenía la lengua bañada en corazón. Ningún poeta posterior a él en España se le ha acercado, desde mi punto de vista, y los he leído a casi todos.

Le tengo un respeto imponente a Borges, aunque no me guste, pero he aquí que hasta la mente más lúcida de nuestras letras puede decir una tontería fuera del alcance de Forrest Gump.

Un abrazo, Javier. Te dejo unos versos de Jorge Guillén que me son muy queridos.

¡Oh luna, cuánto abril,
qué vasto y dulce el aire!
Todo lo que perdí
volverá con las aves.

[Sara Carrera Alonso]

Estoy de acuerdo en que ambos son clásicos de la poesía española, pero no en que ambos son los mejores poetas españoles del siglo XX. Pero ni de lejos.

Sin entrar a valorar quién es mejor o quién es peor, yo creo que los mejores poetas españoles del siglo XX (por su influencia en la poesía posterior) están en este grupo:

-Juan Ramón Jiménez
-Antonio Machado
-Luis Cernuda
-Claudio Rodríguez
-Jaime Gil de Biedma
-Jose Angel Valente

Ni siquiera he incluido en ese grupo a algunos de mis poetas favoritos (Francisco Brines, José Hierro, Angel González, Juan Luis Panero, Carlos Marzal...). Lorca y Hernández son clásicos, sin duda. Y grandes poetas. Pero nadie escribe como ellos hoy. No tienen seguidores contemporáneos, a diferencia del grupo arriba indicado.

Yo sí creo que Lorca debe estar en la lista de los mejores, no creo que tenga que ver obligatoriametne con su influencia posterior. Pero es solo un apunte personal, creo que es algo subjetivo

[F. Enrique]

Me encanta tu comentario, Sara, a pesar de que no estoy en absoluto de acuerdo en la referencia que haces a la subjetividad, hay parámetros para medir la grandeza de un artista, para reconocer que es bueno aunque no te guste, te pondría un ejemplo; entre Brassens y Brel yo siempre me quedaría con Brel porque me toca su pasión, me identifico con sus contradicciones, me derrumbo cuando me recuerda que debemos saber reirnos de nosotros mismos, pero no me ciego, Brassens es probablemente el mejor poeta en francés del siglo XX, nadie le iguala en erudición, en riqueza metafórica, en cuidado a la hora de cuadrar los textos, en tierna ironía, en conocimiento de su lengua... Prefiero a Brel porque al igual que Georges tenía cuerpo de doctrina y arrasaba en los escenarios, porque me recuerda lo que yo hubiera querido ser, porque es el Bogart de la chanson, con problemas de identidad, amando y odiando al país llano al mismo tiempo, burlándose con ternura de su país de adopción.

Tenemos cinco poetas de rompe y rasga en España en el siglo XX, los cito cronológicamente; Darío, Antonio Machado, Juan Ramón, Lorca y Hernández, comprendo que discutamos quien es el mejor de ellos porque todos ellos son inmensos, yo me decanto por Federico porque es el más valiente en las transgresiones y es el más universal, el mejor poeta canadiense de la historia lo vio claro y así llamó a su hija. Lorca abarca y lo arrolla todo, pasión, dramatismo, y tragedia se derraman en su versar, creo que inconscientemente todos los que escribimos poesía desde entonces tenemos mucho que agradecerle. Pienso que Neruda no es el mejor poeta del siglo XX como han dicho los anglosajones, es Lorca pero no es mi subjetividad sino mi razón la que me lleva a esta afirmación, aunque solo hubiera escrito el Llanto por la muerte de Ignacio Sánchez Mejías merecería ser recordado. Me merecen mucho respeto los que vinieron después, pero ninguno le alcanza más allá de la cintura.

Un abrazo.