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La despedida
Publicado: Dom, 29 Mar 2015 12:35
por Óscar Bartolomé Poy
Ya está aquí la noche con su giralda de fuegos. Ésta es la hora
en la que el sol se oculta tras una cortina rosicler y las pesadillas
cabalgan en mesnada. Los últimos rayos agonizan a dentelladas
de oscuridad y la noche sangra como un vampiro al que le hubieran
arrancado los colmillos. Sin culpa. Sin pecado. Sin remisión.
Qué bella es la sangre cuando llueve al sesgo en la nieve
y a la tímida luz de las farolas los árboles ululan como fantasmas
sin techo. En las calles sólo pasean sombras, jinetes sin cabeza
y animales errabundos, famélicos, cojos. Todos muertos. Fieles
adoradores de un dios nictálope.
¿Quién te enseñó a tocar ese silbato de nostalgia?
¿Quién, en su delirio, te trajo hasta mí?
Te fuiste con el primer latido de la mañana, cuando la ciudad
aún dormía como un feto, arrebujada en su placenta de silencio.
En el paisaje de mi piel adormecida el amor dibujaba flores y versos
arropado por la epidermis del sueño. Te fuiste como las aves
que abandonan el nido dejando de las alas el calor. Te fuiste
y no volviste. Y entonces llegaron el frío y las piedras con su canto
de río sin peces.
Me dejaste a solas con esta réproba tristeza en la noche concubina.
Y me perdí en la absenta de las hadas,
en la posología de los instantes vacíos,
entre sinapsis y temblores,
en el burdel de las luciérnagas,
en la migración de los colores
que la luna prostituyó con su lengua meretriz.
Y entonces supe que después de una despedida siempre queda
la marca inconfundible de un cadáver en el suelo
o el corte transversal de una naranja.
El verano siempre acaba con esta canción.
Publicado: Dom, 29 Mar 2015 12:59
por Manuel Alonso
Me ha entusiasmado esta despedida, amigo Óscar, es un placer leerte, un abrazo.
Publicado: Dom, 29 Mar 2015 14:23
por Arale Norimaki
Y entonces supe que después de una despedida siempre queda
la marca inconfundible de un cadáver en el suelo
o el corte transversal de una naranja.
...muy bueno
Re: La despedida
Publicado: Dom, 29 Mar 2015 16:24
por Miguel Angel Fernández Lu
Óscar Bartolomé Poy escribió:Ya está aquí la noche con su giralda de fuegos. Ésta es la hora
en la que el sol se oculta tras una cortina rosicler y las pesadillas
cabalgan en mesnada. Los últimos rayos agonizan a dentelladas
de oscuridad y la noche sangra como un vampiro al que le hubieran
arrancado los colmillos. Sin culpa. Sin pecado. Sin remisión.
Qué bella es la sangre cuando llueve al sesgo en la nieve
y a la tímida luz de las farolas los árboles ululan como fantasmas
sin techo. En las calles sólo pasean sombras, jinetes sin cabeza
y animales errabundos, famélicos, cojos. Todos muertos. Fieles
adoradores de un dios nictálope.
¿Quién te enseñó a tocar ese silbato de nostalgia?
¿Quién, en su delirio, te trajo hasta mí?
Te fuiste con el primer latido de la mañana, cuando la ciudad
aún dormía como un feto, arrebujada en su placenta de silencio.
En el paisaje de mi piel adormecida el amor dibujaba flores y versos
arropado por la epidermis del sueño. Te fuiste como las aves
que abandonan el nido dejando de las alas el calor. Te fuiste
y no volviste. Y entonces llegaron el frío y las piedras con su canto
de río sin peces.
Me dejaste a solas con esta réproba tristeza en la noche concubina.
Y me perdí en la absenta de las hadas,
en la posología de los instantes vacíos,
entre sinapsis y temblores,
en el burdel de las luciérnagas,
en la migración de los colores
que la luna prostituyó con su lengua meretriz.
Y entonces supe que después de una despedida siempre queda
la marca inconfundible de un cadáver en el suelo
o el corte transversal de una naranja.
El verano siempre acaba con esta canción.
Estimado Óscar:
Me ha encantado este poema con sabor a despedida. Está impregnado de imágenes brillantes y fastuosas, y que en algunos casos te hacen pensar. Y el final es muy bueno. Contundente epílogo.
Un abrazo.
Miguel Angel.
Publicado: Dom, 29 Mar 2015 16:29
por curra anguiano
Me dejaste a solas con esta réproba tristeza en la noche concubina.
Y me perdí en la absenta de las hadas,
en la posología de los instantes vacíos,
entre sinapsis y temblores,
en el burdel de las luciérnagas,
en la migración de los colores
que la luna prostituyó con su lengua meretriz.
mi adorado vasquito, escribes como los ángeles ...
mil besos
re: La despedida
Publicado: Dom, 29 Mar 2015 17:14
por Pilar Morte
Buen poema de despedida. Me encantaron las imágenes. Un gusto leerte
Besos
Pilar
Publicado: Lun, 30 Mar 2015 2:23
por Josefa A. Sánchez
Despedirse es lo más duro, porque es asumir la marcha. El poema sobrecoge de bello y de doliente. Un lujo leerte.
Un abrazo.
Pepa
Publicado: Lun, 30 Mar 2015 11:34
por Óscar Bartolomé Poy
Manuel Alonso escribió:Me ha entusiasmado esta despedida, amigo Óscar, es un placer leerte, un abrazo.
Si te ha entusiasmado, poco más se puede pedir.
Gracias por comentar, Manuel.
Publicado: Lun, 30 Mar 2015 11:35
por Óscar Bartolomé Poy
Arale Norimaki escribió:Y entonces supe que después de una despedida siempre queda
la marca inconfundible de un cadáver en el suelo
o el corte transversal de una naranja.
...muy bueno
Esos versos que has señalado son, en verdad, los más importantes del poema.
Gracias por dejarme tu opinión. Un abrazo, Arale.
Re: La despedida
Publicado: Mar, 31 Mar 2015 12:21
por Óscar Bartolomé Poy
Miguel Angel Fernández Lu escribió:Óscar Bartolomé Poy escribió:Ya está aquí la noche con su giralda de fuegos. Ésta es la hora
en la que el sol se oculta tras una cortina rosicler y las pesadillas
cabalgan en mesnada. Los últimos rayos agonizan a dentelladas
de oscuridad y la noche sangra como un vampiro al que le hubieran
arrancado los colmillos. Sin culpa. Sin pecado. Sin remisión.
Qué bella es la sangre cuando llueve al sesgo en la nieve
y a la tímida luz de las farolas los árboles ululan como fantasmas
sin techo. En las calles sólo pasean sombras, jinetes sin cabeza
y animales errabundos, famélicos, cojos. Todos muertos. Fieles
adoradores de un dios nictálope.
¿Quién te enseñó a tocar ese silbato de nostalgia?
¿Quién, en su delirio, te trajo hasta mí?
Te fuiste con el primer latido de la mañana, cuando la ciudad
aún dormía como un feto, arrebujada en su placenta de silencio.
En el paisaje de mi piel adormecida el amor dibujaba flores y versos
arropado por la epidermis del sueño. Te fuiste como las aves
que abandonan el nido dejando de las alas el calor. Te fuiste
y no volviste. Y entonces llegaron el frío y las piedras con su canto
de río sin peces.
Me dejaste a solas con esta réproba tristeza en la noche concubina.
Y me perdí en la absenta de las hadas,
en la posología de los instantes vacíos,
entre sinapsis y temblores,
en el burdel de las luciérnagas,
en la migración de los colores
que la luna prostituyó con su lengua meretriz.
Y entonces supe que después de una despedida siempre queda
la marca inconfundible de un cadáver en el suelo
o el corte transversal de una naranja.
El verano siempre acaba con esta canción.
Estimado Óscar:
Me ha encantado este poema con sabor a despedida. Está impregnado de imágenes brillantes y fastuosas, y que en algunos casos te hacen pensar. Y el final es muy bueno. Contundente epílogo.
Un abrazo.
Miguel Angel.
Yo no puedo entender la poesía sin imágenes. Un poema sin imágenes sería como una película con la cámara fija y un plano estático donde nada se mueve y nada ocurre. Otra función de la poesía, además de hacer sentir, es hacer pensar, así que me congratula que me hayas dicho eso.
Un abrazo, Miguel Ángel.
Publicado: Mar, 31 Mar 2015 12:23
por Óscar Bartolomé Poy
curra anguiano escribió:Me dejaste a solas con esta réproba tristeza en la noche concubina.
Y me perdí en la absenta de las hadas,
en la posología de los instantes vacíos,
entre sinapsis y temblores,
en el burdel de las luciérnagas,
en la migración de los colores
que la luna prostituyó con su lengua meretriz.
mi adorado vasquito, escribes como los ángeles ...
mil besos
¿"Adorado vasquito"? Ja, ja. ¿Pero qué libertades son ésas? Estás hecha todo un personaje.
En fin, gracias por comentar.
Re: La despedida
Publicado: Mar, 31 Mar 2015 12:47
por Marisa Peral
Óscar Bartolomé Poy escribió:
Ya está aquí la noche con su giralda de fuegos. Ésta es la hora
en la que el sol se oculta tras una cortina rosicler y las pesadillas
cabalgan en mesnada. Los últimos rayos agonizan a dentelladas
de oscuridad y la noche sangra como un vampiro al que le hubieran
arrancado los colmillos. Sin culpa. Sin pecado. Sin remisión.
Qué bella es la sangre cuando llueve al sesgo en la nieve
y a la tímida luz de las farolas los árboles ululan como fantasmas
sin techo. En las calles sólo pasean sombras, jinetes sin cabeza
y animales errabundos, famélicos, cojos. Todos muertos. Fieles
adoradores de un dios nictálope.
¿Quién te enseñó a tocar ese silbato de nostalgia?
¿Quién, en su delirio, te trajo hasta mí?
Te fuiste con el primer latido de la mañana, cuando la ciudad
aún dormía como un feto, arrebujada en su placenta de silencio.
En el paisaje de mi piel adormecida el amor dibujaba flores y versos
arropado por la epidermis del sueño. Te fuiste como las aves
que abandonan el nido dejando de las alas el calor. Te fuiste
y no volviste. Y entonces llegaron el frío y las piedras con su canto
de río sin peces.
Me dejaste a solas con esta réproba tristeza en la noche concubina.
Y me perdí en la absenta de las hadas,
en la posología de los instantes vacíos,
entre sinapsis y temblores,
en el burdel de las luciérnagas,
en la migración de los colores
que la luna prostituyó con su lengua meretriz.
Y entonces supe que después de una despedida siempre queda
la marca inconfundible de un cadáver en el suelo
o el corte transversal de una naranja.
El verano siempre acaba con esta canción.
Hola Óscar, hace días que no puedo entrar con tiempo suficiente para comentar y responder pero hoy aprovecho un respiro y aquí estoy.
Como siempre, tus poemas son espectaculares, llenos de lirismo e imágenes contundentes y, de verdad, me cuesta trabajo descartar porque todo es continuidad, pero hoy destaco lo que he marcado en negrita:
Me gusta esa noche con su giralda de fuegos y ese sol, que se oculta tras la cortina rosicler

Me fascina la cuarta estrofa y el final certero de la despedida.
Y me ha gustado también la que señala Curra, es muy descriptiva.
En fín, no soy muy buena comentando poemas pero dijiste que aprecias que te digamos lo que más nos gusta.
Es un placer, Óscar, una delicia recorrer tu poética.
Un abrazo.
Publicado: Mar, 31 Mar 2015 15:35
por Miguel Ángel Martínez Góm
Todo el poema es muy hermoso, Óscar. Además del final, que ya han señalado los compañeros, me ha gustado mucho las dos primeras estrofas, y bueno, como ya te digo todo el poema es digno de mención, poblado de hermosas y logradas imágenes.
Un placer leerte.
Abrazo fuerte.
Publicado: Mar, 31 Mar 2015 16:40
por Ventura Morón
Parece querer arrancar al adiós la sombra que genera, la rabia es un reflejo metálico danzante que parece resbalar hiriendo las comisuras ante las palabras que quedan no dichas, el mundo deja al aire sus horrores, pues no hay luz que ciegue su ignorancia de lo perdido. Es desgarrador e impactante, y quema al pasar por los ojos.
Precioso poema amigo, un fuerte abrazo
Publicado: Mié, 01 Abr 2015 8:10
por F. Enrique
Tiene este poema tuyo una amargura que lo envuelve todo y lleva al corazón a encontrarse en su abismo. Has dicho mucho y bien en este recorrido con imágenes llena de fuerza que nos remiten al dolor de una despedida.