Editorial Alaire

A 29 años de la tragedia de Chernobyl


Majestuosos alzan su temblor
en los bosques cercanos a Chernobyl.

Cazan desde la sombra
y nos recuerdan siempre las lecciones
que nos resistimos a aprender.

Aúllan en la noche interminable.

Los contemplo enigmáticos y altivos
sobreviviendo al frío y al plutonio
como gigantes llenos de energía...

Comen a los castores radiactivos.
Procuran enseñarnos
con su pelaje oscuro y sus colmillos...

Me pregunto
si alguna vez fui loba en otro sueño...


Ana Muela Sopeña

Me alegra leerte de nuevo, Ana. Un poema que nos recuerda algo que no deberíamos olvidar. Brillantes y simbólicos versos. Un abrazo.

Te echaba de menos, Ana, y apareces con este soberbio homenaje a la mayor tragedia nuclear que hemos conocido. Esos lobos darán que hablar.

Un abrazo.

Yo también me alegro de leerte de nuevo. Hermosos y reflexivos versos que envuelven un valioso mensaje. Feliz día y un abrazo.

Judit

Ana Muela Sopeña escribió:A 29 años de la tragedia de Chernobyl


Majestuosos alzan su temblor
en los bosques cercanos a Chernobyl.

Cazan desde la sombra
y nos recuerdan siempre las lecciones
que nos resistimos a aprender.

Aúllan en la noche interminable.

Los contemplo enigmáticos y altivos
sobreviviendo al frío y al plutonio
como gigantes llenos de energía...

Comen a los castores radiactivos.
Procuran enseñarnos
con su pelaje oscuro y sus colmillos...

Me pregunto
si alguna vez fui loba en otro sueño...


Ana Muela Sopeña

Me da gusto estar en tu poesía, entrañable amiga

un abrazo fuerte

Certero y grande el influjo de estos versos, querida poeta.

Un gustazo volver a leerte; abrazos.

Un poema lleno de simbolismo y de una factura impecable que se lee con mucho gusto.
Un abrazo.
Pepa

Me alegra tu regreso, lo haces con un tema crudo pero lo presentas con belleza. Me gustó.
Besos
Pilar

Ana Muela Sopeña escribió:

A 29 años de la tragedia de Chernobyl


Majestuosos alzan su temblor
en los bosques cercanos a Chernobyl.

Cazan desde la sombra
y nos recuerdan siempre las lecciones
que nos resistimos a aprender.

Aúllan en la noche interminable.

Los contemplo enigmáticos y altivos
sobreviviendo al frío y al plutonio
como gigantes llenos de energía...

Comen a los castores radiactivos.
Procuran enseñarnos
con su pelaje oscuro y sus colmillos...

Me pregunto
si alguna vez fui loba en otro sueño...


Ana Muela Sopeña

Cuánto me alegro de volver a leerte, Ana, y con esta obra que nos recuerda que no hay que olvidar estas catástrofes para que nunca vuelvan a repetirse.
Precioso homenaje.
Un abrazo grande.

Una maravilla, Importante tambien que no olvidemos de que somos capaces de hacer

Mil besos y mil gracias

Curra

Muy bueno Ana, tendemos a olvidarnos de lo malo casi por instinto de supervivencia, desastres así deberían ser más que recordados para que no sucedieran nunca más.
Me gusta cómo escribes.
Un saludo

Querida amiga Ana, me alegro mucho de volver a leer tus poemas, éste también me ha gustado mucho, se te echaba de menos en la página, un abrazo, amiga.

Gracias, Ramón, por tus palabras.

Un fuerte abrazo
Ana

Hermoso e interesante poema de Ana.

Ana, me has hecho pensar. Y, sí, supongo y acepto que todos somos lobos por ciclos.

Un abrazo.
Ignacio