Editorial Alaire

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Un amigo de la infancia se consume en la cama
poco a poco de la enfermedad de mi signo zodiacal.


Es un ángel pequeño, dos años mayor que yo,
antes fuerte como un toro,
que toca a la guitarra como nadie
La Casa del Sol Naciente.


Me mira con esos ojos de vidrio
de los corazones rotos
y los perros abandonados.


Me mira como si quisiera decirme algo.


Quizás recordando aquellos años
cuando nos escandalizábamos
de la luna llena.


O cuando íbamos al baile y cruzábamos la pista
para sacar a bailar y quedábamos helados,
al recibir un no rotundo
en las narices.


O tal vez recordando las películas del cine
en general de la vida que nos tocó
compartir.


Yo también le miro con los ojos apagados
y le digo con voz queda que no diga nada,
que descanse.


Él nunca me llevó la contraria,
y enseguida me hizo caso
para siempre.

Buenas líneas Manuel Alonso.

Excelente cierre.

Gracias por compartirlas.

Manuel Alonso escribió:


Un amigo de la infancia se consume en la cama
poco a poco de la enfermedad de mi signo zodiacal.


Es un ángel pequeño, dos años mayor que yo,
antes fuerte como un toro,
que toca a la guitarra como nadie
La Casa del Sol Naciente.


Me mira con esos ojos de vidrio
de los corazones rotos
y los perros abandonados.


Me mira como si quisiera decirme algo.


Quizás recordando aquellos años
cuando nos escandalizábamos
de la luna llena.


O cuando íbamos al baile y cruzábamos la pista
para sacar a bailar y quedábamos helados,
al recibir un no rotundo
en las narices.


O tal vez recordando las películas del cine
en general de la vida que nos tocó
compartir.


Yo también le miro con los ojos apagados
y le digo con voz queda que no diga nada,
que descanse.


Él nunca me llevó la contraria,
y enseguida me hizo caso
para siempre.

Extraordinario poema
sentimiento desde el corazón


Un abrazo fuerte

Yo quisiera decirte algo, pero no puedo, me dejaste con un nudo en la garganta,
pues entiendo tu letra, y el triste silencio.

Un abrazo, un gusto leerte.

Hermoso y sentido trabajo de Manuel.

Es rotundo el final. Me ha gustado seguir esta historia, amigo. Tú la haces sobrecogedora.

Un abrazo.
Óscar

Ufff...Manuel. Un poema desnudo en su sencillez que cala profundamente hasta los huesos.

Qué poema...

Un beso
Ana

Un poema austero, una buena forma de tratar tema tan delicado. Lástima que parece ser verdad, no producto de la imaginación. Ojalá lo segundo. Saludos.

Gracias Jorge, un abrazo, amigo.

Gracias Ricardo, un abrazo, amigo.

Muy buenas lineas amigo

Mil besos y mil gracias

Curra

Manuel Alonso escribió:


Un amigo de la infancia se consume en la cama
poco a poco de la enfermedad de mi signo zodiacal.


Es un ángel pequeño, dos años mayor que yo,
antes fuerte como un toro,
que toca a la guitarra como nadie
La Casa del Sol Naciente.


Me mira con esos ojos de vidrio
de los corazones rotos
y los perros abandonados.


Me mira como si quisiera decirme algo.


Quizás recordando aquellos años
cuando nos escandalizábamos
de la luna llena.


O cuando íbamos al baile y cruzábamos la pista
para sacar a bailar y quedábamos helados,
al recibir un no rotundo
en las narices.


O tal vez recordando las películas del cine
en general de la vida que nos tocó
compartir.


Yo también le miro con los ojos apagados
y le digo con voz queda que no diga nada,
que descanse.


Él nunca me llevó la contraria,
y enseguida me hizo caso
para siempre.

Muy sensorial... tu bello poema, estimado amigo, Manuel. Gracias por compartir.
Un abrazo.
BEGOÑA.

Se puede obrar belleza así, con el detalle gráfico de la pulcra infinitud de un instante. Un recorrido circular, de la cima del cráneo a la planta de las pies, toda la presencia del hombre ahí, del hombre que dice adiós por primera vez. Se siente algo grande, algo que está por encima o más allá de la tristeza y el dolor. El momento en que el hombre es algo más es el momento en que se va. Un placer, Manuel. Abrazos.

Gracias Noemí, un abrazo, amiga.

Gracias Rafel, un abrazo, amigo.