no me gusta la poesía
Publicado: Sab, 06 Jun 2015 14:47
no me gusta la poesía
no hay poema que me guste
ni siquiera me gusta el número 20 de neruda
bueno, sí, el número 20 me gusta un poco
no todo el poema, sólo algunas partes
me gusta esa parte donde dice que a lo lejos alguien canta
también esa otra en la que afirma que a veces ella también lo quiso
de niño me gustaba el poema de la ranita
pero ya no me gusta más
a mí en realidad lo que me gusta es que los poetas se maten
eso me pone mucho
que se cuelguen y se arrojen del balcón y se asfixien con gas
asqueados de vivir, enfermos de soledad
metidos en esos cuartos oscuros y húmedos en
donde suelen terminar recalando
como ratas apestosas
con su paranoia y su mendrugo de pan y su camisa con agujeros
con su sexualidad irresoluta y su fobia social y su misoginia
como ratas con los ojos desorbitados y el sudor del miedo
los pobres idiotas
febriles y trastornados acechan la claridad del amanecer
les llega la hora
salen al balcón
saltan
quedan hechos una mierda en el piso con su camisa agujereada llena de sangre
pero ya libres de fobias
sin dolor, sin ráfaga, sin deseo
¿qué cosa más poética puede haber
que un hombre ya en paz consigo mismo?
y nadie que cante a lo lejos, el silencio extendiéndose hasta las estrellas
no hay poema que me guste
ni siquiera me gusta el número 20 de neruda
bueno, sí, el número 20 me gusta un poco
no todo el poema, sólo algunas partes
me gusta esa parte donde dice que a lo lejos alguien canta
también esa otra en la que afirma que a veces ella también lo quiso
de niño me gustaba el poema de la ranita
pero ya no me gusta más
a mí en realidad lo que me gusta es que los poetas se maten
eso me pone mucho
que se cuelguen y se arrojen del balcón y se asfixien con gas
asqueados de vivir, enfermos de soledad
metidos en esos cuartos oscuros y húmedos en
donde suelen terminar recalando
como ratas apestosas
con su paranoia y su mendrugo de pan y su camisa con agujeros
con su sexualidad irresoluta y su fobia social y su misoginia
como ratas con los ojos desorbitados y el sudor del miedo
los pobres idiotas
febriles y trastornados acechan la claridad del amanecer
les llega la hora
salen al balcón
saltan
quedan hechos una mierda en el piso con su camisa agujereada llena de sangre
pero ya libres de fobias
sin dolor, sin ráfaga, sin deseo
¿qué cosa más poética puede haber
que un hombre ya en paz consigo mismo?
y nadie que cante a lo lejos, el silencio extendiéndose hasta las estrellas