Un padre que hoy se ha ido
Publicado: Mié, 06 May 2015 7:13
Padre, esos momentos en que los recuerdos nos cosen
al noble árbol que nos dio la vida,
recuerdo la viña que maduró los frutos
de nuestra existencia.
Recuerdo, padre, el cariño que entrelazó los pasos
del primer camino al susurro de cuanto compartimos,
a la moral que forja el ejemplo de los espejos
de un destino en aquellos que nos buscan
para abrir el cielo, para amar
los instantes que fueron cobijo del alma
y fueron consuelo de las muchas riquezas
que fueron tu ejemplo
y tus manos.
Padre de ojos tiernos, que sonríes las pisadas
en las historias que cuentan de la sangre y la vida.
El de las tristezas largas que han alegrado las vidas.
El de los contados sin tiempo.
El de la paciencia noble, el de las fotos sin maleta.
El que jamas abandona y es la fuerza de los sueños.
Padre, presente en mi existencia, ahí permanecen
tu mano eterna en las sombras de la lumbre.
Padre, siempre en la mesa de las nostalgias y las promesas,
el padre de todos los consuelos, de las calmas,
de las verdades pulcras
de los juegos, de los pretextos, de los perdones.
El padre que no se ha ido en los hijos,
en los legados y en la misma promesa de vida.
al noble árbol que nos dio la vida,
recuerdo la viña que maduró los frutos
de nuestra existencia.
Recuerdo, padre, el cariño que entrelazó los pasos
del primer camino al susurro de cuanto compartimos,
a la moral que forja el ejemplo de los espejos
de un destino en aquellos que nos buscan
para abrir el cielo, para amar
los instantes que fueron cobijo del alma
y fueron consuelo de las muchas riquezas
que fueron tu ejemplo
y tus manos.
Padre de ojos tiernos, que sonríes las pisadas
en las historias que cuentan de la sangre y la vida.
El de las tristezas largas que han alegrado las vidas.
El de los contados sin tiempo.
El de la paciencia noble, el de las fotos sin maleta.
El que jamas abandona y es la fuerza de los sueños.
Padre, presente en mi existencia, ahí permanecen
tu mano eterna en las sombras de la lumbre.
Padre, siempre en la mesa de las nostalgias y las promesas,
el padre de todos los consuelos, de las calmas,
de las verdades pulcras
de los juegos, de los pretextos, de los perdones.
El padre que no se ha ido en los hijos,
en los legados y en la misma promesa de vida.