Desandando los días (reformado)
Publicado: Dom, 10 May 2015 9:40
Se sentía virgen, sin estrenar la vida,
al fluir el rescoldo de la utopía adolescente,
y ahora, más que nunca, necesitaba
creer en el hombre, al menos en algunos.
Había elecciones, y pensó ir a votar
por eso amanecía en las mañanas
ofreciendo las flores de su huerto.
Sabía de miradas extrañas sobre su rostro;
la llamaban loca, infantil, inmadura,
ella, que haría setenta y dos en breve…
Pero seguía los pasos que la reconciliaban
con un pasado que abandonó por realismo.
No se cuestionó la madurez, la seguridad,
ese despertar era más fuerte que ella misma.
La miro, sus ojos son reflejo del pasado;
y una juventud nueva, surgida en las arrugas del tiempo,
le hace dar los pasos de danzante avezada.
La nieve había hundido la casa de sus sueños
y ahora llena, con tejas de ilusión, cada hueco
amenazado.
Recuerda a Paco Ibáñez…a todos aquellos
que habían sumergido su corazón en música.
No había vuelta atrás, volvería a dejar su papeleta
después de años de privación,
y con ese gesto, la reconciliación con el hombre,
la última quimera que tatuaría en su pecho
con un corazón transparente.
¿Acertará?
al fluir el rescoldo de la utopía adolescente,
y ahora, más que nunca, necesitaba
creer en el hombre, al menos en algunos.
Había elecciones, y pensó ir a votar
por eso amanecía en las mañanas
ofreciendo las flores de su huerto.
Sabía de miradas extrañas sobre su rostro;
la llamaban loca, infantil, inmadura,
ella, que haría setenta y dos en breve…
Pero seguía los pasos que la reconciliaban
con un pasado que abandonó por realismo.
No se cuestionó la madurez, la seguridad,
ese despertar era más fuerte que ella misma.
La miro, sus ojos son reflejo del pasado;
y una juventud nueva, surgida en las arrugas del tiempo,
le hace dar los pasos de danzante avezada.
La nieve había hundido la casa de sus sueños
y ahora llena, con tejas de ilusión, cada hueco
amenazado.
Recuerda a Paco Ibáñez…a todos aquellos
que habían sumergido su corazón en música.
No había vuelta atrás, volvería a dejar su papeleta
después de años de privación,
y con ese gesto, la reconciliación con el hombre,
la última quimera que tatuaría en su pecho
con un corazón transparente.
¿Acertará?