Rezando Begoñas
Publicado: Jue, 14 May 2015 8:41
En el camino torcido es cuando mi alma dormida rescata tu nombre, y suspira
para gritar y rezar por sostener un miedo, un deseo o simplemente un sueño
inconcluso.
Y mi alma se confía entre un talismán y su fe verdadera, para agradecer la luz
o el calor de una sonrisa, o esa vida de ojos verdes
que fue nuestro eterno milagro que se llama Borja
y es el color de todas las glorias.
Y yo liviana y enternecida, entre sus sueños su madre.
Ay, los mil rosarios, que acompañaron las manos temblorosas
de los días retorcidos en la entraña de baldías soledades
y suspiros de la muerte. Ay de los principios y del acunado
misterio de los finales.
Esa fuerza, Dios mío, que entre los rayos de sol y mis flores
me regalas las esencias que contiene los capullos,
que sitúo entre los padres o entre los que en tu cielo esperan
las sonrisas que regresan y engalanan la complejidad.
Ay, las escaleras que descorchando imposibles, son puertas
y trascienden el valor verdadero de un amor
que ya concedido anida apóstoles
santos y esperanzas, todo ello para sanar las noblezas.
Es para ti, hermana de los mares lejanos, marquesa de las plantas y reina
de las ternuras, es para ti esta oración que vuela entre el amor,
los recuerdos, mil trazos de las vidas
y baila enloquecida los salones, para velar entre suspiros tus miradas.
Esta oración se entrega sin víctimas, sin pueblos,
sin perdón, y sin ansia, a ti, mi alma.