A MIGUEL HERNÁNDEZ
Publicado: Sab, 04 Abr 2015 16:35
A MIGUEL HERNÁNDEZ
¡Ah, Miguel, qué visceral, qué de cielo y aceituna,
qué de rejones persiguen el plexo de tu alegría,
qué contraste el que refleja tu singular biografía:
experto con el ganado, profesión: perito en lunas!
¡Ah, Miguel qué demencial, qué de olivo, qué proeza,
qué ya en la cuna de tos, qué de surcos y jazmines,
qué de blanco y qué de luto, qué divergentes confines
entre un implacable sol y ese rayo que no cesa!
¡Qué resuelto en la batalla, qué rotundo, qué valiente,
qué mágico y qué de tierra en el tremendo combate,
qué de yunques, qué de bueyes, que de argolla!
¡Qué locura, qué martirio, qué maldición, qué dislate:
tú que naciste de luz, de mineral, de torrente,
sufrir esa muerte amarga como sangre de cebolla!
¡Ah, Miguel, qué visceral, qué de cielo y aceituna,
qué de rejones persiguen el plexo de tu alegría,
qué contraste el que refleja tu singular biografía:
experto con el ganado, profesión: perito en lunas!
¡Ah, Miguel qué demencial, qué de olivo, qué proeza,
qué ya en la cuna de tos, qué de surcos y jazmines,
qué de blanco y qué de luto, qué divergentes confines
entre un implacable sol y ese rayo que no cesa!
¡Qué resuelto en la batalla, qué rotundo, qué valiente,
qué mágico y qué de tierra en el tremendo combate,
qué de yunques, qué de bueyes, que de argolla!
¡Qué locura, qué martirio, qué maldición, qué dislate:
tú que naciste de luz, de mineral, de torrente,
sufrir esa muerte amarga como sangre de cebolla!