Editorial Alaire

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Para enseñarte a silbar debo confesar
un silencio que sueña lo huraño y formidable,
un cielo donde se tejen las palabras,
un murmullo mojado que te pese en la boca.
Los adoquines logran a poco de soplar
canturrear el sol por las ventanas rotas.
Creamos en el descaro de esas velas cansadas
que se atreven a silbar tangos. En los vaivenes
fáciles. En eso que alcanza para abandonarse
y conseguir que zarpen los barquitos de papel.
En ese desorden, en este cansancio donde
se escribe porque algunas palabras descubren
que esto de silbar, sea lo que sea que pasa,
puede atravesar charcos. La oreja trama
aventuras apenadas para traer temblores.
El azar vuelve a llenarse quizás para enseñarte
a decir lo que sentís, esos besos que no vienen,
la intemperie de la sal y los sonidos, las ganas
quietas, la boca apretada en rumbos inoportunos
donde los besos flotan por explicarse o se vuelven
flacos para quedar pendientes y arrugarse
o rendirse hasta ser fechas que se nombran,
paisajes lejanos, frescuras, melodías.









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El azar vuelve a llenarse quizás para enseñarte
a decir lo que sentís, esos besos que no vienen,
la intemperie de la sal y los sonidos, las ganas
quietas, la boca apretada en rumbos inoportunos

Impresionante y magistral tus charcos formidables y huraños

mil besos y mil gracias

Un silbido poético que viene con cierto eco de nostalgia y una necesidad de reengancharse al viento de los sentidos y del auténtico sentimiento.
Un poema muy hermoso, Macedonio. Mis felicitaciones y abrazo.

Macedonio

Silvar
al ritmo del movimiento
de las hojas de los árboles
del aire que respiramos
de la música interior
del verso que no brota en palabras
del palpitar del corazón...


Hermosos versos, amigo



Un abrazo fuerte

Soberbio, Macedonio, más si es posible, ¡qué concatenación más espectacular de espectros surrealistas, qué agilidad de sombras, qué belleza detrás de cada esquina! y lo has terminado todo con una clase impresionante.

Un abrazo.

Un poema que atrapa al lector de principio a fin.
Sin duda un placer de lectura.

Un abrazo.

Interesantes pinceladas Macedonio Tracel.

Gracias por compartirlas.

Saludos.

Hermosos versos amigo Macedonio, a los que nos tienes acostumbrados, ese ritmo y ese final apoteósico. Un placer amigo y un fuerte abrazo.

gracias curra por tus siempre generosos comentarios

A mí me confirma lo que te dije, la victoria de apretar las paredes de la gruta y conseguir un sonido de viento puro. Se aguanta la respiración y luego el fluido es más cierto, en algún lugar se lo puede tocar y no abstraerlo. Sentir su tránsito, su viaje. Abrazo grande, amigo.

Empapado de memorias el silbido de tus versos amigo...
Un gusto encontrarme con ellos...te abrazo con todo mi cariño...
Nancy

Qué precioso, Macedonio.

Ese azar entremezclado con el amor nos retorna a la magia...

Muy buen trabajo
Felicitaciones
Un beso
Ana

Luis M. Mariño escribió:Un silbido poético que viene con cierto eco de nostalgia y una necesidad de reengancharse al viento de los sentidos y del auténtico sentimiento.
Un poema muy hermoso, Macedonio. Mis felicitaciones y abrazo.

muchas gracias Luis. Silbar es una duda donde las situaciones se mezclan. Abrazo para vos

Carlos, me ha encantado el poema. Recibe mis abrazos sinceros, querido amigo.

Ricardo Serna G escribió:Macedonio

Silvar
al ritmo del movimiento
de las hojas de los árboles
del aire que respiramos
de la música interior
del verso que no brota en palabras
del palpitar del corazón...

Hermosos versos, amigo
Un abrazo fuerte

gracias Ricardo por prenderte ... por el regalo