Y gritar en el infierno, solo amor.
Publicado: Dom, 31 May 2015 7:17
En la levedad sublime de las montañas
o en esa flauta que tímidamente silba sus pesares
o en la primicia de un suspiro que recorre el cielo
entre las miradas de los niños que abandonan la inocencia
desapareciendo de un registro tímido del sueño
o paseando de la mano de los viejos sabios del parque,
acompañando la magnificencia del amanecer,
conformando la ternura del elixir de la elegancia
o brindando promesas incumplidas.
Un alma que enamorada se transforma en ola o en playa,
para descomponer la brisa en partículas de nostalgia
y lanzar a la luna, que pasea hermosa, una sonrisa
un guiño que abrazado a su mirada se esconde reprimido.
Un amor que entre los pasos de sí mismo
busca.
Un calor de temperatura perpetua,
un olor que nacido entre jazmines, presume de vainilla,
un color que entre verdes y azules se recrea,
el sabor apasionado de la magia,
el tacto sensible de la piel excitada
o la visión descompuesta de universo cuando aclama.
El drama de ese beso único que, clavado al ser, reprime
para ser repetido solo entre los sueños.
Amor que te busco, para lidiar con mis carteles y mis fotos,
para mejorar la definición de felicidad,
para amarrar mi cuerpo a la tierra pálida,
para superar con compasión el dolor,
y con energía de roca a la angustia,
para rezar de la mano a los miedos
y para gritar en el infierno, solo amor
o florecer en el susurro de ese beso nuevo.
o en esa flauta que tímidamente silba sus pesares
o en la primicia de un suspiro que recorre el cielo
entre las miradas de los niños que abandonan la inocencia
desapareciendo de un registro tímido del sueño
o paseando de la mano de los viejos sabios del parque,
acompañando la magnificencia del amanecer,
conformando la ternura del elixir de la elegancia
o brindando promesas incumplidas.
Un alma que enamorada se transforma en ola o en playa,
para descomponer la brisa en partículas de nostalgia
y lanzar a la luna, que pasea hermosa, una sonrisa
un guiño que abrazado a su mirada se esconde reprimido.
Un amor que entre los pasos de sí mismo
busca.
Un calor de temperatura perpetua,
un olor que nacido entre jazmines, presume de vainilla,
un color que entre verdes y azules se recrea,
el sabor apasionado de la magia,
el tacto sensible de la piel excitada
o la visión descompuesta de universo cuando aclama.
El drama de ese beso único que, clavado al ser, reprime
para ser repetido solo entre los sueños.
Amor que te busco, para lidiar con mis carteles y mis fotos,
para mejorar la definición de felicidad,
para amarrar mi cuerpo a la tierra pálida,
para superar con compasión el dolor,
y con energía de roca a la angustia,
para rezar de la mano a los miedos
y para gritar en el infierno, solo amor
o florecer en el susurro de ese beso nuevo.