Página 1 de 1

Dragones De fuego

Publicado: Dom, 25 May 2008 19:12
por Julian Lopez Diez
Hoy después de cogerme los pantalones con una soga
me he llenado los bolsillos de piedras,
y camino en este bosque donde el aire es color fucsia.
Los árboles caminan conmigo abriendo sendas de ciaugos,
haciendo una alfombra de helechos
que llegan hasta el rió. Allí se quemó el último
suspiro del agua hirviente que bajó de las montañas,
naciendo dragones que lanzaban espumas de fuego,
atacando castillos de arena hasta matar al barro,
que cubre las ciudades,
despejando el humo que vuela por encima de nuestras cabezas,
creándose una nube de tormenta que cae continuamente
en forma de circuitos llenando las casas de rayos.
Con imágenes y reflejos de una humanidad
donde la desidia hizo mella en sus trémulas carnes,
y los niños se pegan por tener una maquina de guerra.
Mientras en el otro lado del mundo,
se matan por la pobreza
otros niños. Donde morir es la liberación
y solo tienen que perder el hambre
quebrándoseles el llanto entre el vuelo de las balas enemigas.
Hoy he visto otra vez la muerte en sus ojos.

Publicado: Lun, 26 May 2008 14:24
por Alberto Batania
Es eso, como tú dices. Ni más ni menos, somos nosotros.

Calor, hondura, cercanía con los que sufren.

Enhorabuena.

Hasta pronto.

Publicado: Mar, 27 May 2008 16:03
por Rafel Calle
Precioso trabajo amigo Julián, que ha sido un placer leerte.
Te mando un cordial saludo.

Publicado: Mar, 27 May 2008 16:09
por Ricardo Serna G
Julian Lopez Diez,

Mensaje para abrir
conciencias y
despertar los buenos corazones...


magnífico poema, te felicito

Un abrazo fuerte, querido amigo

Publicado: Sab, 31 May 2008 18:27
por Juan Carlos Priego
Un poema con un potente mensaje dispuesto a abrir las conciencias.

Un abrazo

JC

Re: Dragones De fuego

Publicado: Sab, 31 May 2008 18:34
por E. R. Aristy
Julian Lopez Diez escribió:Hoy después de cogerme los pantalones con una soga
me he llenado los bolsillos de piedras,
y camino en este bosque donde el aire es color fucsia.
Los árboles caminan conmigo abriendo sendas de ciaugos,
haciendo una alfombra de helechos
que llegan hasta el rió. Allí se quemó el último
suspiro del agua hirviente que bajó de las montañas,
naciendo dragones que lanzaban espumas de fuego,
atacando castillos de arena hasta matar al barro,
que cubre las ciudades,
despejando el humo que vuela por encima de nuestras cabezas,
creándose una nube de tormenta que cae continuamente
en forma de circuitos llenando las casas de rayos.
Con imágenes y reflejos de una humanidad
donde la desidia hizo mella en sus trémulas carnes,
y los niños se pegan por tener una maquina de guerra.
Mientras en el otro lado del mundo,
se matan por la pobreza
otros niños. Donde morir es la liberación
y solo tienen que perder el hambre
quebrándoseles el llanto entre el vuelo de las balas enemigas.
Hoy he visto otra vez la muerte en sus ojos.


Un caudal imaginativo que se desborda y salpica no en luciernagas ( como al inicio se abre el poema en fantasia), pero en sangre inocente. Tu poema tiene un crescendo, una lengua de fuego que quema el telon de las cosas ilusorias y nos muestra una innegable verdad. !Excelente!