Editorial Alaire

¡OH dulces sueños de mi edad ardiente!
en vosotros forjé yo mis castillos,
con osados intentos de chiquillos
y audaces intenciones de valiente.

Hoy no sueño, recuerdo solamente,
concebí mis proyectos, no sencillos,
y los vi cual quemados cigarrillos,
en cenizas finar amargamente.

Ya no pienso en quiméricos laureles
Adiós pues, sueño cruel, torvo y ladino,
donde libé la flor de dulces mieles.

Déjame que, olvidado en el camino,
con el sabor de mis amargas hieles,
continúe asumiendo mi destino.

Que soneto tan bello, mis felicitaciones,
un aporte regio, saludos cordiales.

Un soneto con tintes barroco, que me ha gustado mucho su lectura.
Una simple sugerencia, ignoro si la palabra "castillos" se puede decir y escribir también "catillos".
Saludos.

Arriba con esta nueva propuesta de Florinda.