a mi queridísimo patrón
Publicado: Lun, 18 May 2015 9:22
A mi queridísimo patrón.
Quisiera engarzar palabras,
por regalarte collares,
que a tu cuello se enredaran
y el aliento te cortasen,
quisiera escribir los versos
que el alma te atormentase,
quiero ganar para ti,
todo el pan que se amasara,
y forzártelo a engullir
por saber si así te ahogabas,
quiero entregarte mi vida,
porque cargues con mi carga,
quiero que me des trabajos,
para terminarlos pronto
y poder pedirte más,
para así volverte loco,
por ver si puedo matarte
quiero ser un buen obrero,
que desde el primer segundo
te empezase a atosigar
a tu espalda pidiendo,
dame más trabajo, más,
que esto ya está terminado,
dame más trabajo, más,
ser así, porque me odies
y no puedas renunciar,
a este obrero competente
que sabe solucionar,
los problemas que tu mente
no puede dilucidar,
y tengas que soportarme
y tragarte tu osadía,
saber que por más que mandes,
yo mando por todo el día,
quiero agobiarte al extremo,
de que desees la salida,
de que te sientas obrero,
y ni siquiera en la noche,
halle descanso tu cuerpo,
sabiendo que al otro día
tendrás de nuevo al sujeto,
que hablándote a las espaldas,
hará que sudes tu sueldo.
Quisiera engarzar palabras,
por regalarte collares,
que a tu cuello se enredaran
y el aliento te cortasen,
quisiera escribir los versos
que el alma te atormentase,
quiero ganar para ti,
todo el pan que se amasara,
y forzártelo a engullir
por saber si así te ahogabas,
quiero entregarte mi vida,
porque cargues con mi carga,
quiero que me des trabajos,
para terminarlos pronto
y poder pedirte más,
para así volverte loco,
por ver si puedo matarte
quiero ser un buen obrero,
que desde el primer segundo
te empezase a atosigar
a tu espalda pidiendo,
dame más trabajo, más,
que esto ya está terminado,
dame más trabajo, más,
ser así, porque me odies
y no puedas renunciar,
a este obrero competente
que sabe solucionar,
los problemas que tu mente
no puede dilucidar,
y tengas que soportarme
y tragarte tu osadía,
saber que por más que mandes,
yo mando por todo el día,
quiero agobiarte al extremo,
de que desees la salida,
de que te sientas obrero,
y ni siquiera en la noche,
halle descanso tu cuerpo,
sabiendo que al otro día
tendrás de nuevo al sujeto,
que hablándote a las espaldas,
hará que sudes tu sueldo.