Y amar, rezando la fuerza de los besos nuevos.
Publicado: Dom, 03 May 2015 7:41
Son los pájaros vacíos,
las palomas sin casa o el sabor de mis lágrimas,
el recuerdo gélido de la historia que acaba.
La ausencia que en ramas de esencia dolorida
escribe al soldado bandido.
Las listas de colores sin nombre y sin orden,
un frío sin padre
o el otoño del hastío;
las mayúsculas apagadas,
los diminutivos gastados,
las verdades opacas.
Un amor que no entiende ni el color de sus palabras,
una carencia que la ternura aplasta
y esa desidia que herida, solo y lentamente mata.
Ladrones sin jaula que con críticas desmoronan montañas,
y esa pureza que inocente en la ternura de una sonrisa, se rescata.
Y la vida que avanza,
el dios de la fuerza, el sueño de un ángel y el borrón del perdón.
Y una caja que esconde corazones
y la gloría de un sueño,
mi cielo encendido
y lo que dio lo bonito,
y un mañana que espero
un calor y un lucero
y seguir viviendo.
Para crear un todo y arrastrarse en él
para crecer un vuelo del amante,
para sumar infinito que te lleva,
para regalar un mundo en milagros,
para restar la nada de su ansiedad,
para invitar la vida con miradas
y amar, rezando la fuerza de los besos nuevos.