Editorial Alaire

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Tan vastas eran sus manos,
se derramaban sus mansas laderas a morir,
a morir en sus blandos ocres, bajo la mar inaudita,
una mar completa, grávida del arrobo de esta exultante arena ,
arena húmeda bajo los tejados transparentes
que bramaban en su nombre de piel sedienta.
Se hundían en hebras jugosas,
constelaciones ilimitadas, enredaderas del ayer,
puertas de toda noche,
cal naranja que un beso a la primavera diera.

Cualquiera diría que a los dados
con los astros jugar pudieran.

Rueda en su inmensidad mi alma,
rueda en sus dunas, y yo estoy a su espera.

Una espera ávida a sus sedosos pastos,
a que un maná azafrán, en su roce, me lloviera.

.
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Einstein dijo aquello de que Dios no juega a los dados, pero se equivocó. La mecánica cuántica, y más en concreto Heisenberg, demostró con su famoso principio de indeterminación que no es posible conocer la posición y el movimiento exacto de una partícula subatómica en un momento dado. Al final todo es una suma de probabilidades en las leyes de la casuística. Y ese timón de fortuna que es el azar me lleva hasta tu poema.

Se trata de un obra intimista y sensual donde me ha llamado la atención el uso que haces del hipérbaton en combinación con la rima. Nunca te había leído en ese registro. Más natural me resulta la iteración, o incluso la anadiplosis. A destacar el verso: "Se hundían en hebras jugosas", por el logrado calambur.

Un abrazo, Ventura.

Me rindo a la belleza de tu poema, Ventura, a su exquisita sensualidad y la búsqueda afortunada de palabras que has encontrado para definirlas y aglutinarlas como si vivieran en la misma dimensión.

Un abrazo.

Hermoso poema amigo Ventura, usando formas poéticas que dan un giro novedoso al mismo. Me ha gustado mucho, un abrazo.

Me gustó este sugerente poema que nos dejas Ventura. L disfruté leyendo

saludos

rafael

Óscar Bartolomé Poy escribió:Einstein dijo aquello de que Dios no juega a los dados, pero se equivocó. La mecánica cuántica, y más en concreto Heisenberg, demostró con su famoso principio de indeterminación que no es posible conocer la posición y el movimiento exacto de una partícula subatómica en un momento dado. Al final todo es una suma de probabilidades en las leyes de la casuística. Y ese timón de fortuna que es el azar me lleva hasta tu poema.

Se trata de un obra intimista y sensual donde me ha llamado la atención el uso que haces del hipérbaton en combinación con la rima. Nunca te había leído en ese registro. Más natural me resulta la iteración, o incluso la anadiplosis. A destacar el verso: "Se hundían en hebras jugosas", por el logrado calambur.

Un abrazo, Ventura.

Gracias Óscar por tu amable comentario, y la bella introducción.
Escribí este poema desprovisto de algunas de estas figuras literarias, quizás el hiperbatón -en mayor o menor medida- estuvo siempre presente, pero empece a leerlo en voz alta, y fueron viniendo esa iteración que comentas, porque sentía en cada eco una llamada, más allá de la utilización mera de un mecanismo,era la posibilidad de que la palabra adquiera un volumen distinto, un bucle que reverbera esa búsqueda de la grandeza que pueden llegar a tener unas manos en el imaginario del deseo.
Un abrazo, gracias por venir amigo

Me pareció un bello poema, sensual, lírico e intimista. Me gustó mucho
Besos
Pilar

F. Enrique escribió: Me rindo a la belleza de tu poema, Ventura, a su exquisita sensualidad y la búsqueda afortunada de palabras que has encontrado para definirlas y aglutinarlas como si vivieran en la misma dimensión.

Un abrazo.

Que precioso comentario amigo, es un honor recibirlo en toda su profundidad.
Gracias estimado compañero, un fuerte abrazo

Ventura Ramos López escribió:

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Tan vastas eran sus manos,
se derramaban sus mansas laderas a morir,
a morir en sus blandos ocres, bajo la mar inaudita,
una mar completa, grávida del arrobo de esta exultante arena ,
arena húmeda bajo los tejados transparentes
que bramaban en su nombre de piel sedienta.
Se hundían en hebras jugosas,
constelaciones ilimitadas, enredaderas del ayer,
puertas de toda noche,
cal naranja que un beso a la primavera diera.

Cualquiera diría que a los dados
con los astros jugar pudieran.

Rueda en su inmensidad mi alma,
rueda en sus dunas, y yo estoy a su espera.

Una espera ávida a sus sedosos pastos,
a que un maná azafrán, en su roce, me lloviera.

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Cargado de emoción, puedo asegurarte que has logrado un poema traslúcido que, sin embargo, sólo deja entrever la profundidad de su magia. No podría decirte con propiedad cuál es el elemento que lo convierte en un poema diferente, que se eleva sobre la "normalidad". Quizás sea el contenido: esa mirada casi fetichista de las manso; o quizás la riqueza de sus detalles retóricos, que le proporcionan un ritmo que acompaña los movimientos sensuales de una mano en plena tarea amatoria. En fin, amigo, tu poema es hermoso y crea el placer estético suficiente como para felicitarte y darte las gracias.

Un abrazo grande.
Óscar

Mi querido compañero de versos, después de releer tu magnífico poema, alabo no sólo la perfección externa, sino también la perfección interna, la sensualidad en pleno movimiento, manifestación inevitable en buenos momentos de franco encanto amoroso. Un poema con dominio de una estética admirable.
Mi enhorabuena, y mis sinceras felicitaciones con un fuerte abrazo.

José Manuel F. Febles, desde mi isla.

Manuel Alonso escribió:Hermoso poema amigo Ventura, usando formas poéticas que dan un giro novedoso al mismo. Me ha gustado mucho, un abrazo.

Gracias amigo Manuel, por tu constante apoyo y presencia en mis versos, es un honor y una suerte para mi.
Un abrazo grande compañero

Rafael Valdemar escribió:Me gustó este sugerente poema que nos dejas Ventura. L disfruté leyendo

saludos

rafael

Es un gusto tenerte por aqui Rafael, sin duda tambien un honor para estas letras. Gracias por tu amabilidad y tu tiempo.
Un abrazo

Un poema bien escrito, con una cadencia y una delicadeza especiales. Un trabajo muy bello. Enhorabuena y un abrazo.

Pilar Morte escribió:Me pareció un bello poema, sensual, lírico e intimista. Me gustó mucho
Besos
Pilar

Me alegra mucho que te haya gustado Pilar, ya tenerte por aqui, visitando mis letras, es siempre una satisfacción.
Besos grandes

Ventura Ramos López escribió:
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Tan vastas eran sus manos,
se derramaban sus mansas laderas a morir,
a morir en sus blandos ocres, bajo la mar inaudita,
una mar completa, grávida del arrobo de esta exultante arena ,
arena húmeda bajo los tejados transparentes
que bramaban en su nombre de piel sedienta.
Se hundían en hebras jugosas,
constelaciones ilimitadas, enredaderas del ayer,
puertas de toda noche,
cal naranja que un beso a la primavera diera.

Cualquiera diría que a los dados
con los astros jugar pudieran.

Rueda en su inmensidad mi alma,
rueda en sus dunas, y yo estoy a su espera.

Una espera ávida a sus sedosos pastos,
a que un maná azafrán, en su roce, me lloviera.

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Me gusta mucho, Ventura, esa primera estrofa reiterativa y plena es una maravilla.
Maravilla la imagen de los astros jugando a los dados y esa espera mientra rueda tu alma en las dunas.
Y ese final con su maná azafrán es un cierre perfecto.
Felicidades amigo, un placer leerte.
Abrazos.