Alternativa
Publicado: Lun, 08 Jun 2015 20:13
...
Llamaré insomnio a ese lugar del saco de la noche
donde todo alcanza a ser pensado. Renacimientos
junto con olvidos apremiando al tiempo una pausa
que no contabilice segundos.
Duermo bien pero a deshoras, que la luz me invita
con su descaro a evadirme para buscar los eclipses
donde la totalidad no existe y vivir es de uno a uno
y todo parece que se despeja.
Creo tradiciones que no acataré, con alguna santa
bien vestida, o un puñado de lobos que amamante
otra vía láctea más fresca, que esta se queda vieja
para descubrir cosas nuevas.
Improviso qué decirte cuando te vea entre sueños
ahora que estoy despierto y recuerdo tus sonrisas.
Llega el atardecer más temprano entre los púrpura
que te cubren tan desnuda.
Lo impropio se resuelve aquí entre gasas, sin moral
ni antepasados remotos que me predispongan recto
según su causa sea la de vencedores o de vencidos
y me importan poco o nada.
Se cierran los oídos a casi todo, se esculpe el viento
y en lugar de resultar molesto es de materia amable
sin amenazas, se queda en brisas y el otoño vuelve
para sorprenderme siempre.
Ya son las doce, me duermo un rato mientras espero
a que se suceda a sí mismo hasta ajustar en minutos
esta realidad fascinante y neófita que siempre resulta
una alternativa a lo imaginado.
...
Llamaré insomnio a ese lugar del saco de la noche
donde todo alcanza a ser pensado. Renacimientos
junto con olvidos apremiando al tiempo una pausa
que no contabilice segundos.
Duermo bien pero a deshoras, que la luz me invita
con su descaro a evadirme para buscar los eclipses
donde la totalidad no existe y vivir es de uno a uno
y todo parece que se despeja.
Creo tradiciones que no acataré, con alguna santa
bien vestida, o un puñado de lobos que amamante
otra vía láctea más fresca, que esta se queda vieja
para descubrir cosas nuevas.
Improviso qué decirte cuando te vea entre sueños
ahora que estoy despierto y recuerdo tus sonrisas.
Llega el atardecer más temprano entre los púrpura
que te cubren tan desnuda.
Lo impropio se resuelve aquí entre gasas, sin moral
ni antepasados remotos que me predispongan recto
según su causa sea la de vencedores o de vencidos
y me importan poco o nada.
Se cierran los oídos a casi todo, se esculpe el viento
y en lugar de resultar molesto es de materia amable
sin amenazas, se queda en brisas y el otoño vuelve
para sorprenderme siempre.
Ya son las doce, me duermo un rato mientras espero
a que se suceda a sí mismo hasta ajustar en minutos
esta realidad fascinante y neófita que siempre resulta
una alternativa a lo imaginado.
...