Editorial Alaire

No subas al tiovivo
en este día
tan proclive a la lluvia:
los caballos han muerto de cansancio
en su ritual suicida
y ahora se inclinan las aspas del vacío tantos grados
al sur de la dulzura
que la bondad resbala ojos abajo
para morir en charcos de tiniebla.

¿A qué este empeño en bordar el silencio
de profetas?

Peinaste con tus manos las rosas del crepúsculo
y todavía se duelen del sol y sus espinas.
Mira el eclipse, niña ciega,
el eclipse que tapó la boca de tu orgullo
con un latido manco y un enigma.

Dices
que brilla el trigo más intenso en la estación radial
de la que parten trenes blancos hacia el cielo.
Ahora profesas una fe sonámbula
en los castrados ojos de los cíclopes
y te alimentas de planetas tiernos.
Mira al eclipse y escóndete.
No vayas
a parir otra nieve con tu trémula lengua.

Hay un invierno silente que te mira
y aguarda
más allá de este rincón humeante
donde hoy Dios descorchó la primavera.

Me ha gustado mucho tu poema, Rosa, después de volverlo a leer me quedo con la elegancia de la primera estrofa aunque te resalte unos versos que no pertenecen a ella.

Dices
que brilla el trigo más intenso en la estación radial
de la que parten trenes blancos hacia el cielo.

Un abrazo,

Abrumadora y contundente majestad, la de tus letras. Vas llegando despacio, preparando
el escenario y de a poquito, sobre el cierre, te des bordas con todo tu talento. Me ha encantado leerte Rosa, a pesar de lo profundamente descarnado del relato, tu maestría, a flor de piel.

Besos. Mitsy

Me ha encantado el poema, Rosa, aunque también me quedo con la primera estrofa. Escribes con una sensibilidad que seduce. Aplausos, muchos
Besos
Pilar

Es tal bello y tan cierto, que tendría que ser incluido en el kit de mujer, cuando nacemos.

Yo no destaco ninguna frase en concreto, ya que su valor es ser una clase, que debería evitar a
muchas cándidas, ( que somos todas ), el engaño, del olor de esa rosa, que solo guarda espinas

Rosa:
Gracias por el poema
gracias también por el destilado de sabiduría
y sobre todo, por ser tu y compartir con nosotros


mil besos

curra

Rosa, un poema muy bello, es un placer, amiga, un abrazo.

Me ha encantado el poema, los símbolos que empiezan a pestañear, los columpios del miedo donde resuena la risa aguda de la infancia... es como un eclipse de nieve, como si el sueño se descongelara de repente y con él
los cíclopes de la duda volvieran a tener vida.
Me ha encantado, querida amiga. Recibe mis abrazos sinceros, Rosa.

"Ahora profesas una fe sonámbula
en los castrados ojos de los cíclopes
y te alimentas de planetas tiernos.
Mira al eclipse y escóndete.
No vayas
a parir otra nieve con tu trémula lengua."

Fantástico poema, en las dos acepciones del término. Las metáforas, onmipresentes, están muy logradas, como en esos versos que he destacado. Este eclipse tuyo no deja a oscuras la Tierra.

Un abrazo, Rosa.

Antes no he podido contestar, pero lo leí, y vuelvo ahora, y antes de irme a dormir corriendo (lo que tiene trabajar un domingo) tengo que decirte que impresionante me parece poco, me ha parecido brillante.
Te lo digo de corazón, me gusta cómo escribes, pero con éste poema me has ganado del todo.
Un abrazo y buenas noches.

Con tu peculiar estilo nos muestras un poema de una calidad a tener en cuenta, símbolos novedosos y metáforas, verdaderamente magníficas. Mis felicitaciones, amiga de versos.

Un abrazo.

José Manuel F. Febles

Precioso, Rosa. Originales y hermosas imágenes. Siempre un placer asomarse por aquí. Un abrazo,

Judit

Rosa Marzal escribió:
Hay un invierno silente que te mira
y aguarda
más allá de este rincón humeante
donde hoy Dios descorchó la primavera.

Todo un derroche de inspiración e ingenio metafórico para conformar un poema tan hermoso como impecablemente escrito.

Muy bueno, Rosa. Mis felicitaciones y abrazo, querida amiga.

Hermoso poema. Me parece un magnífico trabajo. Saludos cordiales.

Llega, golpea y traspasa el poema como una lluvia de cometas. Me ha gustado mucho.
Un abrazo.
Pepa