Editorial Alaire

La bufanda es un río
y la lleva puesta un hombre,
solo con su varilla,
hombre que es niebla,
musgo en los ojos
arena en los labios,
con su bote de tabaco
navegando en el día.
Los zapatos rajados
junto al fuego esperando,
sonata de queltehues
empujan cada vez más tu sombra,
lleno de estrellas y vacío.
Se pierde el sol
como un niño de fuego,
también se pierden
tus pasos fríos sobre el agua,
lo arrancó todo la corriente
sin darnos cuenta
y se llevó los peces
de tu humilde canasta.

Un gran poema desolador., que nos habla de la perdida ... en todos los sentidos.

Todo un placer de lectura, amigo Antonio.



Un abrazo

Me ha gustado tu poema. Has descrito una realidad humana. Los versos cortos aceleran el ritmo, como si de río caudaloso se tratara.

Un abrazo, compañero.
Óscar

Dentro de tu poesía con una gran carga de humanidad, Antonio, nos acercas tiernamente a este pescador que vuelve de vacío y nos lo relatas con ternura, agilidad y oficio, ese que advertí en ti desde la primera vez que leí un poema tuyo. Es una gran alegría que expongas la gran calidad con la que escribes, particularmente estoy atento a todo lo que publicas.

Un abrazo.

Tu poema me ha recordado el mito de Sísifo.
"No te afanes, alma mía, por una vida inmortal, pero agota el ámbito de lo posible.", decía Camus.
Recibe un cordial saludo.

Buen poema nos dejas Antonio. Me gustó

saludos

rafael

J. J. M. Ferreiro escribió:Un gran poema desolador., que nos habla de la perdida ... en todos los sentidos.

Todo un placer de lectura, amigo Antonio.



Un abrazo

Ferreiro muchas gracias por tus palabras, te dejo un gran abrazo amigo!
Saludos.

A. Satír.

Hermoso poema de Antonio.

Se nota la pérdida en este hermoso poema que llega desnudo al final. Un gusto leerte
Besos
Pilar

Bello poema amigo Antonio y desolador. Un abrazo.

Antonio Satír escribió:La bufanda es un río
y la lleva puesta un hombre,
solo con su varilla,
hombre que es niebla,
musgo en los ojos
arena en los labios,
con su bote de tabaco
navegando en el día.
Los zapatos rajados
junto al fuego esperando,
sonata de queltehues
empujan cada vez más tu sombra,
lleno de estrellas y vacío.
Se pierde el sol
como un niño de fuego,
también se pierden
tus pasos fríos sobre el agua,
lo arrancó todo la corriente
sin darnos cuenta
y se llevó los peces
de tu humilde canasta.

Es un símbolo potente que utilizas, Satir, El pescador, un trabajo que es de gran habilidad y paciencia. Toma mucho llenar esa canasta de peces. Sin embargo, cualquiera que sean nuestros esfuerzos, aparentan fútiles ante la muerte. Un privilegio, leerte poeta. ERA

Me gustó mucho, Antonio, quizás de las cosas más difíciles la alegoría me resulte lo más bello. Tu pescador y su cesta vacía es bellísimo...ese sin darnos cuenta, es muy grande, muy hermoso...Grande lo tuyo, que parece sencillo, pero, no lo es.

Abrazos.

Carmen