¡Tanto y de tan poco!
Publicado: Vie, 22 May 2015 5:04
¡TANTO Y DE TAN POCO!
Se sabe...
nada es para siempre en este mundo.
Nada, en lo atinente a la existencia que de joven
alegre va del brazo con la muerte.
Todo lo que está... no está, en rigor de verdad.
Que el ilusionismo seductor que así fascina,
es solo creación inspirativa
de una horqueta de ideas que despuntan como río
En el gran árbol templario de la vida.
El genio
se desploma envanecido ante el relámpago de suerte.
Mas, por qué de tanto universo
Tan poco, el contenido.
Por qué, de la riqueza oblonga, ganadera,
sea siempre la pobreza más paupérrima, la que esté saneando
las heridas.
Es duro,
mirar en derredor
Cómo afila sus cuchillos
Propia especie.
Cómo se atajan
Negando una y mil veces y con el olfato
fruncido.
Esa indigencia no es de ellos, sino,
de los pobres pueblos.
Sometidos.
¡Ay, mi ser qué mal te veo!
allá donde solos
se abracen los soberbios.
Allá, en aquella sintáctica pausa
abierta como recta final al infinito.
Allá, donde tu llanto se confunda con el mundanal
encuentro del incógnito
Y no te sirva ya decir: ¡Detente, que soy lord!
Pues, tus brazos y tus egos
tan flaquitos
habrán sucumbido al bacanal en esa tierra
de los gusanos
Mal paridos.
Mitsy Grey
a Mayo de 2015.
Se sabe...
nada es para siempre en este mundo.
Nada, en lo atinente a la existencia que de joven
alegre va del brazo con la muerte.
Todo lo que está... no está, en rigor de verdad.
Que el ilusionismo seductor que así fascina,
es solo creación inspirativa
de una horqueta de ideas que despuntan como río
En el gran árbol templario de la vida.
El genio
se desploma envanecido ante el relámpago de suerte.
Mas, por qué de tanto universo
Tan poco, el contenido.
Por qué, de la riqueza oblonga, ganadera,
sea siempre la pobreza más paupérrima, la que esté saneando
las heridas.
Es duro,
mirar en derredor
Cómo afila sus cuchillos
Propia especie.
Cómo se atajan
Negando una y mil veces y con el olfato
fruncido.
Esa indigencia no es de ellos, sino,
de los pobres pueblos.
Sometidos.
¡Ay, mi ser qué mal te veo!
allá donde solos
se abracen los soberbios.
Allá, en aquella sintáctica pausa
abierta como recta final al infinito.
Allá, donde tu llanto se confunda con el mundanal
encuentro del incógnito
Y no te sirva ya decir: ¡Detente, que soy lord!
Pues, tus brazos y tus egos
tan flaquitos
habrán sucumbido al bacanal en esa tierra
de los gusanos
Mal paridos.
Mitsy Grey
a Mayo de 2015.