Tartufo

[Óscar Bartolomé Poy]

(Un poema ínfimo para gente ínfima)

Había un gran hipócrita
que a todos engañaba
con su falsa apariencia de beato;
fingía ser humilde,
fingía ser modesto,
fingía ser pacato y morigerado,
con todos departía
y a todos adulaba
y tras su farisea careta
a mandíbula batiente se refocilaba;
más, en su fuero interno,
el muy canalla
de todos se reía
y a todos por la espalda criticaba;
a todos excepto a los jefes, sus amos,
que larga era su vara
y más largo su mandato.

Aquel ser taimado,
maestro consumado del disfraz,
del transformismo y del engaño,
se tenía por gran vate,
por un Dante o un Petrarca,
cuando lo único que de cierto sabía era contar sílabas
y rimar vacuas palabras.

Aquel gran belitre,
al que hipócrita llamamos
escondía tras su fatua sonrisa
un sátrapa, un ladino, un villano,
y vaya si era villano,
y en tan, tan alto grado,
que no conformándose con aquella infamia suya,
se hacía pasar por víctima de su propio y ruin agravio.

[Ricardo Serna G]

Óscar

Honor a tu magnífica pluma

te felicito

un abrazo fuerte, amigo

[Óscar Distéfano]

(Un poema ínfimo para gente ínfima)

Había un gran hipócrita
que a todos engañaba
con su falsa apariencia de beato;
fingía ser humilde,
fingía ser modesto,
fingía ser pacato y morigerado,
con todos departía
y a todos adulaba
y tras su farisea careta
a mandíbula batiente se refocilaba;
más, en su fuero interno,
el muy canalla
de todos se reía
y a todos por la espalda criticaba;
a todos excepto a los jefes, sus amos,
que larga era su vara
y más largo su mandato.

Aquel ser taimado,
maestro consumado del disfraz,
del transformismo y del engaño,
se tenía por gran vate,
por un Dante o un Petrarca,
cuando lo único que de cierto sabía era contar sílabas
y rimar vacuas palabras.

Aquel gran belitre,
al que hipócrita llamamos
escondía tras su fatua sonrisa
un sátrapa, un ladino, un villano,
y vaya si era villano,
y en tan, tan alto grado,
que no conformándose con aquella infamia suya,
se hacía pasar por víctima de su propio y ruin agravio.

Yo quiero hacer mi crítica con toda sinceridad, por el bien del foro y de las personas que nos leen. No está en mi ánimo contradecir las emociones del autor porque, al fin de cuentas, estamos frente a un trabajo intelectual que ha requerido tiempo. Dejo al auditorio que me juzgue si trato de descalificar este trabajo con mentiras o falsedades.

La historia me resulta inconsistente, carece de ideas luminosas, la astucia es pobre, el sentido del humor es nulo, y no he encontrado, a lo largo del texto, un solo verso, una sola expresión poética. En cuanto al ritmo, se evidencia que el autor lo que ha hecho es escribir en prosa para, seguidamente, cortar el texto en lo que él supone son versos. No se puede entonar. La voz renguea debido a sus incontables contrarritmos. Me siento extrañado, sorprendido, consternado, luego de leer este trabajo y comparar su nivel con los bellos poemas posteados por el autor últimamente.

Saludos

[Marisa Peral]

(Un poema ínfimo para gente ínfima)

Había un gran hipócrita
que a todos engañaba
con su falsa apariencia de beato;
fingía ser humilde,
fingía ser modesto,
fingía ser pacato y morigerado,
con todos departía
y a todos adulaba
y tras su farisea careta
a mandíbula batiente se refocilaba;
más, en su fuero interno,
el muy canalla
de todos se reía
y a todos por la espalda criticaba;
a todos excepto a los jefes, sus amos,
que larga era su vara
y más largo su mandato.

Aquel ser taimado,
maestro consumado del disfraz,
del transformismo y del engaño,
se tenía por gran vate,
por un Dante o un Petrarca,
cuando lo único que de cierto sabía era contar sílabas
y rimar vacuas palabras.

Aquel gran belitre,
al que hipócrita llamamos
escondía tras su fatua sonrisa
un sátrapa, un ladino, un villano,
y vaya si era villano,
y en tan, tan alto grado,
que no conformándose con aquella infamia suya,
se hacía pasar por víctima de su propio y ruin agravio.

Pues sí, un texto ínfimo.
Esto confirma la idea que me estaba haciendo sobre tí, Óscar.
Me pareces una persona rencorosa y vengativa y lo digo públicamente, para que no puedas decir que lo hago a espaldas de nadie.

[Óscar Bartolomé Poy]

Óscar

Honor a tu magnífica pluma

te felicito

un abrazo fuerte, amigo

Muchas gracias por tus elogios, Ricardo. No se merecen.

Un fuerte abrazo, amigo.

[Óscar Bartolomé Poy]

(Un poema ínfimo para gente ínfima)

Había un gran hipócrita
que a todos engañaba
con su falsa apariencia de beato;
fingía ser humilde,
fingía ser modesto,
fingía ser pacato y morigerado,
con todos departía
y a todos adulaba
y tras su farisea careta
a mandíbula batiente se refocilaba;
más, en su fuero interno,
el muy canalla
de todos se reía
y a todos por la espalda criticaba;
a todos excepto a los jefes, sus amos,
que larga era su vara
y más largo su mandato.

Aquel ser taimado,
maestro consumado del disfraz,
del transformismo y del engaño,
se tenía por gran vate,
por un Dante o un Petrarca,
cuando lo único que de cierto sabía era contar sílabas
y rimar vacuas palabras.

Aquel gran belitre,
al que hipócrita llamamos
escondía tras su fatua sonrisa
un sátrapa, un ladino, un villano,
y vaya si era villano,
y en tan, tan alto grado,
que no conformándose con aquella infamia suya,
se hacía pasar por víctima de su propio y ruin agravio.

Yo quiero hacer mi crítica con toda sinceridad, por el bien del foro y de las personas que nos leen. No está en mi ánimo contradecir las emociones del autor porque, al fin de cuentas, estamos frente a un trabajo intelectual que ha requerido tiempo. Dejo al auditorio que me juzgue si trato de descalificar este trabajo con mentiras o falsedades.

La historia me resulta inconsistente, carece de ideas luminosas, la astucia es pobre, el sentido del humor es nulo, y no he encontrado, a lo largo del texto, un solo verso, una sola expresión poética. En cuanto al ritmo, se evidencia que el autor lo que ha hecho es escribir en prosa para, seguidamente, cortar el texto en lo que él supone son versos. No se puede entonar. La voz renguea debido a sus incontables contrarritmos. Me siento extrañado, sorprendido, consternado, luego de leer este trabajo y comparar su nivel con los bellos poemas posteados por el autor últimamente.

Saludos

No te sientas tan consternado, hombre de Dios, que, como reza la nota aclaratoria, éste es un poema ínfimo, y con vocación de ínfimo poema nació, el pobre; y no te preocupes, que no requirió de un ímprobo trabajo intelectual; en menos de diez minutos se gestó. Todo lo que señalas es cierto, todo excepto una cosa: la historia es muy consistente; de hecho, nunca había escrito una historia tan consistente. Ahora bien, y sin ánimo de ofender, la única diferencia entre este ínfimo poema y los sonetos que tú compones está en la métrica; por lo demás, y como bien te señaló el amigo Marius en su día, tanta poesía tiene esta pobre creación de este humilde autor como los excelsos sonetos compuestos por vuesa merced, y aun me atrevería a decir que aquí hay más ingenio y más retórica.

Saludos, y gracias por tu amable y constructiva crítica.

[Óscar Bartolomé Poy]

(Un poema ínfimo para gente ínfima)

Había un gran hipócrita
que a todos engañaba
con su falsa apariencia de beato;
fingía ser humilde,
fingía ser modesto,
fingía ser pacato y morigerado,
con todos departía
y a todos adulaba
y tras su farisea careta
a mandíbula batiente se refocilaba;
más, en su fuero interno,
el muy canalla
de todos se reía
y a todos por la espalda criticaba;
a todos excepto a los jefes, sus amos,
que larga era su vara
y más largo su mandato.

Aquel ser taimado,
maestro consumado del disfraz,
del transformismo y del engaño,
se tenía por gran vate,
por un Dante o un Petrarca,
cuando lo único que de cierto sabía era contar sílabas
y rimar vacuas palabras.

Aquel gran belitre,
al que hipócrita llamamos
escondía tras su fatua sonrisa
un sátrapa, un ladino, un villano,
y vaya si era villano,
y en tan, tan alto grado,
que no conformándose con aquella infamia suya,
se hacía pasar por víctima de su propio y ruin agravio.

Pues sí, un texto ínfimo.
Esto confirma la idea que me estaba haciendo sobre tí, Óscar.
Me pareces una persona rencorosa y vengativa y lo digo públicamente, para que no puedas decir que lo hago a espaldas de nadie.

Mira, Marisa, no tengo por qué explicar obviedades ni por qué responder siquiera a una persona tan zafia e insolente como tú lo has sido aquí conmigo, y no sé a santo de qué, qué es lo que yo he dicho o hecho para que me ataques de esa manera. Si no sabes distinguir la realidad de la ficción literaria es tu problema, y si eres tan narcisista que crees que escribí este ínfimo poema pensando en ti, tienes otro problema añadido. Hasta ahora me caías bien, te respetaba y te valoraba, como demuestran los muchos comentarios que te he dejado donde me esforcé por hacerte llegar mis impresiones, siempre con ánimo de ayudarte, pero después de esto has perdido mi respeto y ya no existes para mí. No es venganza, es coherencia. Quid pro quo.

[J. J. Martínez Ferreiro]

Había un gran hipócrita
que a todos engañaba
con su falsa apariencia de beato;
fingía ser humilde,
fingía ser modesto,
fingía ser pacato y morigerado,
con todos departía
y a todos adulaba
y tras su farisea careta
a mandíbula batiente se refocilaba;
más, en su fuero interno,
el muy canalla
de todos se reía
y a todos por la espalda criticaba;
a todos excepto a los jefes, sus amos,
que larga era su vara
y más largo su mandato.

Aquel ser taimado,
maestro consumado del disfraz,
del transformismo y del engaño,
se tenía por gran vate,
por un Dante o un Petrarca,
cuando lo único que de cierto sabía era contar sílabas
y rimar vacuas palabras.

Aquel gran belitre,
al que hipócrita llamamos
escondía tras su fatua sonrisa
un sátrapa, un ladino, un villano,
y vaya si era villano,
y en tan, tan alto grado,
que no conformándose con aquella infamia suya,
se hacía pasar por víctima de su propio y ruin agravio.



Óscar, de verdad te lo digo, no te entiendo. Me estás sorprendiendo muchísimo tu actitud.

¡Estás insultando al foro, y directamente a un compañero!

¡Qué carallo te pasa!

No lo comprendo. ¿A qué viene todas estas insensateces? ¿Te comportas como un adolescente encaprichado?

Joer.... Es verdaderamente insultante tu actitud.

La verdad es que tengo un cabreo total

Estás pidiendo a gritos que te echemos.

Qué pena me das...!!

[Óscar Bartolomé Poy]

Había un gran hipócrita
que a todos engañaba
con su falsa apariencia de beato;
fingía ser humilde,
fingía ser modesto,
fingía ser pacato y morigerado,
con todos departía
y a todos adulaba
y tras su farisea careta
a mandíbula batiente se refocilaba;
más, en su fuero interno,
el muy canalla
de todos se reía
y a todos por la espalda criticaba;
a todos excepto a los jefes, sus amos,
que larga era su vara
y más largo su mandato.

Aquel ser taimado,
maestro consumado del disfraz,
del transformismo y del engaño,
se tenía por gran vate,
por un Dante o un Petrarca,
cuando lo único que de cierto sabía era contar sílabas
y rimar vacuas palabras.

Aquel gran belitre,
al que hipócrita llamamos
escondía tras su fatua sonrisa
un sátrapa, un ladino, un villano,
y vaya si era villano,
y en tan, tan alto grado,
que no conformándose con aquella infamia suya,
se hacía pasar por víctima de su propio y ruin agravio.



Óscar, de verdad te lo digo, no te entiendo. Me estás sorprendiendo muchísimo tu actitud.

¡Estás insultando al foro, y directamente a un compañero!

¡Qué carallo te pasa!

No lo comprendo. ¿A qué viene todas estas insensateces? ¿Te comportas como un adolescente encaprichado?

Joer.... Es verdaderamente insultante tu actitud.

La verdad es que tengo un cabreo total

Estás pidiendo a gritos que te echemos.

Qué pena me das...!!

Yo no estoy insultando a nadie, eso para empezar. ¿Dónde está el insulto, en la réplica a Marisa, que me ha descalificado previamente sin venir a cuento? ¿En el poema, que es mera ficción? ¿Dónde, pues? Tú debes saberlo, que de insultos sabes mucho, ¿o quién, si no, tildó de "ínfimos" mis poemas, amén de otras lindezas? Y sin embargo, aunque aquí he empleado esa palabra, no vayas a pensar ahora que este poema va por ti. No trates de justificar un posible baneo por eso, por no va a colar. Si me baneas, banéame porque no os he seguido el juego a ti y a tus amiguitos. Ah, a mí también me das pena.

[Rafel Calle]

Queridos amigos:
No comprendo qué está pasando. Óscar Distéfano publica un poema titulado Adiós al foro, e, inmediatamente, Miguel Ángel Martínez se siente aludido, tanto es así que me escribe varios privados, presa de una desazón muy grande; piensa que Distéfano le ha faltado gravemente al respeto.
De nada vale que yo le diga que está en un error, ya que, Óscar Distéfano ha escrito un poema que dibuja una situación puntual en la que muchos de nosotros alguna vez nos hemos visto enmarcados (ahí hablo de mí, más de una vez me he sentido tentado a abandonar…). Te quieres ir, te sientes agotado, pero no te vas porque el amor que sientes por la poesía es más grande que tus cansancios, también y sobre todo, intelectuales.

Y ahora Óscar Bartolomé Poy. Su poema Tartufo levanta ampollas, hace que algunos autores se sientas aludidos. Entra Distéfano y pone en solfa el trabajo de Bartolomé Poy. Al contrario que Miguel Ángel Martínez, Distéfano no dice que se sienta aludido, se limita a calificar la obra con un cero patatero.

A partir de ahí, ya vemos lo que está pasando, suben las revoluciones de los intervinientes y no sabemos dónde nos llevará semejante dinámica, pero seguro que no será a nada positivo, ni para nosotros ni para Alaire.

Bien. Como en el caso del poema de Distéfano, el poema de Bartolomé Poy muestra un perfil que no es extraño en los foros poético-literarios, por la sencilla razón de que no es extraño en ningún ámbito de la sociedad. Tartufos los hay a montones. Impostores, falsos devotos…

Así mismo, tal y como Molière tuvo el derecho a escribir su Tartufo, por lo demás, en versos alejandrinos, creo que Óscar Bartolomé tiene derecho a escribir el suyo. Claro que puede levantar ampollas, el mismo Molière se llevó más palos que una estera.

Sin embargo, estamos en un foro de poesía y, desde luego, el Tartufo de Bartolomé Poy me parece un poema escrito en verso multimétrico con rima asimétrica, que muestra, quizá con demasiada vehemencia, un arquetipo que no es extraño en cualquier asociación artística, cultural, social, deportiva, política, sobre todo, política. Tartufo o lo que hoy en día llaman: un verdadero trepa carente de escrúpulos.

En fin, en un foro con tantos autores, es lógico que haya encuentros y desencuentros. Lo que no es beneficioso, sino perjudicial, es que nos enzarcemos en luchas intestinas, es decir, los propios compañeros se atacan sin piedad en un sitio donde deberían trabajar codo con codo, todos a una.

Sinceramente, al alto nivel literario e intelectual de los compañeros que han intervenido en esta trifulca, creo que sería mucho mejor que le buscáramos provecho azuzando otras cuestiones. O es que alguien piensa que, salvando las distancias, a Quevedo y Góngora, para pasar a la historia, les sirvió de mucho verse inmersos en continuos follones de taberna.

Desde luego, en este post se han saltado las normas de Alaire, los comentarios no están a la altura de nuestra fama (muchos piensan que somos el mejor sitio poético-literario de Internet). Mala cosa; mal camino. Mal final, esto seguro.
Habremos de rectificar. ¿Alguien piensa que con estos espectáculos vamos por el buen camino?

Apelo a la intelectualidad y, por supuesto, a la bonhomía de los compañeros de Alaire.
Abrazos.

[Miguel Ángel Martínez Góm]

Bien, Rafael. Creo que tengo derecho a sentirme aludido y, como respetuosamente solicité a Óscar, pedirle explicaciones, las cuales no me dió hasta que puse la nota para la Administración. Óscar Distéfano me ha asegurado por privado que el poema no va conmigo. No es que yo estuviese en un error, es que he decidido creer lo que me dice, porque pienso que tengo motivos suficientes como para sentirme aludido. Las pruebas están ahí, que cada cual piense lo que quiera o estime conveniente. Ahora resulta que la culpa es mía por no saber interpretar lo que otros escriben, y por no tener el ánimo o la capacidad de escribir otro poema del mismo estilo. No añadiré nada más, Rafael. Como he dicho, que cada cual piense lo que estime oportuno.

Un abrazo.

[Óscar Bartolomé Poy]

Rafel Calle:

Agradezco tu sensatez. Al contrario que otros, tú no has caído en el insulto fácil y en la descalificación gratuita. No sé por qué la gente se toma este poema como un ataque personal. Yo no me declaro responsable de eso. La poesía puede y debe tratar cualquier ámbito humano, ¿o es que todo van a ser rosas y besos y qué bella es la vida? Yo ejerzo mi derecho a la libertad de expresión, y si se me increpa por ello, es que algo está fallando aquí, y no soy yo. Vale, he respondido con insultos, pero creo que el orden de la secuencia es importante. Repito, he respondido, pero previamente se me ha faltado al respeto y de forma reiterada. Aunque me esté ganando esa fama, no me gusta intercambiar diatribas con la gente del foro, pero no me voy a callar si alguien menoscaba mi honor. Así que cada cual que asuma su culpa y actúe en consecuencia.

Gracias, además, por ser el único aquí que, lejos de vilipendiar mi obra, la ha comentado con rigor y objetividad y en el marco literario donde se imbrica.

Un abrazo, Rafel.

[Pilar Morte]

Queridos amigos: No sé que está pasando en el foro, que ha sido nido de poesía y fragua de auténticos amigos, y ahora hay una tormenta de descalificaciones y desencuentros. Hemos compartido lo más íntimo de nosotros mismos, hemos dado a conocer el sentimiento y visión de todas las cosas, siempre con respeto y con esa empatía que hizo verdaderos encuentros. Nos hemos dedicado poemas, y hemos intentado conocernos personalmente. En estos momentos hay proyectos mágníficos que todavía darán más valor a Alaire.
Por todo ello, lo más conveniente sería olvidar toda susceptibilidad provocada por erróneas interpretaciones y comentarios que, en lugar de enriquecer la poesía y al poeta lo denigran. Empecemos de nuevo como si nada hubiese pasado. Podemos dejar de comentar lo que no sea de nuestro agrado pero dejemos que Alaire siga siendo poesía y encuentro amable. Los más cultos enriquecen el foro con sus agudos y valiosos comentarios si no entran en el terreno personal. Por favor, por encima de todo, seamos educados y maduros.
Deseo de corazón que recuperemos el camino que ha distinguido al foro.
Mi afecto
Pilar

[curra anguiano]

Libre como el aire, respira su dignidad,
mira al frente, sin sentir al mundo,
que sólo rueda entre el bien y el mal:

El poema es ilustre, y magnifico solo ofende a la envidia,

Lamento deciros a todos, que Muy por encima de nosotros esta el respeto, la educación y que parecéis niños pequeños !!!!
A los que solo se puede recomendar que se den un beso !!!!!!!!!!!!!!!!!!!

[Marisa Peral]

[quote="Rafel Calle"]


Y ahora Óscar Bartolomé Poy. Su poema Tartufo levanta ampollas, hace que algunos autores se sientas aludidos. Entra Distéfano y pone en solfa el trabajo de Bartolomé Poy. Al contrario que Miguel Ángel Martínez, Distéfano no dice que se sienta aludido, se limita a calificar la obra con un cero patatero.


Hola Rafel y compañeros de Alaire.
Antes de nada pido disculpas por este espectáculo pero creo que tengo que dar una explicación por mi respuesta a Óscar Bartolomé y me voy a centrar en este punto que expone Rafel.

Yo no me sentí aludida por el "ínfimo texto" que publicó Óscar.

Tampoco me siento, como dice Óscar respondiéndome,
zafia e insolente, ni narcisista, ni tengo ningún problema añadido.
Simplemente y después de un par de diferencias que hemos tenido y que todos habréis leído, mi impresión sobre él ha cambiado y ayer al leer su texto, en el que entendí un claro ataque hacia Óscar Distefano, confirmé lo que me parece su persona y lo dije abiertamente. Rencoroso y Vengativo.

No voy a pedirle diculpas, lo siento pero es lo que pienso.

Únicamente me disculpo de nuevo ante todos los compañeros.
Y diré, que siento mucho su actitud porque su poesía me gusta, seguiré leyéndole pero hasta aquí hemos llegado.

Un abrazo grande a todos y que prevalezca el sentido común, aunque a veces sea el menos común de los sentidos tal como dicen.