Editorial Alaire

Me tiembla la palabra entre los labios,
como un arpa muda que codicia
esa balada del cierzo donde hoy bebe mi nostalgia.
¿Acaso siempre estuvo confinado en una cárcel de dudas
este corazón mío que sueña con estrellas
y por eso cada noche se acuesta a la intemperie?

A veces siento su latir como una interrogante
que persigue a mis pasos y siempre van huyendo
a través de ese paisaje que enciende con mis manos
una añoranza de espigas y sobre esta piel de ayunos lacerada,
cuando el alba se despierta, esparce sus cenizas.

Cómo puede ser que de mi garganta emigren
aquellas golondrinas que interpretaron con mi voz
su oscura melodía. ¿Dime cómo es posible, si aún
tengo tatuado en la sangre un sueño adolescente?
Quizá en el útero del silencio vuelva a germinar la música
y por la raíz de una callada sementera ha de nacer su trino.

Nunca sabré hacia dónde se fugaron esos rostros,
que como un pulso gastado de memoria,
desde el fondo del espejo me observan y preguntan.
Ya no quedan respuestas sobre el tiempo,
ni luz que habite en mis sombras interiores:
las huellas no podrán regresarme al punto de partida.

Ahora mientras con cicuta la noche se emborracha,
y la soledad se inmola con su danza más suicida,
desnudo a la palabra, y sin pudor escribo, para deciros
que sólo va quedando una cicatriz diseñando el futuro
y esa mortaja eterna con que nos cubre el olvido.

Hermosos versos, Rafael. Ritmo armónico de princicpio a fin. El poema se cuenta solo. Un placer de lectura. Feliz día y un abrazo,

Judit

Es fácil caer rendido ante la hermosura de tus versos y el regusto a poesía amorosa de la más cotizada, Rafael, sigo pensando que no hay nada más difícil de encontrar que un buen poema de amor y tú nos lo ofreces con hondura y emoción.

Un abrazo.

Me gusta como la duda abre el poema para llegar a la raíz de las cosas. Me parece un estupendo planteamiento existencial en un poema bello, y con versos de hondo calado.

Un placer leerte Rafael.

Un fuerte abrazo.

Amigo admirado y adorado Victor

Raul se entrelaza entre tu duda, y yo de derrito entre la sombra de tus nostalgias, y las heridas que dejan en tus días las soledades mal curadas.
No sin expresar que hay seres que con sus versos no tienen olvido
y olvidos que sin dueño nunca duermen.

Me tiembla la palabra entre los labios,
como un arpa muda que codicia
esa balada del cierzo donde hoy bebe mi nostalgia

Me guardo esta estrofa en el alma

Besos

Curra

Me gustó tu metapoema. Reflexión sobre la palabra que cotinuamente se hace el poeta. Algunas imágenes muy logradas y bellas.

Recibe un cordial saludo.

Hermosos versos que se disfrutan, amigo Rafael.
Un placer acompañarte.
Fuerte abrazo.

y esa mortaja eterna con que nos cubre el olvido....


Dudas que acompasan un sentir expresado
de manera soberbia amigo Rafael.


Siempre un placer leerle y dejarle saludos
cordiales.

J.Paz gracias por pasarte por mis versos y dejar tus palabras

saludos

rafael

F. Enrique gracias por pasarte por mis verso y dejar tus palabras

saludos

rafael

Me parece un poema enorme, te atrapa en una magnética constante.
Es intenso, profundo y escrito de forma magistral.
Un auténtico placer leerlo.

Recibe un cordial saludo.

[I]Ahora mientras con cicuta la noche se emborracha,
y la soledad se inmola con su danza más suicida,
desnudo a la palabra, y sin pudor escribo, para deciros
que sólo va quedando una cicatriz diseñando el futuro
y esa mortaja eterna con que nos cubre el olvido.[/I]

Precioso poema Rafael, con un remate final que lo hace todavía más grande.
Te felicito.
Un abrazo

Rafael Valdemar escribió:Me tiembla la palabra entre los labios,
como un arpa muda que codicia
esa balada del cierzo donde hoy bebe mi nostalgia.
¿Acaso siempre estuvo confinado en una cárcel de dudas
este corazón mío que sueña con estrellas
y por eso cada noche se acuesta a la intemperie?

A veces siento su latir como una interrogante
que persigue a mis pasos y siempre van huyendo
a través de ese paisaje que enciende con mis manos
una añoranza de espigas y sobre esta piel de ayunos lacerada,
cuando el alba se despierta, esparce sus cenizas.

Cómo puede ser que de mi garganta emigren
aquellas golondrinas que interpretaron con mi voz
su oscura melodía. ¿Dime cómo es posible, si aún
tengo tatuado en la sangre un sueño adolescente?
Quizá en el útero del silencio vuelva a germinar la música
y por la raíz de una callada sementera ha de nacer su trino.

Nunca sabré hacia dónde se fugaron esos rostros,
que como un pulso gastado de memoria,
desde el fondo del espejo me observan y preguntan.
Ya no quedan respuestas sobre el tiempo,
ni luz que habite en mis sombras interiores:
las huellas no podrán regresarme al punto de partida.

Ahora mientras con cicuta la noche se emborracha,
y la soledad se inmola con su danza más suicida,
desnudo a la palabra, y sin pudor escribo, para deciros
que sólo va quedando una cicatriz diseñando el futuro
y esa mortaja eterna con que nos cubre el olvido.

Magnífico poema, querido amigo

te sigo


Un abrazo fuerte

F. Enrique gracias por pasarte por mis versos y dejar tus palabras

saludos

rafael

Poemazo, amigo. Sin fisuras, pleno de emoción y aciertos.

De pie para los aplausos; salud y felicidad.